La lenta muerte llega

Tengo ganas de un poco de entusiasmo
que no siento hace tiempo.
No sé por qué no sabe a nada vivo
ni el mes, ni la avenida, ni la luz,ni el orgasmo.
En realidad también tengo la culpa
y me declaro honestamente reo de una gris negligencia
que por todo mi cuerpo se pasea
y que de todo mi fervor disfruta.

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Mapa con una piedra

Aquí queda el océano: los pesqueros que abandonó Somoza.
Aquí, la costa: el algodón, bananos, caña de azúcar, caucho,
cacao, ganado y paludismo.
Mas acá, el altiplano, las fincas de café y de cardamomo.
Y mas acá, hasta arriba, se encuentran la montaña y las tierras
estériles.

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Masacre en el dormitorio

Estábamos tranquilos,
dulces y agradecidos
con nuestras simples vísceras que nos dieron pretexto
para satisfacerlas.
Y estábamos haciéndolo
contentos.

Y he aquí que de pronto,
sin previo aviso
y sin pedir permiso, todos ellos
han venido a meterse en nuestra propia cama,
aquí,
entre nuestras sábanas,
y ponen los zapatos en la almohada
-donde pusiste el sueño-
y amenazan quebrar la cabecera que me costó serruchos y martillo.

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Paisaje

Igual que las antenas de los televisores
tiendo a veces mis brazos para captar tu imagen,
Frío árbol de aluminio.
Y voy por la ciudad buscándote,
llamándote,
auscultando uno a uno los canales del viento.
Se me llenan los ojos de anuncios y señales,
de violencias ajenas, de misterios vulgares.

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Un cráneo en la sombra

¿Dónde poner la cabeza?
Me dijeron:
-los pies sobre la tierra.
las alas en el viento
y las manos arriba!
¿Y la cabeza?
Se ha tejido teorías, se ha fabricado hipótesis:
-la cabeza debajo del sombrero
encima de los hombros;
al final del cogote;
detrás del mecapal;
bajo el cuchillo de la guillotina;
al encuentro de un tiro de pistola;
en medio de laureles;
bajo la lupa de un sicoanalista.

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La roca viva

Gracias, Amor, por esta dulce herida
y la blandura de mi sufrimiento.
Por la risa y el gozo y el lamento,
en tanta plenitud desconocida.

Bendito siempre, Amor, porque te siento
crecer en la ternura compartida
y por las aguas de tu mar sediento
que arrasa las orillas de mi vida.

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Nueva York

La ciudad estaba allí
monstruosa y gigante,
desnuda en su piedra fría.

Toqué con mis lirios
su insondable aliento.

Nada. Nadie.

Volaban las almas
en su torbellino de dólares
y el tiempo
-centavo descalzo-
se desgranaba
en sangre suicida.

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Salpra (IV)

Al acecho de los minutos
cae
tu pedazo de tiempo.

Insomnio
destierro obligado
con discordias y lejanos
fragores de iracundia.

Las dudas
desgranan tu desvarío
tu tierra dispersa
tus partículas carcomidas.

Atrás
las rutinarias incurias
en ámbitos desiertos
destilando
inmisericordes sentencias.

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Al partir

Zarpó el buque, adiós dijeron los pañuelos y las manos
el adiós desde la orilla repitieron mis hermanos ….
El navío majestuoso lentamente se alejó.
En el cielo se borraron horizontes y riberas;
así en mi alma se borraron ilusiones y quimeras …..

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Crucifixión

En la cumbre de un Gólgota bravío,
bajo un cielo cargado de tormenta
que oculta el horizonte hosco y sombrío;
sobre la frente lívida y sangrienta
la corona de espinas del recuerdo;
afrentada la sed que le atormenta

con la hiel repugnante de lo cuerdo,
y por la lanza del dolor herida
mortal abierta en el costado izquierdo;
sufriendo de la náusea de la vida
el terror de la muerte; a cada lado
el desaliento y la ilusión fallida;

hasta del mismo Dios abandonado
y hasta sin fe para esperar remedio,
agoniza mi espíritu enclavado
sobre la cruz del Tedio.

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El guante

Para La locomotora

Junto con mis reliquias más secretas
Y en un pañuelo, blanco relicario,
Donde nunca miradas indiscretas
Profanaran la fe de aquel santuario.

Yo conservaba un guante, un guante usado,
Un guante negro, que a la mente mía
De la sima profunda del pasado
Una faz melancólica traía.

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En horas de tristeza (I)

Mi corazón es roca solitaria
Perdida en alta mar…
Tumultuosas oleadas de recuerdos
La azotan sinc esar…

Tumultiosas oleadas de recuerdos
¡La azotan sin cesar!…
La carcomen, la cavan y la agrietan
Y al fin la han de arrasar…

La carcomen, la cavan y la agrietan
¡Y al fin la han de arrasar!

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Para qué

¿Para qué?

El intenso azul del cielo, cual turquesa en agonía,
palidece lentamente, y el occiduo sol estía
de oro y cobre las hirsutas cabelleras del cocal.
Con destellos sonrosados reverbera la montaña,
en fulgor incandescente el distante mar se baña,
y se tiñe el horizonte de carmín y de coral.

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Kilimanjaro

No es la nostalgia humana
por las viejas primaveras de un país
donde los pájaros son mansos,
ni por las lluvias de la infancia
que nos dejaron los ojos diáfanos para siempre,
sino por la región de las nieves perennes
que añoran en la vejez los elefantes
de todos los zoológicos del mundo,
hacia la que una mañana,
dicen,
emprenderemos viaje,
con el secreto dolor de que no habrá regreso
a ninguno de los sitios en que fuimos felices.

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Zona Reina

No recordamos ya cómo éramos al principio
porque con cada día parte un cadáver nuestro
a pudrirse en el tiempo.
Nuestros mejores esbozos de humanidad futura
resultaron apenas artificios de pólvora
que ardieron bajo la lluvia de la primera noche,
porque aquí la realidad todavía está en guerra con los pájaros
e ignora por lo tanto las cristalizaciones de la decrepitud
y los tardíos laberintos
en que suele extraviarse su mudanza.

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Acuarelas y Lunares

Cuando el sordomudo llora
es porque ha escuchado un sonido por dentro

***

La culpa que llevaba era tan densa
que su sombra dejaba manchas
y formaba eclipses por todas partes.

***

Tengo su amor refugiado en un paño de recuerdos,
y al sufrimiento atado con un fino hilo de cicatrices.

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Dejares

Deja los humores extraños del amor en paz
porque con ellos yo me entiendo

Deja la memoria de mis plazos
en la jarra que escondió al recelo

Déjame lo inviable y quédate conmigo
junto a mis retrasos endebles

Déjame encontrar tu beso disidente
Deja convivir en mí, los gestos del mohín y del tropiezo

Dame un anticipo para tu demora

Déjame el afán esporádico del llanto
y tus recónditos espasmos de alegría

Deja que convoque lo que desdeño de tí
Deja que tu sentimiento agreste duerma a mi lado
Dame la fracción espontánea de un deseo

Déjame los arrebatos del dolor y el daño
que con ellos yo me arreglo

Borra mis atuendos sombríos
Déjame recolectar colores cuando has anochecido

Déjame completas las palabras indolentes
Déjame jugar con un poco de tu amor entre retazos
Déjame sobrio y moderado
pero no me dejes eludir a la tristeza
si te ausentas y decides que yo no voy contigo.

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I (De Ángeles Callejeros)

Cuando la vi llegar
no pude creer que se trataba
de una simple causa
ni tan sólo pensar que vendría
o que estaría de frente
con la intención de cruzarnos
y nada más.

Cuando la ví llegar
se acercaba como algo parecido a un cruce
de vientos y caminos siempre bifurcados

me puse frente a ella
aunque hasta hoy
no sé si fue ella quien lo hizo
….

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Intérprete de intenciones

Voy a beberme un trago de tu aliento
cuarteado con un beso de mar y tinta de barril añejo

voy a saldar mis cuentas desgranando pesadillas
para poder sembrar algunos sueños

entre rocas de mares
entre bocas de amores
yo sé que tu voz es un tibio refugio
de arenas y desiertos de océano
sin las horas en las que el amor
me enciende una vela para mi último desvelo

sé, que los días en que no te duermes
ni despiertas junto a mí,
son los días en que me atraganto
con la noches enmoheciendo almohadas
mientras vuelves a aquellos lugares
a donde ya no llego

voy a beberme un trago de tu aliento
cuarteado con un beso de mar y tinta de barril añejo

entre rocas de mares
entre bocas de amores
yo sigo anclado
sin tus besos
de tempestad
y brisa

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La tinta del blues

Me basta acariciar la dentadura del piano para escuchar el grito de marfil que una manada de elefantes salvajes, acorralados en algún lugar de África, pudo refugiar de forma mítica entre el soplo de los ébanos del bosque…Lo sé, y cuando a mi vez escapo de mis sombras interiores, conjugo los silencios y los colores de la voz con una tristeza de lujo y charol, y me basta la noche y el humo de un whisky ajeno para poner falanges y metacarpos sobre la eufonía de la naturaleza… …y quedar libre de calles…
y dormir con las manos manchadas de blues.

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Lo nueva que te ves sin mí

Qué mal me hace quedar tu recuerdo
cuando lo saco de parranda
con tal de tener compañía

yo le aconsejo echarse un trago e ir por ahí,
dejarme en paz, pero ¿sabes qué contesta?
…Nada.
Me pone cara de adiestrado,
me mueve la cola y ni modo
yo le acarició la tristeza

Qué mal acostumbrado me lo has dado
Créemelo, no se puede estar tranquilo
por ningún lado.

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Séquito

Somos un recipiente de comparsa
comitiva, venenos, inseguridades,
posesiones, recorridos, tradiciones,
traiciones y todos tenemos:

Un carnicero que nos tijeretea
el largo ombligo que nos une al
egoismo de la vida

Un olor a tabaco al que llamamos padre

Una maestra que dicen nos adiestra

Un perro que nos ladra y se nos presta

Un oficial que nos apunta de por vida
y un ángel guardian que lo disuade

Un político que agranda nuestras ignorancias
y un espejo empachado de arrogancias

Un negro, un indio a quien odiar
y un gringo que nos menosprecia igual

tenemos
un niño para ver en el reflejo de sus ojos a nuestra vejez
y un viejo para lamentar que el tiempo no vuela al revés

dioses funcionarios que archivan nuestras oraciones
admirando con el tiempo nuestras destrucciones
tenemos
a un pobre que nos vuelve ricos
y a un rico que no suelta un perico

un comerciante que madruga sus recados
y una iglesia que nos compra y vende los pecados

un idiota que aplaude nuestras excentricidades
mientras que un espejo nos ahorra las desigualdades

tenemos
a un desamparado que ve en nosotros a un profeta
sin las suciedades de consumo que nos comprometan

un reflejo póstumo en algún lago
y un mar al que ensuciamos con nuestra mirada

Un ciego que nos hace ver el mundo
y otro que nos lleva de la mano

tenemos
muchos seres para enterrar
y pocos hombros para ser llevados

muchos seres para odiar
y pocos para ser amados

tenemos viceversas
y siempre vamos para un mismo lado

médicos para morirnos cada hueso un día más
y media humanidad soñando con la paz

animales indefensos para exorcisar las cobardías
traficantes de egoismos inaugurando cofradías
un loro que nos remeda
un hijo que nos iguala
un cura que nos absuelve
un amante que nos ignora

panaderos sudando sobre nuestro pan
y justas religiones para odiar a un musulmán

herreros para soldarnos cárceles
desamparados para llenar hoteles

una vaca para pasarla a tabla
aunque mamando hayamos aprendido de ella el habla

una televisión con ideas cancerígenas
una radio depresiva

un tocadiscos donde se parqueó la moda
y algunas revistas viejas con raíces

Un jefe que nos ordeña

Un estado que nos ofende

Un ministro de descaros
y semáforos sin colores

dentistas para asesinar el habla
y mecánicos para enfermarnos el andar

asaltantes que nos roban con modales
y otros que nos pegan sin robar

un artista que adivina en nosotros a una obra de arte
y un pariente que quisiera que estuvieramos en marte

Abogados vaqueros buscando errores
para disculpar delitos en el nombre de la ley

Jueces con sotana
que condenan si les dá la gana

casualmente
una mujer nos sonríe ahí en la esquina
y la mano de una niña se nos tiende
herida en un supermercado de morfina

pero no dejamos de tener también:

un auto para demostrar nuestro valor social
y gobiernos para proteger al criminal

democracias agarradas por el cuello
que sin gracia han regalado hasta el resuello

Gentes que protestan sin criterios
heroes que dan prestigio a un cementerio

Tenemos un enmascarado de moda que comercia con sus dueños
y a veces muchos sueños que seguido alguien nos poda

dictadores de mala muerte
sudando salud, oprobio y hasta demasiada suerte

Militares que quisieran sindicatos
para cobrar la causa de los malos tratos

Tenemos la esperanza de fortunas
extraviadas en algún lugar

el instinto del Tener
y la cobardía del no Ser

tenemos
una mujer a la que ofendemos
y una mujer que nos adora

una mujer que nos espera
y otra que nos ignora

existe una mujer
a la que no conoceremos
porque de seguro
no querría ni que la soñemos

Tenemos
un reloj
y una brújula
llena de viajes

todo un planeta para vivir
soñando que iremos a la luna
y sin embargo solo tenemos de cuna
un par de metros
para morir.

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Suburbios de Metal

Qué haré con los árboles
asediados por el fierro

La ciudad tiene venas de albañal
y luces de sol sin cielo

Qué haré con mi tiempo azul
y el olor de un poema
con los sueños sin arrugas
y el amor de las sábanas sin lavar

La ciuad tiene venas
y sangre de aguarrás

Qué haré
del paisaje de tu cuerpo
de las sombras blancas de la noche
de las tristezas de mi piano
de los árboles que invento

Ciudad reflejos de metal
entrañas cavernas cloacas

Qué haré con el mar del próximo verano
Qué haré con los pájaros de mi tintero
Qué haré del aguanieve
Que haré del aguamiel

Que haré con el ángel encerrado
y de los verdes que no encuentran lugar.

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Anorexia

Anorexia, vida
de las voces vomitadas, ironía,
pulpo de los designios resignados,
poesía para quebrados principiantes.
He visto la arboleda, los hilos verdes
de mi frustración he visto.
Recorro los gestos, las manos necesarias,
hoy, desde las prosas cansadas,
recorro esquizoide ese calamar abastracto,
esa nube de meseros gesticulando,
esa luz y sus dientes…

Perduro entre otras lamentaciones.

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Cuerpo

Compruebo apodíctico la evidencia
del hueso
atónito
Aquí soy, aquí entiendo el rasgo roto
el rostro perpetrado
la luz tardía, la tardía luz
de este templo
de deformadas deidades
tejidos y

Escupir dedos

catalepsia

Pálidos se muestras los bordes
líquidos: es el
panteísmo de algún licor,
la substancia sola
de la embriaguez desnuda.

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