El episodio terrorista 3

Amor, pleno misterio,
sonido de algún bosque, pánica agua,
llavero del armario con papeles sagrados,
cabello de mujer mientras el día remonta sus chatarras,
podría así seguir, pulsando el laberinto fantasioso,
todo esto tiene una fugaz explicación mesiánica,
como en una asamblea de ídolos inocentes,
mitos de iridiscencia compulsiva,
también amores de sabor plural,
palmas de mitológica palmera,
collar iluminado de los mares del sur,
espejismo de aurora entre los chupamieles,
y callados remedios del zodíaco,
¿por qué digo estas sordas palabras entre el humo
que todo lo gobierna con su acre desatino?

 » Leer Mas…

El reencuentro

No te encontraba, Dios, desde hace tanto.
Es cierto: te rezaba, te pedía;
pero eso es sólo la ansiedad que envía
sondas de luz desde el vital quebranto.

Hallarte es otra cosa. Es otro encanto,
otra necesidad. Y hasta diría
que es la más entrañable fantasía:
gozar de tu memoria el adelanto.

 » Leer Mas…

El viejo grito

Sorpresa. Barro. Espíritu.
Llegas cayendo en mí, lluvia del tiempo,
con tus augustas sombras de fría limpidez,
y de repente estoy en otras épocas,
entre las piedras de otros horizontes,
libre de la conciencia que me amarra a una imagen voluble
como el polvo,
concluyendo en un ancho silencio de memorias.

 » Leer Mas…

Las grandes espinas disfrazadas de lágrimas

Las grandes espinas disfrazadas de lágrimas
que nos enterraron en el corazón los años,
muelas impúdicas de la mentira organizada,
invasión -desde el subsuelo- de ecuménicos cuarzos;
hacia dónde se dirigen… hacia la rutina y el decreto,
aplanando calles y personas,
y ellas tan aparentemente prósperas, bronceadas por un sol enemigo
jurado del misterio,
en un apiñamiento de sombrillas y vestidos de moda;
caminando vamos, entonces, por la ciudad de costillaje azul,
hija de la aritmética, nieta del laberinto,
y en ella gastamos el suero transparente de la virtud,
el líquido seminal que palpita como un planeta en el vacío;
yo no soy nadie para decir las edades del puente,
para sacar de la alcantarilla al ladrón de legumbres,
sólo me voy mascullando una viejísima lección entre dientes,
y no me da pena abandonar este reino de edificios inútiles.

 » Leer Mas…

Los árboles callados vieron pasar a Lillie

Los árboles callados vieron pasar a Lillie,
vieron su luz rosada como fruta sin huella,
el sol desvanecido de sus ojos de niña,
la adolescencia verde como el verde manzano,
los dedos en que pulsan secretos ultramares,
su esbeltez de doncella campesina y celeste,
la salud del espíritu bajo el aire más libre:

que ahí en la casa llena
de austeras enseñanzas,
labores de cocina
y oficios de bodega,
entre el juego magnánimo
de la leña y la nieve,
ahí leyó la clara
muchacha a sus poetas,
árboles de la lengua,
proféticas raíces,

y una luz más ardiente se unió a su luz profunda,
como un perfume ingresa al aire perfumado,
como el mar se alimenta de sus propias espumas,
oh azul de niña plena de sol y de pañuelos,
claridad sorprendida de las altas montañas,
fulgor del hondo cielo natal de Nuevo México,
y en las venas, brillando, la Germania escondida.

 » Leer Mas…

Los que se quedan

Siempre hay algunos que se van; pero tú te quedas. El peligro es enorme, la inseguridad es profunda, el miedo es inevitable;
pero tú te quedas. Hay días en que tienes que caminar por las calles desiertas, como un fantasma del país que fue;
pero miras el cielo transparente y magnifico, y te detienes en una esquina, y te dices: ¿Quién va a admirar este cielo perfecto
si yo me voy?

 » Leer Mas…

Niños que cargan otros niños

Niños que cargan otros niños
semidormidos y pidiendo
centavos por las ventanillas
de los carros, mientras regresa el verde
del semáforo. Niños de intacta suciedad,
niños igual de ancianos que la música,
duros como semillas en un plato de peltre;
y en esta levedad el verano, los juegos,
las personas que entran y salen del hospital, los ríos
de vehículos, y una
fosforescencia triste y furiosa en los vellos
de mi antebrazo izquierdo.

 » Leer Mas…

Todos los minutos llevan a este día

El viejo Patriarca,
que todo lo abarca,
se riza la barba de príncipe asirio…
Herrera y Reissig

El vuelo de las gaviotas -silencioso y perfecto-
Me hizo sentir por vez primera el gozo agudo -casi aroma recóndito-
de la inmensidad;
Supe allí que lo inmenso es la categoría interior de cada uno de los minutos,
Antesala de infinitud que puede ser el amor o la muerte,
Graciosas florescencias de este agitado vilo de la sangre.

 » Leer Mas…

canción para los que saben

sabemos que hay que hacer algo inmediatamente
lo sabemos
pero naturalmente es demasiado pronto para hacerlo
pero naturalmente es demasiado tarde para hacerlo
lo sabemos

que realmente estamos bastante bien
y que así vamos a continuar
y que esto no sirve para nada
lo sabemos

que somos nosotros los culpables
y que no es culpa nuestra que seamos culpables
y que somos culpables por ese mismo hecho
y que estamos hartos con ello
lo sabemos

que quizá no vendría mal callarse un poco
y que a fin de cuentas no vamos a callarnos
lo sabemos
lo sabemos

y que a nadie podemos ayudar verdaderamente
y que nadie verdaderamente puede ayudarnos
lo sabemos

y que somos tan inteligentes
y libres para elegir entre la nada y lo nulo
y que debemos estudiar este problema muy cuidadosamente
y que echamos dos terrones de azúcar en el té
lo sabemos

que somos enemigos de la opresión
y que los cigarrillos han subido de precio
lo sabemos

y que la nación se está metiendo en un tremendo lío
y que nuestros vaticinios se mostrarán ciertos
y que no sirven para nada
lo sabemos

y que todo esto es verdad
lo sabemos

y que sobrevivir no es todo sino muy poca cosa
lo sabemos

y que sobreviviremos
lo sabemos

y que todo esto no es nada nuevo
y que la vida es preciosa
y que eso es todo
lo sabemos
lo sabemos
lo sabemos perfectamente bien

y que lo sabemos perfectamente bien
eso también lo sabemos

De «Poesías para los que no leen poesías» 1971
Versión de Heberto Padilla

 » Leer Mas…

el otro

él ríe
está preocupado
expone bajo el cielo mi cara y mis cabellos
hace salir palabras de mi boca
tiene dinero y miedo y pasaporte
y riñe y ama
y se mueve
y lucha

pero no yo
que soy el otro
el que no se ríe
el que no tiene cara que exponer al cielo
ni palabras en la boca
a quien desconozco y es un desconocido de sí mismo
no yo: el otro: siempre el otro
que no gana ni pierde
que no está preocupado
i ni se mueve nunca

el otro
que se es indiferente
de quien no sé nada
a quien nadie conoce
ni me conmueve
ese soy yo.

 » Leer Mas…

la m

oigo constantemente hablar de ella
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.

 » Leer Mas…

poema sobre el futuro

aparecen dos hombres en un tractor
(chou en-lai está en moscú)
dos hombres en monos grises
(los premios nobel en frac)
dos hombres con varas finas
(medallas de oro en tokio)
en la cuneta entre hojas amarillas
(los guerrilleros muertos de viet nam)

entre hojas amarillentas
dos hombres en monos grises
levantan varas finas
una a la izquierda y otra a la derecha
cada cincuenta pasos
varas oscuras en la luz de noviembre
(chou en-lai está en moscú)

dos hombres en monos grises
en la luz sesga de noviembre
huelen la nieve que cubrirá
hojas y hombres

y borrará el camino
hasta que no se vea más nada
menos cada cincuenta pasos
una vara a la izquierda y otra a la derecha
para que el quitanieves
encuentre su camino
allí donde el camino es invisible

De «Poesías para los que no leen poesías» 1971
Versión de Heberto Padilla

 » Leer Mas…

ráfagas

hay palabras
ligeras
como semillas de álamo

se levantan
llevadas por el viento
y vuelven a caer

difícil agarrarlas
porque se van muy lejos
como semillas de álamo

hay palabras
que más tarde quizás
removerán la tierra

proyectarán tal vez alguna sombra
una sombra delgada
o tal vez no

De «Poesías para los que no leen poesías» 1971
Versión de Heberto Padilla

 » Leer Mas…

separación

deja que se haga trizas
el cielo entre tú y yo,
que se haga trizas la bandera blanca
con que nos envolvimos en el sueño
suavemente injertados uno al otro
echando hojas futuras.

pero el lunes llegó.

quiero que llegue un viento
a borrar la verde memoria
de las coronas
y que llegue una nieve
y que se pierda el humo
encima de la casa
y que el cielo vomite
frías cenizas pacientes
y haga girar en torno a tu cabeza
y envuelva lentamente a la mía
esta nieve hecha trizas.

 » Leer Mas…

Instituto de investigaciones

Oh, profetas de espaldas al mar,
de espaldas al presente, oh, hechiceros
que observáis plácidamente el futuro,
oh, chamanes eternamente
recostados en la borda,
¡basta hojear un libro de bolsillo
para descubrir vuestros misterios!

Leyendo huesos, estrellas, ruinas, entrañas,
para beneficio público, todo lo que ha sido
y todo lo que será, ¡oh, ciencia!,
bendita seas tú y los rayos de luz que nos ofreces,
mitad alarde y mitad estadísticas: tasas
de mortalidad, límites de suministro de fondos,
la creciente entropía…

¡Adelante!

 » Leer Mas…

Lo falso

Un amigo mío, Berlín Este, Leipziger Straβe,
Deutsche Akademie, hace poco que ha abierto
a la ciencia un campo absolutamente nuevo:
la lingüística de los errores. Sí,
ahí hay mucho que hacer.

Como profano no me puedo permitir ninguna valoración,
pero tengo la impresión
de que las faltas se multiplican:
ratones blancos, albinos con ojos rojos,
que trepan unos encima de otros,
sobre sillones y camas
y cada vez arrojan más ratones blancos.

 » Leer Mas…

Modelo para una teoría del conocimiento

Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice…
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.

 » Leer Mas…

Oda a nadie

Tu corazón humeante es testigo,
único rey, al viento
tu mirada a causa de la pena.
Eres el compañero del encantamiento,
esclarecido por muchos desiertos,
coronado por la desobediencia.
No estás moldeado por el tiempo,
ni salpicada de ceniza
está tu frente fiel.

 » Leer Mas…

Disparates

Anoche de madrugada,
ya después de medio día,
vi venir en romería
una nube muy cargada;
y un broquel con una espada
en figura de ermitaño,
caballero en un escaño
con una ropa nesgada,
toda sana y muy resgada.

 » Leer Mas…

Las cosas que deseamos

Las cosas que deseamos
tarda o nunca las habemos,
y las que menos queremos
más presto las alcanzamos.

Porque fortuna desvía
aquello que nos aplace,
mas lo que pesar nos hace
ella mesma nos lo guía:
así por lo que penamos
alcanzar no lo podemos,
y lo que menos queremos
muy más presto lo alcanzamos.

 » Leer Mas…

Más vale trocar placer

Más vale trocar
placer por dolores
que estar sin amores.
donde es agradecido
es dulce morir;
vivir en olvido
aquel no es vivir;
mejor es sufrir
pasión y dolores
que estar sin amores.
Es vida perdida
vivir sin amar;
y más es que vida
saberla emular;
mejor es penar
sufriendo dolores
que estar sin amores.

 » Leer Mas…