Bowery Street

Mi placer te creó. Cuando naciste
te destiné ya un hombre. El apropiado
para que él y tú fuerais muy felices.

Modelé tu figura como un barro
precioso, tiernamente, con esmero.
Y forjé tus costumbres con cuidado
artesanal, aislándote del medio.

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Chatham Square

He estado en muchos sitios. Todos ellos
guardaban algo malo para mí,
como guarda la nube su relámpago.

Pasé por las ciudades. Por los pueblos.
Por casas que crecían junto al trigo.
Ninguna voz sin daño me detuvo.

Así me acostumbré a caminar solo
y odiar a los que encuentro en torno mío.

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Mulberry Street

Dicen que arrodillarse es humillante.

Que es esta posición la del vencido,
del sumiso, del vil, del que renuncia
a la última esperanza de salvarse.

Que estar arrodillado en una calle,
en un templo o salón, afrenta incluso
a aquel que lo contempla y no lo impide.

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Spring Street

No me vengan con cuentos. Que la vida
es algo espiritual y, por lo tanto,
superiores los bienes del espíritu.

Que el ser útil, cuidar a los enfermos,
el teatro, la pintura, libros, música,
los deportes, el cine, el gran dinero…
al ánimo lo colman las delicias.

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Sullivan Street

Tener hijos es cosa de mediocres,
ineptos sensualmente, analfabetos
sexuales o de gente irresponsable.

O es un pobre y mezquino agarradero
para dejar constancia de su paso
por el tiempo de la vida. A través de otros.
La adopción de este medio deshonesto
delata su estulticia y su ignorancia.

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West Broadway

Puede hacerlo cualquiera. Comprobado.

Si en ti hay la aberración, rara e inútil,
de querer ser un nombre que trascienda,
no estudies ni te esfuerces. Simplemente
aprende a manejar una pistola.

Y piensa en esas rémoras que viajan,
sin billete, montadas en ballenas.

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Wooster Street

No reparaste en mí, sino en los otros
cuando nos conocimos. Me miraste
fríamente, indiferente y enseguida
conversaste animada con los otros.

Las casas no conocen la piqueta
que roerá sus cimientos algún día.
Ni conoce la lluvia el sitio exacto
en que caerá, agarrada a su alta nube.

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EL EMBARGO

Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tos esos,
no le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo…

Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s’ha muerto!

¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando,
ya me está gediendo!

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LA FUENTE VAQUERA

Lejos, bastante lejos,
del pueblo mío,
encerrado en un monte
triste y sombrío,
hay un valle tan lindo
que no hay quien halle
un valle tan ameno
como aquel valle.

Entre sus arboledas,
por la espesura
solitaria y tranquila,
corre y murmura
una fuente tranquilina
y bullanguera,
a que dieron por nombre
Fuente Vaquera.

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LAS SUBLIMES

¿La conoces, musa mía?
Es modelo soberano
bosquejado por la mano
de la gran sabiduría.

Es el más dulce buen ver
de tus visiones risueñas;
es la mujer que tú sueñas
cuando sueñas la mujer.

La discreta, la prudente,
la letrada, la piadosa,
la noble, la generosa,
la sencilla, la indulgente,

la süave, la severa,
la fuerte, la bienhechora,
la sabia, la previsora,
la grande, la justiciera…

la que crea y fortalece,
la que ordena y pacifica,
la que ablanda y dulcifica…,
¡la que todo lo engrandece!

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¿QUÉ TENDRÁ?

¿Qué tendrá la hija
del sepulturero
que con asco la miran los mozos,
que las mozas la miran con miedo?
Cuando llega el domingo a la plaza
y está el bailoteo
como el Sol de alegre,
vivo como el fuego,
no parece sino que una nube
se atraviesa delante del cielo;
no parece sino que se anuncia,
que se acerca, que pasa un entierro…

Una ola de opacos rumores
sustituye al febril charloteo,
se cambian miradas
que expresan recelos,
el ritmo del baile
se torna más lento
y hasta los repiques
alegres y secos
de las castañuelas
callan un momento…

Un momento no más duró todo;
mas ¿qué será aquello
que hasta da falsas notas la gaita
por hacer un gesto
con sus gruesos labios
el tamborilero?

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SIBARITA

¡A mí n’ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!

Si yo fuera bien rico,
jacía n’ámas eso:
jechalmi güenas siestas
embajo de los fresnos,
jartalmi de gaspachos
con güevos y poleos,
cascalmi güenos fritis
con bolas y pimientos,
mercal un güen caballo,
tenel un jornalero
que to me lo jiciera
pa estalmi yo bien quieto,
andal bien jateao,
jechal cá instanti medio,
fumal de nuevi perras
y andalmi de paseo
lo mesmo que los curas,
lo mesmo que los médicos…

Si yo fuera bien rico,
jacía n’ámas eso,
¡que a mí n’ámas me gusta
que dali gustu al cuerpo!

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ASÍ ES

Porque siempre esté la puerta abierta
y sólo esperen ver siluetas.

Porque la luz camine desnuda
y la vistan de sombras mudas.

Porque lleva la mar en su frente
y la resaca no le hiere.

Porque si en tierra hunde su cabeza
sacan luego una calavera.

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CALMA

A Luis Buñuel

¿Dónde se acaba el mar?
¿Dónde comienza el cielo?
Los barcos van flotando.
o remontan el vuelo?

Se perdió el horizonte,
en el juego mimético
del cielo y de las aguas.

Se fundió el movimiento,
en un solo color
azul, el azul quieto.

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CANCIÓN

Bogaba por alta mar
un marinero en su barca,
velas eran sus deseos,
y su pensamiento, el viento.

Si yo fuera marinero
sólo tendría en mi pecho
una hélice y un remo.

Como marinero no soy,
cuando me embarque en el mar
sólo llevaré el recuerdo
del ritmo de los remeros.

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DOLOR

Cuerda de guitarra
que se rompe
al templarla.

La punta de la flecha
fue untada
de tristeza.

Gira la estrella
en el vacío,
y deja deslumbrada
la caverna.

Silencio de silencio.José María Hinojosa

Ni abriendo nuevos cauces
al momento,
quita sus letanías
del desierto desierto.

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