Absorbió
la llama
la estancia y mi yo.
* * *
Almendros en flor.
cielo azul.
¡Qué lindo traje mi amor!
* * *
Linda sonata.
Rubio fruto.
La brisa en tu pelo se amansa.
Absorbió
la llama
la estancia y mi yo.
* * *
Almendros en flor.
cielo azul.
¡Qué lindo traje mi amor!
* * *
Linda sonata.
Rubio fruto.
La brisa en tu pelo se amansa.
La playa ¿es orilla
de la mar o de la tierra?
Conseja bizantina.
La orilla del bosque
¿es su límite o del llano borde?
¿Qué frontera separa
lo tuyo de lo mío?
¿Quién acota la vida?
¿Vives hoy o mañana?
Uno es el odio y el amor
-Juan, Pedro, la tierra, el sol-
que lo otro, lo mío, es un pozo
mudo, ciego, manco, sordo,
a lo topo,
con su música interior
que ve sin ser visto,
habla sin ser oído,
anda sin ser sentido
y para quien todo es amor.
Viento loco, tierra seca,
boca sedienta, sediento.
Mundo ciego, arena en el cielo.
Polvo, tormenta, tormento.
Vuela y entierra y aúlla
la arena de duna en duna.
Tierra que aterra y entierra
en cielo vuelto y revuelto.
1
Igual que en amor,
lo que dieras, doy.
Después de haber dado
por nubes su nieve,
campo, espejo fiel,
por azul da verde.
Igual que en amor
lo que dieras, doy.
2
Julio dará su mies
al sol que más caliente,
voluptuosa miel
que al viento ondula y cede.
Edición de Pascual Mas i Usó
Ed. Visor 2008
La obra consiste, al igual que Antología Traducida de 1965, en una recopilación de poemas creados
por falsos autores, es decir, heterónimos que selecciona y traduce Max Aub, y que tienen en común,
en este caso, su participación como soldados en la llamada Guerra de los Seis Días, que sucedió en el
Oriente Medio, entre el 5 y el 10 de junio de 1967.
Mordehai Mendil Ha-Leví, enfermero durante la guerra y aun meses después, periodista,
me dio este texto. Vive en Jerusalén, trabaja ahora en un ministerio. Nunca quiso decirme nada
acerca del autor. Estos fragmentos estaban escritos en inglés en una hoja tamaño oficio,
doblado en cuatro sin que se pudiese saber dónde empezaban.
Evidentemente, porque estaba escrito en idioma clásico y perfectamente
caligrafiado. No sé más; me lo dieron en Genezaret.
¿Sabrá alguien qué quiere decir judío?
Ni tu ni yo…
-No es como ser francés, polaco o ruso;
Ser judío es como ser apátrida.
¿Cómo se llamaría en su juventud? No lo sé. Al llegar a Israel los judíos cambian nombres
y apellidos para no aparecer como Rosenthal, Weisman, Mayer, Meyer, Kohn, Suderman, etc.
Inventó poetas como aquel esclavo Abu Gosh. Tenía pocas ideas.
Alemán de hecho y derecho, peleó en las Brigadas Internacionales, en España,
internado en Francia, deportado a Alemania, fue liberado por el ejército soviético.
En 1949 emigró a Israel. Fue profesor de idiomas en Tel Aviv. Como traductor,
formó parte del Estado Mayor.
20 años, nacido en Berlín, llegado a Tel Aviv en 1952, con sus padres, tenderos
de ropa íntima de mujer; poco ortodoxos y de honradez dudosa. Infancia difícil,
inglés deficiente. Se hizo regañar no pocas veces por ello.
Nació en las laderas del monte Ararat, vivió desde muy joven en Jerusalén,
fue guardián del museo Rockefeller, donde sucedió días antes de morir a un
tío suyo, herido. Farfullaba el inglés y el francés. Murió en el jardín del museo,
el primer día.
Nació en Esmirna, emigró niño con su tío, rabino famoso, en 1949. Cleptómano de profesión
y miedoso de condición principal, se pasó la juventud huyendo de calle en calle, de pueblo en
ciudad. Se alistó. No hizo mal papel: murió el cuarto día.
Era un sabra¹ larguirucho, pálido, casi albino que cantaba con
una voz tan larga como él, bien impostada, no como su figura
que, a cada momento, parecía dispuesta a troncharse. Servía en
un restorán de los que tiene por buenos, en Jerusalén, para uso de
altos funcionarios con visitantes o diplomáticos suramericanos de
pocos quehaceres.
Nació en el ghetto de Viena en 1943 y llegó tras largas peripecias, con su madre, a un kibbutz.
Estudió, en sus horas libres, música y pintura sin gran éxito. Publicó un libro de versos en 1965,
que no pasó desapercibido: Tierra y amores.
Hizo estudios religiosos desde su infancia en las escuelas ortodoxas más severas
del ghetto de Jerusalén. Pero no se ordenó rabino sino que se fue a vivir como
pordiosero en los arrabales de Tel-Aviv. Ignoro su edad pero no debía pasar de los
treinta años al morir el tercer día.