1968

Éramos como estrellas iracundas
Efraín Huerta
«Borrador para un testamento»

Hay fechas que vuelven
como iluminación o niebla repentina.
Tú no sabías entonces que esa fecha
sería como cuña de plata en pleno oro.

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La más bonita

Hoy he recogido flores del campo,
Pero la más bonita, la que quiero más
La más bonita, esa es mi mamá.

Hoy he encontrado tres piedras blancas,
Pero la más bonita, la que quiero más
La más bonita, esa es mi mamá.

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Este año te regalo

Mamá, este año te quiero regalar
una cosa que te va a encantar.

Evidentemente no serán tesoros,
aunque todo mi esfuerzo es más valioso que el oro.

Este año te regalaré
que todo lo que aquí te escriba, cumpliré.

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Los progresos del amor

Así un esposo le escribió a su esposa:
«O vienes o me voy. ¡Te amo de modo
que es imposible que yo viva, hermosa,
un mes lejos de ti!
¡Mi amor es tan profundo, tan profundo,
que te prefiero a todo, a todo!…»
Y ella exclamó: «¡No hay nada en este mundo
que él quiera como a mí!»

Mas pasan unos meses, y la escribe:
«¡Qué hermoso debe estar nuestro hijo amado!

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Canción

A la gloriosa memoria de las víctimas
del Dos de Mayo de 1808.

El sol sus alas replegó luciente,
y la noche callada el manto oscuro
en luengo cerco derramó sombría.
Vierten los astros su fulgor doliente,
y entre las sombras se destaca puro,
remedo incierto de la luz del día.

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Contradicciones

Se halla con su amante Rosa
a solas en un jardín,
y ya a su empresa amorosa
iba tocando a su fin,
cuando ella entre la arboleda
trasluce el grupo encantado
en que, en cisne transformado,
ama Júpiter a Leda;
y encendida de rubor,
viendo el grupo repugnante,
se alza, rechaza al amante,
y exclama huyendo: ¡Qué horror!

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El amar y el querer

A la infiel más infiel de las hermosas
un hombre la quería y yo la amaba;
y ella a un tiempo a los dos nos encantaba
con la miel de sus frases engañosas.

Mientras él, con sus flores venenosas,
queriéndola, su aliento empozoñaba,
yo de ella ante los pies, que idolatraba,
acabadas de abrir echaba rosas.

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El tren expreso

Al ingeniero de caminos el célebre escritor
don José de Echegaray, su admirador y amigo.

Canto primero: la noche

I
Habiéndome robado el albedrío
un amor tan infausto como mío,
ya recobrados la quietud y el seso,
volvía de Paris en tren expreso;
y cuando estaba ajeno de cuidado,
como un pobre viajero fatigado,
para pasar bien cómodo la noche
muellemente acostado,
al arrancar el tren subió a mi coche,
seguida de una anciana,
una joven hermosa,
alta, rubia, delgada y muy graciosa,
digna de ser morena y sevillana.

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La virtud del egoísmo

Si anoche no estuve, Flora,
a adorar tu talle hermoso,
es porque soy virtuoso
y me da sueño a deshora.
¡Pecadora!
Ya le contaré a tu madre
que, porque amo mi quietud
y salud,
dijiste hoy a mi compadre:
«¡Qué egoísta es la virtud!»
¿Cómo he de ir con fe no escasa
a ver tus ojos serenos,
si hay cien pasos por lo menos
desde mi casa a tu casa?

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Para tu boca

Para formar tan hermosa
esa boca angelical,
hubo competencia igual
entre el clavel y la rosa,
la púrpura y el coral.

Mintiendo sombras del bien,
en ella el mal se divisa,
por lo que juntos se ven
ya la apacible sonrisa,
ya el enojoso desdén.

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Porvenir de las almas

Para A. R., en la muerte de su hija

Si de vuestra hija fue estrella
dar tan niña el alma a Dios,
¡ay, feliz mil veces vos!
¡dichosa mil veces ella!
Pues ya huella
las celestiales alturas,
no halle en vos nunca lugar
el pesar,
porque para almas tan puras
«morir es resucitar».

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Quién supiera escribir

«Escribidme una carta, señor cura.»
-Ya sé para quien es.
«¿Sabéis quién es, porque una noche oscura
nos visteis juntos?»
-Pues…
Perdonad; mas… . No extraño ese tropiezo.
La noche… la ocasión…
Dadme pluma y papel. Gracias. Empiezo:
Mi querido Ramón :
«¿Querido…?

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Soneto

De amor tentado un penitente un día
con nieve un busto de mujer formaba,
y el cuerpo al busto con furor juntaba,
templando el fuego que en su pecho ardía.

Cuanto más con el busto el cuerpo unía,
más la nieve con fuego se mezclaba,
y de aquel santo el corazón se helaba,
y el busto de mujer se deshacía.

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Canción

Mote

Ojos heridos me habéis,
acabad ya de matarme;
mas, muerto, volvé a mirarme,
porque me resucitéis.

Voltas

Pues me distes tal herida
con gana de darme muerte,
el morir me es dulce suerte,
pues con morir me dais vida.

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Canción II

Mote

Irme quiero, madre,
a aquella galera,
con el marinero
a ser marinera

Voltas

Madre, si me fuere,
do quiera que yo,
no lo quiero yo,
que el Amor lo quiere.
Aquel niño fiero
hace que me muera
por un marinero
a ser marinera.

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Los Lusiadas

Fragmento

Canto Primero.

Argumento del Canto Primero.

Navegación de los Portugueses por los mares Orientales: celebran los dioses un consejo:
se opone Baco á la navegacion: Vénus y Marte favorecen á los navegantes: llegan á Mozambique,
cuyo gobernador intenta destruirlos: encuentro y primera función de guerra de los Portugueses
contra los gentiles: levan anclas, y pasando por Quiloa, surgen en Mombaza.

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Cuanto quiso Fortuna que tuviera

«Enquanto quis Fortuna…»

Cuanto quiso Fortuna que tuviera
la esperanza de algún contentamiento
el regusto de un suave pensamiento
hízome que sus frutos describiera.

Mas, recelando amor que descubriera
secretos que causaran detrimento,
la mente oscureciome con tormento
para que sus engaños no dijera,

Vosotros los que Amor mantiene afectos
a su voltario giro, cuando en breve
libro viéredeis cosas tan extremas,

sabed que son verdades, no defectos;
y que tan solo si el Amor os mueve
habreis la comprensión de mis poemas.

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