En cada esquina
esperaré la casualidad
de verte entre la gente
y extenderé la urgida mano
para mendigarte
centavos de tu recuerdo
o lo que alcance
la generosidad de tu memoria…
Poemas salvadoreños
He alzado mis desnudos brazos
hacia el cielo
rogando agua,
sin respuesta.
He hundido en las entrañas de la tierra
mis nudosos dedos
en busca de la fuente,
inútil.
He alzado mi delgado cuello
oteando el horizonte
en busca del oasis
y sólo veo arena.
Recorre la tronante voz del dios,
el ancho y largo cielo.
Amontona las nubes grises,
revuelve los vientos de los cuatro puntos cardinales,
los lanza con furia sobre los usurpadores de su reino.
Tiembla el frágil ser humano ante el retumbo prolongado,
ante el rayo que castiga al intruso de la Tierra,
el que debe pagar las ofensas a la Madre que lo acogió en su seno.
Rompe el cristal del silencio
cantar de grillos y ranas,
la luna y su séquito de estrellas
emergen del horizonte
la noche tiende su alfombra,
luz fantasmal
se posa sobre la tierra,
danzan las sombras
al compás de la algarabía
pasa la luna y su séquito de estrellas
La sombra de la nube
Nos cubrió
Delicada, suave, tibia,
Se pegó a nuestros pasos
Se entretuvo con nuestras sombras
Oyó nuestros susurros
Oyó nuestros secretos
Juguetona,
Se alejaba y regresaba
La sombra de la nube…
Retozas sobre las hojas
estremeces las ramas
te deslizas por el árbol
juguetón, veloz, inquieto,
de arriba hacia abajo
de abajo hacia arriba
viento del Norte
saltas de árbol en árbol
envuelves al bosque
te escabulles presuroso
tras de ti, estela de hojas,
brazos agitados,
te despiden
hasta el próximo verano..
Quiero mutilar las yemas de mis dedos
las que tienen grabado tus nombres
para no escribirlos más
para no pronunciarlos más
para no leerlos más
para no escribirte más
Sube curvilínea la carretera
arriba el imponente cerro
abajo despierta la ciudad
Frente a mi puerta
dejo atrás mis pasos…
Aves que expanden sus alas
Revolotean sobre mi cabeza
Vuelan sobre mi rostro
Se posan sobre mis hombros
recorren mis brazos y piernas
Juegan sobre mi espalda
Anidan en mi pecho…
Vuelan, tímidas, presurosas,
Alzándome,
Tus manos.
Ya se oye el fuerte aleteo
de las palomas blancas
sobre las calles y avenidas
en los parques y plazas…
Esta noche
Buscaré los detonantes
De tus explosiones interiores
Sobre tu piel minada
De atentados sorpresivos
Uno a uno los buscaré
Uno a uno los estallaré
Hasta llegar al éxtasis
De la destrucción total…
Gritos y lamentos llegan al cielo
ya no hay dioses
ni palabras sagradas
cuyo conjuro detenga la pestilencia.
Vientos feroces azotan la desvalida Tierra
huracanes furiosos ahora arrasan el suelo fértil
lluvias pertinaces limpian la superficie de la Tierra
ríos desbocados inundan las aldeas
terribles sacudidas estremecen ciudades
fríos y calores extraños estremecen a los humanos.
Hoy
el silencio se posó sobre mis libros
llegó a mi casa
selló mis labios
calló mi boca
ató mis dedos
El silencio
acecha mis palabras
cuando quieren escapar
de la atadura obligada,
de la censura previa,
de los testigos ocultos
El silencio
se lanza sobre mis palabras
las devora feroz
las infecta de terror
las asesina sin piedad.
Danzan los árboles,
abrazados al viento, que lleva el ritmo,
agitan sus hojas, con ondulantes movimientos,
agitan sus ramas desesperadas
susurros, silbidos, crujir de ramas, caída de hojas,
éxtasis de la danza que ya baja a la ciudad.
Quietud de bestias, que tiemblan temerosas.
Tira el viento de tu falda,
cabalga sobre las ondulaciones de tu cabello,
recorre presuroso las partes de tu piel desnudas,
travieso, veloz, inquieto,
una y otra vez regresa para jugar contigo,
una y otra vez tira el viento de tu falda…
Cajas destempladas
asesinas
mi esqueleto frío
plegado, sisado en cajas o cartones
en túneles o tornos
en cañones de escopeta
en estampido de cardúmenes
en jauría roedora
en papilla fértil
en deyección
sentina
y corredores últimos
la loba, el alma
la carnicera abstracta
el manillar de plata
Hemos llegado hasta aquí
¿quién?
Lo poco que sé se oculta con un disfraz que
le regalaron a mi madre hace infinitos años
y que provenía de Siam Me presenté a la
fiesta con él y pronto descubrí lo raído y miserable
que era Se pensó que en ello residía
el estilo (siempre que no se distingue el estilo
se lo supone inmenso puesto que no se ve)
Pero yo sabía que era prestado
aunque un recuerdo muy vago de quién era
ella me impedía reconocerlo como ajeno
El Castillo
se vendía de pie se enajenaban objetos preciosos
que la gente no alcanzaba a pagar ni tampoco
deseaba Por esto es seguro que aún hoy
permanece como entonces erguido y soberbio
con la remota intención de entrar en subasta
pero sólo para verificar el deseo de quienes pasan
Que el lenguaje fuera una cadena
porque el tiempo lo es
nos hizo dudar del tiempo
hecho de instantes
sustantivos que la memoria adverbia
como un torno en busca de la tierra
en un punto cualquiera del planeta
o el bailarían la danza
girando sobre si
Dijimos el tiempo por los instantes
el lenguaje por las palabras
para aliviarnos del lento trance
de cada instante
de cada palabra
¿Hasta qué punto su rostro guarda las impresiones
de la vigilia,
el paisaje visto a través de la ventanilla
descifrado por momentos;
hasta qué punto su rostro tiene interrupciones?
Sentada frente a mí
era un Buey Apis que era
una vieja actriz de Hollywood
pues anunciaba la vejez en sus rasgos
no definitivamente añeja
pero ya próxima.
Cómo disolver una casa la estructura
de canela simple sólida en la memoria
los travesaños de letras de molde
y las ventanas que enmarcan un único paisaje
lívido de la infancia
Cómo estallar la ceniza y absorberla
por un agujero negro o mejor luminoso clarísimo
que brille hasta el fin y se apague
cómo no entrar ni salir que no haya un porche
ni una escalera ni una sala ni una madre
al fondo de un sillón y un hermano por siempre en el baño
descubriendo su adolescencia
Cómo una vez la casa quieta borrar
la ausencia del padre
instalada con rabia de polvo en el vacío
Si soy feliz, ¿por qué yo no me entero?
¿por qué el matiz entre mejor y apenas
no alcanza a desligarme de mis penas
y estando bien también me desespero?
Si tengo mucho, ¿qué otra cosa espero?
y si poco, ¿por qué busco sirenas,
y bailo atada a un mástil con cadenas
al son de falsas letras que no creo?
La sospecha (era lo último
que podíamos generar)
nos empujaba a bautizar cada cosa
con dos nombres
Pierdo el tiempo, lo sé, pierdo los años
y no avanzo, es verdad, más que dormida
durmiente, demorada, hallo salida
en soledad, en sueños, sin extraños.
Me ayudan a escapar los desengaños,
los versos y la música escondida
olvido que allí fuera está la vida
con su triste horizonte de peldaños.
Creímos,
Antes de ser torturadas
Que toda
La sensibilidad del mundo
La cargábamos
En la llanura adulta
De nuestra piel.
Y ahora
Comprendemos
Compañeros,
Que las convicciones y la fe
No pueden llevarse en la piel,
Pues sino,
Hace mucho tiempo
Se nos hubieran muerto.
Estoy desenterrando
El hueso de mis emociones,
Se me están cayendo
Los versos de leche
Y mi poema anda descalzo
Untándose de verde.
Tengo las raíces
A flor de piel,
Porque es tiempo de palabras
Gracias al buen invierno.
A mis dos hijos
El pez terrícola
Traza el rumbo con su cola de risas
Y es la espuma su tren de fiesta
En la marea de castillos y murallas
Conque insemina las pupilas del mundo
El Quijote de mar
Enciende plétoras olas
Y son los remolinos de su angustia
La batalla salada que tensa contra Neptuno
Quien pensativo se marcha
Sentada en la arena
La Mona Lisa los observa
Mientras el viento suelta almohadas
En donde descansan los sueños rotos
De estos tres argonautas
Sube al atlas del reloj
Y date cuenta de su paso
Mira bien las apariencias
Son los miedos exaltados
Te tocará convivir con ellos
Todo lo que dure el viaje
Extiende rotundos los brazos
Recibe una a una las direcciones del dolor
Únete a la tormenta,
Inequívocos en ti
Van los rumbos de los peces
Y el aleteo de la red
Coloca espejos en tus hombros
Así sabrás de tus rivales
Recuéstate en la hierba
Y escucha el leve paso de los suspiros
Como en la guerra
Los detalles te mantendrán vivo
Siéntete pequeño
Muy pequeño
Solo así sabrás
La dimensión exacta
En la que el amor
Te ha colocado
Dicen que Nora Méndez
Es una buena poeta,
Vaya original,
Casi refrescante
Como una bebida de soda
Nora se da cuenta y sonríe
Su rutina tiene alas de repente
Entonces llega a su oficina
Y nada
Y pasa por el supermercado
Y tampoco
Y lee el Tresmil
Y mucho menos
Entonces
Abre los sobres de las cuentas
Los archivos del trabajo
Y se da cuenta que es sólo una ciudadana
Endeudada y con hartas tareas
Y dice
Eso es lo que soy
Una ciudadana
Resignada
se corta minuciosamente las alas
Y llorando hace colas
En los bancos
Y asiste a reuniones
En donde se le exige
Que el margen de contribución
De su departamento
Se incremente en un 17%
Mientras se muerde las uñas
Las mangas
El corazón
Y las palabras
Te coloco humano
Ante mi amor
Y te concedo un último deseo
Caracoles transitando
En imprudentes caravanas
Una pose de amor
No inventariada
Pero insisto en repasar
Tus corbatas
Ese miedo estrafalario
Y como por descuido
Dejo caer junto al látex
La más hermosa de mis críticas
Lo sé,
Hay una desviación en este poema
MUJERES TRABAJANDO
Dice el rótulo
La obrera naranja
Escarba de esta historia
La ternura
Se construye una hamaca
De recuerdos
Para mientras te pasa
Te olvida
Y te sepulta…
Se ha decretado un estado de alerta
En mis emociones,
Cada vez que pasas, cada vez que te veo
En mis pupilas arden
Tactos que se organizan
En la clande-intimidad
Donde tan bien
Conspiran mis hormonas.
Cargo un mitin de caricias
En mi pecho
Y un pubis insurrecto
Esperando que realices
Una volanteada de sueños
En mi vientre.
Este es el tiempo de nombrar nuevamente las cosas
De producir el sonido que las engendre
Son los magos del corazón interno
Que profieren amenazas
Contra el mundo y sus ilusiones gastadas
Alquimistas poderosos
En el viaje del adentro
Donde nacerán nuevamente las bancas
Las luces y las alcobas
Por donde irán los pasos del hombre
Y sus amapolas
Soplan las sílabas del hemisferio nuevo
Arriban en aeropuertos del misterio
Nazcan pues los hijos de mí adentro
Pueblen al mundo
Y su locura
Traigan paz para la que pare y espera
Que el universo entero erosione su historia
Y la brisa que irrumpe
Dobla como una espera
La dulce espada que revienta en palmos de sombra
Afuera gotea el amor de la noche
Blandiendo la mecánica celeste
De una constelación silenciada.
Cruzan la calle
Nadie les alquila una casa
El sol siempre los delata
Deambulan informales
Desatando la ficción
En la miope discusión del tacto
Y su territorio
En el centro de la mancha
Indeleble o pasajera
Está el cuerpo
Templo de todos los tiempos
Cuerpo
Amado y exhibido
Odiado y lapidado
Callado en la tortura
Cuerpo aborrecido
Al punto de la liposucción
Y la cirugía
Cuerpo combatiente
incinerado al final de la guerra
Cuerpo de mujer decapitado bajo puentes
En predios baldíos y cauces de aguas negras
Cuerpo de criatura
En el basurero de los
No deseados
Hoy por hoy
Los tatuajes preguntan
Por sus desaparecidos cuerpos
A la policía
Tatuaje holocausto
Numero de la muerte
Pero también
tatuaje bandera
Graffiti íntimo
Esta es la historia revertida
Qué diría Tommy Hilfigger
Al pasar por las calles de América Latina
En donde miles con sus tatuajes gritan:
??Cuerpo mío
Marginal y mal vestido
Nadie podrá verte pasar
Inadvertido??
Los neones de su imperio
Lucen colosales
Sobre las oscuras premoniciones del hombre
No es casualidad
Que nunca pueda girar a la izquierda
Que señale
Que apunte y fuego
Que repique
Que nos mida
Que corra contra nosotros
Seria tan fácil ponerlo a dormir
Con los canarios
Pero se corre el riesgo de olvidar despertarse…
a esta hora en que todo es distancia
a esta hora en que no te toco
en que nos tocan otros
y somos aún así
felices
reconozco la textura del amor
ese laberinto y limbo
donde todo lo que entra
es absorbido y colocado como ofrenda
se extravía
se confunde
escasea
los amantes deambulamos perdidos
en la capital del gesto
el roce el tacto
han extraviado su significado
a esta hora en que todo es distancia
a esta hora en que no te toco
en que nos tocan otros
y somos aún así felices
yo soñaré contigo
tu soñarás conmigo
serán los sueños
nuestro único encuentro
I
Cuelgas de tus vértices
cual ángel delicado
Que con volar se espanta
Se te olvida que volar
No es ascender
Es derramarse
dejarse caer
sujetándose a la nada.
II
Tengo un manuscrito
De tu pelo
Monosílabos enhebrados
De tu garganta
Un cancel del tamaño
de tu sombra
Y una lista de nombres
Que probarme,
Nunca
me cortaste una rosa…
III
Posaré desnuda
Sobre tu pentagrama
Me soltaré el pelo
Desordenado entre tus papeles.
Esta noche es imposible el frío
Duermo sobre plátanos naranjas
Mandarinas sonrientes
Y paternas amables,
El gallo confiesa y no traiciona
Los limones tocan sinfonías en las afueras de los árboles
Mientras él,
Minotauro hiperactivo,
Descansa
Recitando sueños
Que yo convierto en alabanzas
Mañana cuando emigre tu mirada
bajo un amanecer de alas viajeras,
mañana cuando auroras mensajeras
sollocen en la sombra madurada…
Entonces lloraré porque te fuiste.
Y al sentir tu presencia tan remota,
será menos naranja la chiltota
bajo aquel naranjal que tú encendiste…
Te miraré cruzar por mis dolores
como una golondrina desolada,
de párpados abiertos como flores…
Aquí, crucificado frente al cielo,
mañana cuando emigre tu mirada
acaso pensaré que estás en vuelo…
Mi tristeza se inicia con los trenes.
Es la vida un adiós con estaciones.
La noche ha recogido sus vagones.
Todo se torna tren cuando tú vienes…
Me dejas con tu paso en el desvelo.
No paras aunque agite las banderas.
Pienso en los niños pobres de mi tierra…
En Colorado Springs no hay gente mala.
Cómo quieren al perro y a su perra,
¡son los mejores muebles de la sala!
Aquí perros con suéter y bufandas,
con la alegria azul sobre los ojos.
No les bastó el sudor de los obreros
no les bastó el llanto de las madres
querían inundar tus orejas con viudas
querían asfixiarte con cadáveres
Te soñaban ‘Museo Nacional del Genocidio’
‘Espejo del Horror’
‘Lámpara de Sumisión’ te soñaban
Y vos siempre vecino de los miserables
anunciando el mar con tu sombrero de ninfas
hermano del invierno y de su furia
fuiste fluyendo hasta todos los puertos del mundo
llevando en tus bolsillos
todo el humus amor de nuestros errantes cadáveres
toda las imple agonía de tu pueblo en llamas.
a Antonia Giroldo.
Introduzco mi mano en el interior de este cuerpo de Rimbaud para abandonar lo sucio y deleznable, para arrancar lo rancio y lo raído, la desesperanza, el sordo vivir sin poder juntar las manos cuando llueve, sin poder elevar una oración cuando el terremoto atraganta.
Tu pelo bien sería la risa de los árboles
si no fuese por su loca manía de enredarse en los labios
Tu pelo es como un grito de ternura
tratando de volar de tu cabeza
tu pelo es una inmensidad abierta
tu pelo es la guarida
donde cierne travesuras mi soledad
tu pelo es corazón de seis oídos
para mis doce cuerdas incendiarias
tu pelo fue sembrado por un dios
para que yo le celebrara sus aromas
varios lugares, de 1986 a 1996
a Tatiana Sledzinski
Bien: engañémonos:
Procuremos el bien a los descalzos
Abonemos el huerto y los trabajos
Ofrezcamos amor sin condiciones
Evitemos rascarnos los temores
Creamos en la virgen y en la patria
Demos la vida por nuestro semejante
Seamos como el Che como Jesús como el Demonio:
Ángeles hartos de cualquier esperanza
San Salvador:
un tren
sobre los guijarros de la noche
Vagones apestados de mendigos
Avenidas de Dante y Diosmeguarde
San Salvador no tiene nombre propio:
se llama miseluz guarhumo puñaluna
Un fósforo se enciende
y brillan las heridas
San Salvador ya no echa de menos a la lluvia
Se convirtió en maroma que observamos
con la boca redonda
de sorpresa
y de hambre
En mi infancia
corría un río que me pertenecía
Me hizo creer que su aroma de piedra encantada
era como las simples palabras de mi madre
Lo contemplaba adquirir el color de las cosas
que iba resucitando:
una rama con hojas transparentes
la indecible alegría de mis compañeros
o el fresco ángulo errático de mi pie desnudo
Mi río me arrullaba a la hora del sueño
en lugar de mi madre
Hay ocasiones en que despierto
soñando con él
Y agradezco al agua el no haber aprendido a nadar nunca
para poder ahogarme en paz en la corriente
de mi interminable río perdido
a Patricia.
¿Cuánto dur?la escena
en que mi trastornado aliento se dibuj?en tu cuello?
Ahora veo que nada. Ahora estoy seguro
que del clamor con que mis manos recibían tu cuerpo
quedan tan solo retazos nebulosos de momentos.
Si no hubiera tenido tan roto el corazón.
Madre
¿me darás la mano
para cruzar esta calle
atiborrada de basura
y brisa negra?
las farolas me llaman
con palabras revoloteantes
madre
tu fantasma sonríe a la nada
y me invade la sensación de ser el único responsable
de estas calles oscuras
y no hay un borracho que me eche una mano
un perro que me eche una cola
una muerte que me lleve
de regreso a tu vientre
Siempre manché, rasgué y detesté el uniforme.
Siempre busqué bajo las faldas de las niñas.
Y nunca encontré mi loca historia de amor.
veníamos de mundos haraposos
cargados de peleas y vejigas
nos encontramos en el apretón justo
en el beso preciso
resultó fácil conquistar las cataratas
los fuegos
los venados
la calma
y es que veníamos de mundos desnudos
donde cualquier caricia
podía ser un dios
Intentaba deshacerme de mi corazón
pero ningún mendigo tuvo a bien aceptarlo
lo icé entonces encima de los hombres
-imponente
prodigioso-
y los hombres inquirían por el patrocinador
despiadada ciudad