Tu voz de Romeo Murga

Tu voz, eso es lo que amo,
más que tu corazón y casi más que a ti;
esa cosa invisible que sale de tus labios,
y junto a mis oídos, triste, viene a morir;
esa cosa tan dulce con que tú me respondes
y con que aquella tarde me dijiste que sí.

Tu voz, eso es lo que amo. ¡qué bonita es tu voz!
Más que tu cuerpo todo y más que toda tu alma.

¡Qué manera que tienes de embellecer las sílabas,
gotas del encantado surtidor de tu charla!
¡como vibra en el aire la música pequeña
de tu voz, perfumada de evocaciones claras!
¡Con qué dulzura pende de tu boca graciosa
en invisible y diáfano rosario de palabras!

Tu voz, eso es lo que amo;
el eco triste y trémulo de tu alma triste y trémula;
eso que cuando callas, se aleja hacia la sombra,
y cuando vas a hablarme, desde la sombra llega.

Amo tu voz, tan tenue como la brisa que pasa
rozándole los pétalos al clavel de tus labios,
y otras veces tan ruda, que al escucharla ha sido
como si un viento ronco me desbaratara el alma.

cuando tu voz me canta, bella fuente escondida,
se hace alegre la turbia tristeza de mis tardes.
Amada, no me pidas que te bese en la boca;
tu boca es para hablarme.
No quieras que te colme de efusión amorosa;
yo soy para escucharte, solo para escucharte.

Háblame siempre. Siempre, menos en mi agonía,
porque si en esa hora tu voz me acariciase,
ya la gloria de Dios no me sabría a gloria,
y encontraría débil el coro de los ángeles.