Parada sobre la piedra
que aún no puede asir mi planta
soporto la tempestad de tus ojos
he de caer
o miraré para siempre
la profundidad
de tus aguas
Poemas de Heddy Navarro Harris
Escalen rodillas
los montes
uñas abrazan
los trocos
se espantan
te ven
Me hacen señas
Desde la cumbre
de los picos
te miro
Tu frente
a mi frente
Expando alas de cabellos
y a pechos sueltos
arranco
de la tierra
Mi planta sofoca los bordes
aplasta el granito se hunde
asomo pies helados
en turbias aguas
no he de ahogarme
Las faunas recogen sus manadas
esconden sus melenas
en la tela
ay
no me agarres con los guantes
de la muerte
déjame subirme los vestidos
y calentar un poco
mi sexo
tras tu fuego
Que mis pedazos
alimenten tus bocanadas
no es reciente
mas que venga yo
a tu giro
plena
y en enorme salto
te penetre
Torno el gesto
y por los puntos
estrellados
saludo a tus ojos
que se asombran de
los astros
yo que tengo uno
atrapado
al incendio de mis dedos
te otorgo el resplandor
que morderá tus células
hembra helada
de la tierra
He visto
en mi salto
a un hombre
que caía
sube Altazor
los paracaídas
son muletas
de la muerte
en los tobillos
atesoramos
enormes reservas
de energía
gatíllalas en seguida
y sígueme
no hemos de tener
frío
en el origen
de los cielos
y las palabras no demandan
más combustión
que la ventana abierta
a las ráfagas
del miedo
Tus párpados cargados
desprenden
el aliento de la ira
Mi cabeza se lamenta
pierde el equilibrio
La mano en alce
agarrotada de dedos
inmersa
suelta su espuma escarlata
Sea dijo la voz
sea dijeron a coro las sombras
y nadie vio sus ojos
no dijo el amo
arderán infiernos
sea dijeron las sombras
y mostraron sus bocas abiertas
no dijo el hombre
pero ellas tan negras dijeron
otra vez sea
espantado el cielo
encendió sus luces
miró a la tierra
dijo ella
estoy sin sombras
estoy seca
no temas
apaga la luz
abriré las piernas.
No he de morir ahora
incrústense piedras
pero vuelven a casa
las piernas
que gimen
La desposada cuelga su cara
en los pétalos del damasco
teñida por los días
cae la sonrisa
óxido vegetales de dos cuerpos
amarrada a la viga enlutada
de la muerte
Apoyo mi pierna
desnuda
a la quilla de tus botes
sonrío leve
con el sarcasmo de los muertos
Me han crecido las uñas
y pesadas despeinan
la cortina de mi ojo
Junto las piernas
me apeo de estos mundos
arrastro mi sexo
que cruje entre tibiezas
Gigante rojo moribundo
no asaré mi carne de paisaje
en tus entrañas
Pero alzo
desde el fondo
dos brazos
su roja estela
despeinada
Llegarán curiosos de burbujas
a vidrios de hogares lejanos
y pequeñas manos
atisban
la tiniebla de mi ojo
En rocas escarpadas
el vestido suelta sus hebras
las nalgas reciben
garrotazos de árbol
el pelo cogido en truenos
espanta mis ojos
que tiemblan
Mujer soy
histérica serena
hipersensible
aterrizo cuando encero
suelo volar desde la azotea
y servir el desayuno
aún con las alas desplegadas
El vapor se cuelga entre mis rodillas
ojos enrojecidos
humea la cacerola
la mano busca al ajo
coge la papa
pica la cebolla
crujen los canastos
Desde la cúspide de mi tabla
de cortar carne
repito
el vapor se cuelga entre mis rodillas
Mujer soy
contradictoria
instancia que aletea
saca cuentas
decide el almuerzo
balancea proteínas
recuerda sus tareas a los hijos
abre la puerta de la cocina
y pela papas
Walt Whitman
resbala por mi pecho
Nunca dejé una flor blanca en el altar del sol
de Macchu- Picchu
jamás lancé el aroma de sus pétalos al pozo
Sagrado
de Chichén-Itzá
Tampoco escalé el rehue para ofrendar copihues
blancos
A Ngenechen
No me cogió un mozo gallardo por esposa
no desfloró mi piel su tacya
para que floreciera mi maíz
Más bien
sólo llevaron mis manos
papas entierradas
maquis oscuros como el silencio
Más bien
sólo lancé polluelos y huevos azules
como la gallina
que corretea asustada
detrás de la del hombre
Sólo yo voy desnuda
como si no hiciera frío
me saludan
se sonrojan
y se abrochan el último botón
de la camisa