Para Olga

Niña de greyes delicadamente doradas,
niña obsesión de la cigüeña virgen
con mechones de plumas de damasco
que salpicaban muerte,
de la cigüeña loca con alones
de estricnina dorada
que viajaba dejándote un corpóreo perfume,
un pulcro olor a lilas, ya dorados y rudos sueños.

 » Leer Mas…

Sangro de veras sangro luz

Sangro de veras sangro luz que se escapa y es en mí donde las
cabalgaduras se reúnen para arrancar con orlados cascos ancas
de piedra atesorada la asesina vegetación del tomillo y las llamas
de mayo. También arrastro mi sueño como un vestido manchado
sucio y celeste originado por el ángel que divulga la sangre la sed
arrastro mi sueño emerjo bajo un mediodía inmoderado arrastrando
y dejando ángulos letras que penden de los cielos de la sangre la sed.

 » Leer Mas…

Tú eras columna de Babilonia

Tú eras columna de Babilonia o casi,
capítulo del beso de Babel cuando eras mano
labios dedos torres
historia alta de ti,
el libro de la voz deshojándose con paso de
danza,
y la colonia que se despierta y escribe estrofas
verdes,
y el viento escabel para tus pies
en la luna bermeja del salón.

 » Leer Mas…

Uno

De este modo se forma agreste y larga como agua sin riqueza,
como un animal que no aguarda,
el vuelo, la grandeza, los belfos con fiebre, las alas malheridas,
como un animal impensado, el perfil vuelto hacia los vientos y
los peligros.

 » Leer Mas…

Ursa Maior

Cierra tus puertas, muerte de los sueños,
fueras el hombre que en turbión de centeno
y hierba seca sobre el mar amarillo
cae cuando se desbocan los caballos
y despierta la cólera del padre.
Aquí y allá caía sobre el mar
sin perder su sonrisa torcida,
anunciaba sus derechos escudo en alto,
y en la sombra que legisla la usura y los muertos
encendió para ti su elocuencia.

 » Leer Mas…

Vendrá sin las estrellas lácteas

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
C. Pavese

Vendrá sin las estrellas lácteas
y sin tiranosaurios de luz,
maroma umbilical para niños marítimos
que se ahorcaron con algas y cabellos oceánicos
huyendo en hipocampos de sueño de aquel parto, en la
columna vertical mayor,
entre jarcias y vértebras.

 » Leer Mas…

Yo sola oscura por azoteas

Yo sola oscura por azoteas con alas amontonadas por la quietud y por la
muerte agrandadas y por cantos diciéndote ay condúceme con mi corazón
desconocido a la puerta de las tiendas todas donde venden altísimas
gravitaciones ángeles infinitamente confusos que acuden en compases de trenes
y se albergan en grises estuarios ay condúceme ahora cuando mi fortaleza martiriza
derramándose cuando excesivamente levanta armas de nada y se precipita sobre nada
como una certeza y una antífona de la eliminación.

 » Leer Mas…

Yo te di huesos de palomas rojas

Los muertos odian el número dos.
F. García Lorca

Yo te di huesos de palomas rojas
de palomas que alientan dentro de los rasguños
desdeñoso licor de herida
pequeño peldaño de muerte

Atrapé las palomas que habitaban en la sangre alterada
de los niños perversos
robé vuelos morados
vuelos de adelfa y alarido
vuelos de arteria y arañazo
espejos
fiestas
del jacintos del sur

Yo te di huesos de palomas muy pequeñas
astrolabios de tierno esqueleto
guías luciérnagas y otras luces nerviosas
para que oyeras cómo el fósforo declama los viejos versos
del número par
para anclarte a mi noche
para anclarte a mi noche con la cal delicada

Yo te di huesos
anclas pequeñitas
para que te encallaras en la sal de las puertas
y dije las palabras que así existen
filtros de Melibea
brujas líquidas
o la voz fuerte de Rilke el poeta:
retenle
sí, retenle.

 » Leer Mas…

Desde que en lechos de zafir reposas

Desde que en lechos de zafir reposas,
y que por sendas de cristal caminas
derramando tus urnas cristalinas
en favor de las playas arenosas,

y desde que con fuerzas caudalosas
a conquistar el mar te determinas,
bañando tus corrientes peregrinas
de Ulisipio las márgenes famosas;

mientras, depuesta la arrogancia, hiciste
espejo sosegado el agua pura,
que a tantas hermosuras ofreciste,

en cuantas viste, oh Tajo, por ventura
en tantos años de camino, ¿viste
igual a la de Silvia otra hermosura?

 » Leer Mas…

Si igual la voz al sentimiento fuera

Si igual la voz al sentimiento fuera,
como mi sentimiento a tu hermosura,
de los agravios de la edad, segura
mi pena, oh Silvia, y tu beldad viniera.

Dichosa envidia a las edades diera
en tu merecimiento, mi ventura,
y absorto el mundo, de tu lumbre pura
en mis incendios, los efectos viera,

que si tanto debiera a mi cuidado,
yo dejara en mis versos construido
un templo a tus grandezas dedicado,

donde, en común ofensa del olvido,
yo quedase en tu nombre eternizado,
tú venerada, Amor obedecido.

 » Leer Mas…