1
Mira Rosario,
yo no quiero vivir con tu ausencia.
Te lo digo,
no quiero pasar el resto de la vida
junto a ella, hacerla mi mujer,
pedirle la cena.
Tampoco que te escondas
en mi memoria
y te quedes ahí sin cumplir años,
sin darte un beso.
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Mira Rosario,
yo no quiero vivir con tu ausencia.
Te lo digo,
no quiero pasar el resto de la vida
junto a ella, hacerla mi mujer,
pedirle la cena.
Tampoco que te escondas
en mi memoria
y te quedes ahí sin cumplir años,
sin darte un beso.
Ayer murió
Agustín Lara
y hoy mi papá hace fila
para ver su féretro.
Mañana, yo, voy a nacer.
Cuando vuelvas,
tocá mi puerta.
Si no abro,
tocá mis labios.
Si no hablo,
tocá mis ojos.
Si no veo,
tocá mi pecho.
Si no respiro,
Reza por mí.
Mire papá,
alguien puso
una hamaca blanca
en medio
de aquellas
dos estrellas.
-¿Verdad, papá,
verdad que esos niños sólo están muertos
en la pantalla del televisor?-
-No, mi amor, esas criaturas
ya no existen en la realidad; se han ido,
ya no están, sus cuerpos
pronto serán unos esqueletos-
-Ya sé papá, ya sé:
apaguemos el tele
para que la muerte se detenga
o cambiemos de canal
para que se vaya
a otro lado.-
-¿Papá, verdad que la luna está llena?-
Sí, mi amor, la luna está llena.
-¿Será por eso que no podemos entrar?
Ya para dormir,
Rubén ha puesto sus sueños
sobre la cama y, muy serio,
me ha dicho:
-Papá, cuídelos, que nadie me los toque,
mire que aún no los termino.
Yo, ya vengo, sólo voy a tomar
un poco de agua,
porque esta noche,
les he prometido,
llevarlos a conocer el mar.-
Nunca nos amaremos,
jamás llegarás a quererme,
es imposible que algún día
estemos juntos.
A pesar de todo,
te espero a la misma
hora de la noche,
en el lugar de siempre,
aunque no llegués.
Veo una mujer
a través del vidrio.
Va abrigada
y no hace frío.
Intento besarla
a través del vidrio,
pero el vidrio,
está frío.
No recuerdo
este lunar
que hoy
aparece en uno de mis brazos.
Estuve tomando café, ayer, hasta muy tarde.
Y quizá sea eso: un pequeño náufrago de café
que no pudo llegar hasta mis labios.
Mañana, lo interrogaré más despacio:
de qué planeta vino,
quién lo trajo,
que busca en mí;
si sabe algo de poesía
o conoce sobre las bellas artes;
si está aquí de vacaciones
o piensa quedarse.
Yo digo,
que esa agua
es oscura,
porque está triste.
Era un pequeño Tiburón
asilado en este océano
de concreto,
que respiró nuestro aire
y ya no vivió.
Nadó panza arriba
hacia el cielo,
fue a encontrarse
con Dios
antes que nosotros.
Imagínatelo,
ahora mismo está contándole
sus experiencias,
dándole gracias
por las aletas.
Hace unos
años
no pude
ser comunista,
porque estaba
ocupado
tratando
de ser un niño.
¿Qué noticia
le da el suelo
a tus pies
cuando te detienes?
El otro día,
dije tu nombre
en medio
de mis piernas.
Mi mal
es volver
cada día,
por tu boca,
al país de las
maravillas.
Mi vida
es un espacio
en blanco;
en ella sólo cabe
el dorso de una hormiga
o el rostro miope
de mi hermano
diciéndome
adiós.
Después
de caminar
dieciséis kilómetros
en mi propio cuarto,
descubro
que sólo mide
dos metros de ancho,
por tres de largo.
Al íntimo cuadrante del Nosotros
la Vida nos reclama,
imposible
imposible oponerse,
nuestros cuerpos se atraen
con la fuerza del Cosmos,
en medio del plasma primigenio
sabores luz olor sonidos bordes
se mezclan imprecisos
dedos boca pezones pene vulva
se encuentran y confunden en el fragor vital,
tu piel mi piel resiste
en creciente tensión
en palpitantes
cúmulos de energía genésica
que irradia desde el núcleo del Nosotros,
imposible
imposible aguantar
se desborda la piel
estalla el gozo!
Mi vientre atrapa fragmentos de universo
y los convierte en luz.
Crece el hijo y grita por los vientos
¡Heme aquí, convoco la mañana!
Busco desesperadamente algún empleo.
Pan y leche seguros para el niño
casa, cama
el amor que deviene de la tranquilidad de una labor digna.
«Nosotros dejaremos la tierra que perdura.
Gocémonos, amigos, gocémonos…»
Poesía Náuatl. Anónimo
Entre inmensos vacíos del infinito Cosmos
vos y yo
vanos corpúsculos fugaces,
casualmente tan cerca.
¿Es de verdad casual que estemos juntos
entre la inmensidad del Universo?
Endurecí mis ojos para que ya no vieran
más pobreza
acallé mis oídos para que ya no oyeran
más dolor
mutilé mi esperanza para que ya no hablara
más Justicia
emparedé mi alma para que ya no amara
la Verdad
y cuando así maté lo más hermoso
me hice duro caucho
que no sonrió, no amó, ni siquiera lloró
mi propia muerte
porque la merecía
para siempre.
Una madre puede hacer
todo lo que hace,
no por ser mamá
sino por ser mujer.
Mamá es una mujer como las otras:
es alegre, tiene canas, se enoja
trata de adelgazar aunque no de a de veras
está enferma
casi no se cuida
mi madre se equivoca
mi mami alguna vez ha sido injusta
lleva sus cuantos errores a la espalda
sus pecadillos por allí escondidos
o deseados
pero mami crió a sus hijos ella sola
y a tres hijos más como a sus propios hijos ella sola
mas era yo tan joven cuando madre quedó sola
que nunca pregunté cómo comimos siempre
y ahora todavía no lo sé
pero tiene que ver con la multiplicación de los pesares.