Hablaban con bocas de sombra

Hablaban con bocas de sombra,
susurraban sucesos mágicos,
historias de herrumbre y de musgo
(no sabían que estaban muertos,
y yo no quería apenarlos).
Fui reconstruyendo sonidos
que en el sueño significaban
para interpretarlos despierto
y atribuirlos a unos labios.

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He ido desenterrando

He ido desenterrando
todos mis muertos: sombras
compañeras, latidos
sin música, corona
de manos y de lágrimas
lloviendo en la memoria.

He ido desenterrando
mis muertos y mis horas…
(y sus horas), mis muertos
y sus glorias… (mis glorias).

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Junto al mar

Si muero, que me pongan desnudo,
desnudo junto al mar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.

Si muero que me dejen a solas.
El mar es mi jardín.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.

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La aventura

Buscas los días. Desandas el viejo camino.
Dices: ‘Fue aquí…, por aquí…’

Buscas los días. Te aferras a escenas
que son el reflejo de un sueño en la sombra de un sueño.

Buscas los días. Te sumes en aguas heladas.

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La casa

Esta casa no es la que era.
En esta casa había antes
lagartijas, jarras, erizos,
pintores, nubes, madreselvas,
olas plegadas, amapolas,
humo de hogueras…
Esta casa
no es la que era. Fue una caja
de guitarra. Nunca se habló
de fibromas, de porvenires,
de pasados, de lejanías.

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Llegada al mar

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.

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Luna

Pandereta de siglos para dormir al hombre
preso en el corazón mudo del universo.
Media manzana de oro para que el niño coma
hasta sentirse eterno.

Árboles, puentes, torres, montes, mares, caminos.
Y todo a la deriva se irá desvaneciendo.

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Oraciones (Pasado)

Le mendiant s′assied sur le bord du chemin.
Lamartine

Ahora que vuelve a ser la tarde
de plata y gris, ahora que tengo
ante mis ojos, en mi lengua,
el color, el sabor del tiempo,
ahora, por fin, ¡qué dolorosa-
mente, qué claro y fiel lo veo!

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Para un esteta

Tú que hueles la flor de la bella palabra
acaso no comprendas las mías sin aroma.
Tú que buscas el agua que corre transparente
no has de beber mis aguas rojas.

Tú que sigues el vuelo de la belleza, acaso
nunca jamás pensaste cómo la muerte ronda
ni cómo vida y muerte —agua y fuego— hermanadas
van socavando nuestra roca.

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Recuerdo del mar

¡Cómo te agitas bajo nubes grises,
lámina fina de metal de infancia!
¡Cómo tu rabia, corazón de niebla,
rompe la brida!

¡Cómo te miro con mis pobres ojos!
¡Qué imagen tuya la que inventa el sueño!
¡Qué lentamente te deshace el aire,
roto en pedazos!

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Remordimiento

I

Inútilmente fui
recorriendo senderos
entre mármoles.

Luz
de prodigiosa hondura.
(Toda la noche había
llovido. Al clarear
cesó la lluvia. Nubes
navegaban el cielo;
nubes blancas.)

Inútil
fue recorrer senderos,
buscar tu nombre.

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Réquiem

Manuel del Río, natural
de España, ha fallecido el sábado
once de mayo, a consecuencia
de un accidente. Su cadáver
está tendido en D′Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
Se dirá una misa cantada
a las nueve treinta, en St.

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Sonetuelo

Perro editor. Cien mil veces maldito,
¿qué Luzbel te inspiró la Antología?
Una coroza es lo que merecía
tu idea, pez, hoguera y sanbenito.

Yo dormía hasta ayer como un bendito,
sin pensar en lo mucho que debía.
Ahora, despierto me sorprende el día,
nervioso, calvo, pálido y marchito.

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Trébol

Puesto ya el pie en el estribo
con las ansias de la muerte
mi despedida te escribo…

Cuando a vosotros vine de Castilla,
el aire era un dulzor de mieles de higos.
A Castilla me vuelvo, mis amigos,
donde la tierra es seca y amarilla.

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Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo,
supe que todo no era más que nada.

Grito: ‘¡todo!’, y el eco dice ‘¡nada!’.
Grito’¡nada’!, y el eco dice ‘¡todo!’.

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Villancico en Central Park

Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis pamnos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.

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La rosa de abril

Zagalas del valle,
que al prado venís
a tejer guirnaldas
de rosa y jazmín,
parad en buen hora
y al lado de mí
mirad más florida
la rosa de abril.

Su sien, coronada
de fresco alhelí,
excede a la aurora
que empieza a reír,
y más si en sus ojos,
llorando por mí,
sus perlas asoma
la rosa de abril.

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Indio (CANTO A BOLÍVAR)

CANTO A BOLÍVAR

El trueno horrendo que en fragor revienta
y sordo retumbando se dilata
por la inflamada esfera
al Dios anuncia que en el cielo impera.
Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta
la hispana muchedumbre
que, más feroz que nunca, amenazaba,
a sangre y fuego, eterna servidumbre,
y el canto de victoria
que en ecos mil discurre, ensordeciendo
el hondo valle y enriscada cumbre,
proclaman a Bolívar en la tierra
árbitro de la paz y de la guerra.

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La fuente de Ojozarco

Sonora, limpia, transparente, ondosa,
naces de antiguo bosque, ¡oh sacra fuente!
En tus orillas canta dulcemente
el ave enamorada y querellosa.

Ora en el lirio azul, ora en la rosa
que ciñen el raudal de tu corriente,
se asientan y se mecen blandamente
la abeja y la galana mariposa.

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HAIKAIS

Tierno saúz,
Casi otro, casi ámbar,
Casi luz…

Por nada los gansos
Tocan alarma
En sus trompetas de barro.

Pavo real, largo fulgor,
Por el gallinero demócrata
Pasas como una procesión…

Aunque jamás se muda,
A tumbos, como carro de mudanza,
Va por la senda la tortuga.

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NOCTURNO ALTERNO

Neoyorquina noche dorada
Fríos muros de cal moruna
Rector’s champaña foxtrot
Casas mudas y fuertes rejas
Y volviendo la mirada
Sobre las silenciosas tejas
El alma petrificada
Los gatos blancos de la luna
Como la mujer de Loth

¡Y sin embargo
es una
misma
en New York
y en Bogotá

La Luna…!

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