Meditación

Estoy en Rijmenam pensando:

quieren parecer grandes en la opinión del otro;
se arrastran por la escala siempre más alto,
siempre más dinero y más honor,
siempre más cabildeo, alzando el gallo más y más;

y yo con gran asombro estoy mirando aquí.

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Me he despertado de pronto

Me he despertado de pronto,
tú me estabas gritando enfurecido
destrozabas la noche,
rompías en pedazos la materia.
He comprendido entonces
tu obsesión
por las manos manchadas de sangre
También yo mataría,
incluso a ti:
me haces soñar sin tregua,
no me dejas dormir.

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Moral

Hombre, hombre, ¿qué haces cuando sabes
que no puedes saber?
Universo o Rijmenam, la autoconciencia,
personalidad, el origen de la célula;
toma cualquier punto que
sirva de punto de partida,
toma Dios si hace falta.

Ningún punto es un ‘iluminado’ principio.

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No sé

Soy hermosa y mi piel es suave
y el viento del mar me devuelve rocío
de tiernas tersuras.
Mi cabello perfumo y adorno de áurea madreselva
y mi pecho es redondo y casi virginal.
Tuve un amante que ensalzó mis caderas
y mi forma de amar intensa y silenciosa.

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Navegar

Cerca de la ventana en Rijmenam
contemplo el campo,
hasta el Mar del Norte
millares de años.

El agua alcanza océanos;
trazo una huella de navegación;
millares de años
alrededor del mundo.

Delante de mi ventana en Rijmenam
muchedumbres pasan,
mil millones los vencedores,
mil millones los mártires
aherrojados y esclavos;
millares, millares de años
alrededor del mundo.

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Nota II

A veces el poema es el objeto o don
y con más evidencia
pone de manifiesto ese propósito:
dar luz a una palabra
sin quitarle su magia
o ser depositario
de una visión o de un sentir
que toma cuerpo
en sílabas contadas.

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Navidad

Rijmenam, penumbra, noche.
Sosas, las noticias en la tele:
exterminación étnica en los Balcanes, en África, en Timor,
medio millón de muertos, cadáveres, calaveras.
En mi propio país un asesino violador de niños
y su mujer. ¡Venga ya! ¿Es verdad?

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Ojos

Me has acorralado
y con odio agarrado mis solapas,
me has empujado hacia un rincón
y me has golpeado
hasta dejar tinto de sangre
el aire mismo,
y así y todo,
he aquí que todavía me levanto
y mirándote te digo:
ahora mismo,
en este momento lo decido,
haré donación de mis ojos
aunque tenga que llevarlos
mi asesino.

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Notaría

Algún día hallaremos la fórmula
que nos indique la vastedad del universo
y la amplitud de nuestro corazón.

Algún día hallaremos la clave
en que ha sido compuesta la música
de las esferas y la encerraremos también
en nuestro corazón, levitados
canturreando satisfechos:
¡lo hemos conseguido!

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Oyes esa música

¿Oyes esa música
que cruza como luz la oscuridad
mientras la oscuridad gira
y yo con ella?
¡Con qué fuerza
se abre paso
y llega incluso
a mi lugar más remoto
cercado también de sombras!
Pero el latido
que brota allí
nadie lo oye.

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Ojeada

Por una vez quiero todos mis pensamientos juntos,
una vida entera, mil quintillones de ficheros,
que abarco de un vistazo.

Temo que me cubran por completo,
enano entre rascacielos
que se espesan sobre mi cabeza.

Entonces desde dentro se vuelven arena
y se derrumban, una loma como una pirámide,
y nadie nunca sabe ni qué ni por qué.

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Paso a paso

Paso a paso
Desconfía de aquellos
que no han considerado nunca
el suicidio.
Van haciendo paso a paso el camino,
cegándose al abismo que siempre acosa al hombre

Entran en la matemática rueda
de la materia.
Se hacen invulnerables a la desesperación.

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Paseo

¿Es eso la vida?
Empiezo con ella, cada día de nuevo.
Afilo mis cuchillos,
cargo revólver y fusil.

Y me digo a mí mismo: pobre cabeza,
venga, vamos a pasearnos un poco
al sol.

Él brillará por siglos.

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Pensar soñando

Cuando es de noche, expulso mis pensamientos,
mis sueños, y me duermo…
al alba me despierto otra persona.

Llegan al rato, llegan
uno por uno y los reconozco,
no los reconozco.

Tengo que arreglarlos. Los arreglo.
Se adaptan a mí o no,
y ocurre que entiendo.

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Ya se acercan las manos

Ya se acercan las manos,
innumerables manos,
negras manos,
a cegarme los ojos,
a detener mis piernas,
a secarme las venas,
a posarse insistentes
a lo largo del cuerpo
y dejarlo sumido en lo negro.
Harán saltar la lengua,
los dientes,
corazón y riñones,
intestino y cerebro…

Amiga de la entraña, tan lejana,
acércate un momento
y con tus juegos
distrae esta terrible oscuridad.

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Plegaria

Procura, Dios Bueno, que existas:
procura que seas grande y bueno,
tan grande y bueno que puedas
ocuparte un poco de los hombres,

que puedas ocuparte un poco de mí,
mira, allá por abajo en Rijmenam;
recógeme de la dispersión de
pensamientos, sentimientos, instintos,
-tú sabes- de toda la psicología;

juntos recógenos todos de la diáspora,
la inexplicada confusión;
procura que domines el caos,
porque algo tan horroroso no puede jamás
estar procreado por un Dios.

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Predicación

Tantos siglos pasan en el mundo
y el hombre va paso a paso arrastrando los pies
por su historia,
una lucha incesante
contra miedo y fábula.

Se oyen vítores y triunfo
Esplendidísimo: ‘vae victis’,
¡mátalos!, no hay nadie
más poderoso que yo, Alejandro; que yo, Hitler;
matamos el miedo.

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Proscenio

Todo el proscenio fuera de Rijmenam,
por todas partes salpicones,
proyectil de flores taladradoras, luminosas,
sacacorchos hecho de estallido tras estallido,
cielo lleno de piel restallante,
salpicadura de sangre.

Bala, cohete, misil,
alto, más alto, altísimo,
a codazos y patadas encarna
estridentemente el cliché: combate es la vida.

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Pueblo

Coge a uno de los siete de la mano
y llévalo a Blancanieves.

Tan pronto como concibe lo que ella
tiene escondido bajo sujetador y braguitas,
agarra la manzana y muerde.

Cuando viene el príncipe
y la besa, sus entrañas
se desgarran.

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Representación

Cuando descorro las cortinas,
toda la escena florece:
magnolia, cerezos, melocotonero
y ahora las lilas estallan
con suaves sonidos de púrpura,
el golpe en el gong.

Aquí estoy vanagloriándome
en medio del gran desperdicio:
mil millones de flores de cerezo de mi jardín
se hielan en una noche.

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Resignación

Estoy tumbado aquí con toda mi filosofía
en mi sillón en Rijmenam.
Fuera, la niebla flota. Gris
se desliza por la ventana, gris pálido.

La calefacción susurra un murmullo.
Poco a poco hace maravilloso por aquí.
Cruzo los brazos sobre mi vientre,
cierro los ojos.

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Saludo matutino

¿Cómo va el mundo, Rijmenam?
¿Matan a golpes a los hutus en Ruanda todavía?
Los cadáveres salían de la pantalla,
medio millón de esqueletos en una semana,
cómo apestaba allí con ese calor,
nadie para enterrar muertos durante
la fiesta de larvas.

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Sesenta y ocho

Sesenta y ocho y estoy sentado aquí
con mi añoranza de
antes de cincuenta años,
como si ella llegara al fin,
se desnudara
y en ella metiera yo
mi beatitud.

Sesenta y ocho y estoy sentado aquí
con mi perspectiva de
mil millones de veces, mil quintillones de años,
y de todo lo que he esperado
o creído o con lo que nunca he podido soñar
ni pizca, por muy poco que sea,
es verdad.

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Simbolismo

Tienes que verlo:
verde bajo sol, en todos los tonos;
detrás, todo un campo de manzanilla
en ondas blancas;

y ahí dentro, una mancha acre rojo, más rojo, rojísimo,
seis veces amapola.

Tienes que verlo en Rijmenam:
la alameda hacia nuestro campo bajo el sol,
después de ella, la casa oculta;

y ahí dentro, ella, Añés, el rojo ardiendo
entre el rojo vivo de nosotros,
cuatro veces amapola bajo sol
de cada niño nuestro.

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Transeúnte

Lo único que pasa aquí es el tiempo.
Canto en todas las tonalidades de poesía,
dichoso estoy cuando cierro los ojos
y dormito, ¿quién sabe?, duermo.
Y sueño.

Salimos de mañana
miramos a lo alto y elegimos
el rumbo donde ninguna nube
nos moleste.

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Haydee Thompson

llueve el toldo verde
las cartas
los retratos se mezclan
están los hijos y los hijos

una mujer mira todo
reduce la ciudad para poder decirla
no hay dimensiones
no hay distancias

el techo de jazmines
del gran patio del pasado
abre la vida de la mujer

ahí está en los grandes resplandores de la lluvia

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