Quiero pensar
que alguna vez pudiere
abrir la ostra hermética
donde mi alma duerme.
Rociarla
con el jugo agrio de la tarde.
Comérmela,
y sacar una perla de mi boca.
Poemas de Hjalmar Flax
En verdad no han sido tantas
si no cuento las que no pude amar
porque no pude, o porque nunca
bajo el sol y en la tierra
coincidimos.
Pero de las que han sido
toda mi vida en cierto modo es de ellas.
Un hombre ‘no tan viejo’ está consciente
de arrugas insidiosas, de pellejos,
de cabello reseco y algo escaso
(siente el rayo de sol, la gota de agua)
de múltiples dolamas (todas leves):
encías desgastadas, visión pobre,
la rodilla derecha y las lumbares
receptivas al frío y la llovizna,
la presión arterial algo elevada,
la digestión más lenta y la pequeña
hemorriode que apenas le molesta.
Depresión
es el término siquiátrico
para decir desgano, pesimismo.
(Los más pedantes dicen:
sicosis maniaco-depresiva.)
También es argot metereológico:
nubosidades, lluvia, poco viento.
Los médicos patólogos lo emplean:
Depresión en el hueso occipital
causada por objeto contundente.
Padre nuestro que estás en la oficina,
reverenciado sea tu nombre.
Benefícianos en tu herencia.
Hágase tu voluntad en casa
como en el despacho.
Danos hoy el filete, las papas fritas
y el mantecado de chocolate.
Perdónanos las coles de Bruselas
y nosotros perdonaremos a la cocinera
si el filete le queda muy cocido
y las papitas mongas.
Quedó Zagreb al otro
lado del río.
Se mueve el tren. Paisaje
ante mis ojos pasa. Lo cercano
rápidamente, lo distante
apenas.
San Juan,
lo más distante.
Sarajevo,
doblemente extraña.
(al regresar de East Hampton,
luego de visitar al poeta David Ignatow)
Un hombre ataja por un campo abierto.
Su abrigo es color tierra.
Le florece el aliento a cada paso.
El viento lo despeina.
El campo abierto es ancho para el hombre.
(a J. G. R.)
¿Y se perdió tu aliento
cuando la tierra se tragó tu carne?
¿O se quedó en el aire
porque al aire regresa lo que es aire?
Invisible presencia que sorprende…
Brisa que alivia y sana…
Aura que le abre paso a las auroras…
Áspero vendaval de los desiertos…
Hosco huracán que rompe, arrasa, inunda…
Pomposo ventarrón del aguacero…
Tromba que surca mares y llanuras…
Elucubrados vientos marineros…
y otras extrañas ráfagas
que soplan en el sol y entre galaxias…
¿Cómo escindir un aire de otro aire
si todo es aire?
Esta mañana de metales mórbidos
la brisa duerme. El humo de las fábricas
inserta el horizonte
de inmensas rosas malvas deshojadas.
Pero mi corazón está tranquilo.
La noche le rindió sus apagadas
distancias, sus luceros
iluminaron besos y miradas.