Primera Negación
No, yo no estuve en la última cena,
pero vi los platos vacíos
y el pan enfriándose,
el triste rostro
del que esperó a sus invitados
hasta la medianoche.
No me acusen entonces
de pertenecer a ellos:
Fui uno más de los que en silencio
y con rabia contenida,
esperó verlo volar, mientras sus ángeles,
con terribles voces,
vengaban su cáliz y espinas.