Soy rico,
yo, el señor Nezahualcóyotl.
Reúno el collar,
los anchos plumajes de quetzal,
por experiencia conozco los jades,
¡son los príncipes amigos!
Me fijo en sus rostros,
por todas partes águilas y tigres,
por experiencia conozco los jades,
las ajorcas preciosas…
Poemas cortos
¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos
El tiempo es hambre y el espacio es frío
orad, orad, que sólo la plegaria
puede saciar las ansias del vacío.
El sueño es una roca solitaria
en donde el águila del alma anida:
soñad, soñad, entre la vida diaria.
CREO EN UN + ALLÁ
DONDE SE CUMPLEN TODOS LOS IDEALES
AMISTAD
IGUALDAD
FRATERNIDAD
EXCEPCIÓN HECHA DE LA LIBERTAD
ÉSA NO SE CONSIGUE EN NINGUNA PARTE
SOMOS ESCLAVOS X NATURALEZA
LA
POESÍA
MORIRÁ
SI NO
SE LA
OFENDE
hay
que poseerla
y humillarla en público
después se verá
lo que se hace
no creo en la vía violenta
me gustaría creer
en algo pero no creo
creer es creer en Dios
lo único que yo hago
es encogerme de hombros
perdónenme la franqueza
no creo ni en la Vía Láctea.
Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.
Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.
Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.
Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».
No escribo sin vivir,
por eso cuando escribo
—si es que se forma en verso lo vivido—
verso de vida es
que no lo escribo.
Mas en la esencia fina
que mana de la flor
sobre la espiga
ya no está la raíz
que le dio vida.
Cae del aire la flor
Tan leve amada
de ese trémulo espacio
donde viaja su huella
deslizando
aroma de su imagen
al amor…
Un pedazo de cielo
y una rama…
Nada más
cayó al aire la flor.
Es
como un siempre estar contigo
cuando la brisa me toca.
Es
como el imposible olvido
de la espiga a la rosa.
Es
como vivir de nuevo
en la caricia…
…la brisa
…la espiga mecida en la alborada.
A veces tengo ganas de ser un cursi
para decir: La amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!
A veces tengo ganas de ser un niño
para llorar acurrucado en su seno.
El negro
junto al cañaveral.
El yanqui
sobre el cañaveral.
La tierra
bajo el cañaveral.
¡Sangre
que se nos va!
El árbol que verdece
a cada primavera,
no es más feliz que yo,
de nuevo verdiflor.
Las amarillas hojas
cayeron, y en mi tronco
vuelven los novios trémulos
a entrelazar sus cifras,
y hay corazones fijos
por flechas traspasados,
vivos en esa muerte.
Si es que me quieres matar,
no esperes a que me duerma,
pues no podré despertar.
Muerto,
ay, muerto y también dormido,
no es ni morir ni soñar,
no es ni recuerdo no olvido.
Muerto,
ay, muerto y también dormido.
Soldado, aprende a tirar:
Tú no me vayas a herir,
que hay mucho que caminar.
¡Desde abajo has de tirar,
si no me quieres herir!
Abajo estoy yo contigo,
soldado amigo.
Abajo, codo con codo,
sobre el lodo.
Quizas un dia,
hacia el fin de lo tangible,
hablemos con nuestras bocas
soldadas en las semillas
de una fuente de sol.
Y nos irimos disecando
hasta ser solo semillas,
esperando bajo tierra
el nuevo fulgor del verde
en nuestro centro.
En el tiempo del sentido común
veo estallar un torito* en círculos de fuego
anhelo ese incendio que lucen los flamboyanes
me acerco al sótano de las golondrinas
para contemplar el terror del abismo
es cierto
estoy convencida
la soledad es mi perseguidora más tenaz
su dorado penacho de hierro
corona las noches
En el tiempo de las aves en vuelo
me ahogo en mi olor
y el deseo se amar se niega a mori
Si volviera sería sólo fantasma
aunque hojas de palmera abaniquen mi rostro
tu no me veras como en aquellas noches de vigilia
en mi rebelión te perdí
ahora sólo soy mascaron de proa
de un barco que no llegará
La sospecha (era lo último
que podíamos generar)
nos empujaba a bautizar cada cosa
con dos nombres
Afuera la noche
sacudiendo angustias.
Adentro, el corazón
fresco de amor
¡Como una hoja nueva!
El sol se había caído
con las alas rotas
sobre un Poniente.
Tus ojos se llenaron de crepúsculos pálidos.
Vino el vacío eterno de tu presencia
y todas mis horas se llenaron
de distancias.
Tus lágrimas se deslizan
por la pendiente de un recuerdo.
En nuestros labios quisieron enarbolarse
como ponientes los gritos.
Luego, los horizontes se romperán como
cuerdas y mi corazón vendrá a mí de nuevo.
Mi corazón ¡tantas veces ido!
La emoción tira de nuestras almas.
El corazón se nos abre
para amar mejor.
Sentimos todo el cielo
latiendo en nuestras manos.
Una llovizna de recuerdo
humedece mi alma.
¡Es tan dulce
sentirse morir por dentro
poco a poco!
La noche entró por la ventana.
Mi alcoba está suave de luna.
Los rincones se nutren de sueño
y la bujía cuelga en la penumbra
como un sol insensible.
La tarde se va
de la mano del sol.
La noche es un largo silencio negro.
La luna es el alma de la noche.
¡Si yo fuese tan sólo tu corazón por dentro!
Por aquel brazo
por el cual desciendes
llegarás a la mano.
¡La mano abierta
enseñándote a amar!
Tus labios han deletreado
una sonrisa.
Las palabras declinan
como ocasos
sobre los pétalos de los caminos.
Un pajarito
se ha dormido
con un poco de luz
sobre la piedad de tus manos
y se oye palpitar un beso
sobre el cansancio
de tus ojos.
Libre de ataduras
Eros invadió la tierra,
húmedas cuevas desafiantes
cuerpos erectos, crepitantes
Eros desatado, libre
y ubérrimo
pueblas el mundo de deseo consumado.
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora…
Antonio Machado