Un culto Risco en venas hoy suaves
Concetüosamente se desata,
Cuyo néctar, no ya líquida plata,
Hace canoras aun las piedras graves.
Tú, pues, que el pastoral cayado sabes
Con mano administrar al cielo grata,
De vestir, digno, manto de escarlata,
Y de heredar a Pedro en las dos llaves,
Éste, si numeroso dulce, escucha,
Torrente, que besar desea la playa
De tus ondas, oh mar, siempre serenas.