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Los pájaros trabajan
en el oficio de urdir el vuelo
el viento en indagar
sus palabras
¡Qué manera de viajar sin voz!
Haciendo que el césped
Se convierta en espejos
Y el tiempo en Nilo de papeles.
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Los pájaros trabajan
en el oficio de urdir el vuelo
el viento en indagar
sus palabras
¡Qué manera de viajar sin voz!
Haciendo que el césped
Se convierta en espejos
Y el tiempo en Nilo de papeles.
Ni el mar ni los ríos desfiguran sus aguas
eternos e inmensos en su empeño
nunca en acecho nunca persiguiendo
están allí en su límpida fluidez
más interminables que caracoles nocturnos
yo me adhiero a ellos conmovido
pero también porque pertenezco a su grito:
a esa voz de estrépitos y desplomante
de hoguera líquida
de olas
de retumbos
yo me adhiero a la locura de la libertad
con su lenguaje de furtivos sueños
con sus piernas chapoteando en todos los sitios
hasta ser definitiva comida para todos.
No existe olvido si hay memoria.
No existe pasado si eres mi presente.
El tiempo emerge del pecho
Y allí nos ahogamos en su sueño.
Vivimos para descorrer las flechas
De la vida, no para hundirnos
En las aguas de su bruma.
En las nubes de invierno,
El cielo se oscurece,
Mi libertad se hunde:
La ilusión es velo.
Siempre estoy desnudo:
La lluvia dilata
Esperanza y fuego…
¡Ah, nube de invierno
que cubre la memoria
con gotas de imprenta!
Perdón por los insectos
y los pájaros que mueren
la hojarasca
la luna en el estío
el crepúsculo colgado de las ramas
los niños barriga de lombrices
plagicidas en las burbujas de los féretros
perdón por los platos que no almuerzan
tuzas en las camas masticando la piel
fososíntesis de mora
en el taburete
alfiler del hambre los pechos que ya no viven
perdón
perdón
perdón
perdón
perdón don condón tentación
perdón fornicación
introvertido vértigo de advenimiento
perdón por la risa perdida
por el espejo que transcurre
apuñalado en la garganta
perdón por los célibes que se toman otro mundo
perdón por este mundo
que crece grotescamente en números
perdón por la calidez del insomnio
el terror y el lento fuego de la miseria
perdón por las palabras
por el diccionario que reverbera de fósiles
perdón por el bosteza de cansado reloj
por los ojos bizcos que miran de soslayo
por los senos que se ausentan como trenes
por esos después ya no vírgenes
por el que gime sin sábanas en el alma
por la noche que extiende su oscuridad como embudo
por los rostros y los cuerpos que beben la neblina
por el demonio que se posesiona
en espiral hasta llegar a la tristeza
por las telarañas que ciegan las ventanas
por el que escupe cuando sale a la calle
perdón por los amuletos de la buena suerte
que abrigan esperanzas
por el que duerme como póstuma estatua
por el rojo del guiño y las rocolas
perdón por mis zapatos sin afeites
perdón por aspirar tanto espejismo
perdón por mis pies que no saben de botiques
perdón por este sueño que llama a Heráclito
perdón
perdón
perdón
Tal vez el mundo sea bello,
cuando el sol claro lo ilumina,
pero yo sé que hay hombres tristes
como la lluvia gris y fría.
Carlos Bousoño: La tristeza
Al final del día
Todo va quedando inerme
La noche está ahí como una calle
Intransitable:
Musgo sin espejos
Humus sin puertas
Pero verdad latente
A lo lejos
Luces
Gallos insomnes
Sombras de la ciudad el paisaje
Duele todo lo que se deja
Todo lo que perdemos de vida
Todo lo que nos gana la muerte
Bajo esos hilos de oscuridad
Hasta la luna tiene diademas
De indiferencia
Sobre los pensamientos
Duerme la soledad del mundo
Mientras los ojos se pierden
Sobre la superficie de las paredes
Al final del día
Hay imágenes irrestañables
Reflejos desvalidos
Una ciudad que calla
Cansancios
Nubes silenciosas
Plazas sin murmullos
O si a caso
Una canción perdida
En el hocico de los perros
¡Poco a poco se nos va el tiempo!
En ese horizonte hundido
Por la brisa del anhelo,
Y por la esperanza helada
Que te escucha, te sueño:
La conciencia desnuda,
Se dilata en confesiones,
Y el campo riega sus esencias
Con los suspiros del monte…
Ella me piensa cuando sueño
Con un quedo de ramas por subir:
Ella que es la memoria
Cuando pienso en las arboledas…
Ella, la fuerza natural
De la lluvia, el fuego y la tierra.
Fierros líquidos que se diluyen
En ecos subterráneos
Para decir que allí
Nos reencontramos
Con el vestido de otra noche.
Ahora, desnudo y solo,
Pienso en los trenes
En esos fugitivos durmientes
Que sorprenden
Por su risa esquelética
Y por su duro ser
De promesa incumplida.
«…existe un tiempo para edificar
y otro para la vida y la generación,
y otro para que el aire rompa el vidrio desportillado
y sacuda las tablas donde corretea el ratón de campo
y el roído tapiz que exhibe su callado lema».
Es mucho el heroísmo
De soportar el tiempo:
Esperar a nadie en el río
De la ventana y al borde
De las estaciones. Esperar
Bajo cielo y la nube densa
Del destino. Esperar
Entre las zarzas del oscuro
Anhelo y besar la médula
Del fuego, con cierto gozo
De ingenua ignorancia.
Uno es un ser
Con toda la soledad que lo habita
Uno es uno
Con la sal del sol en la cara
Uno es uno piedra insondable
Carne donde supura Dios con sus evangelios y salmos
Con sus yerbas y antibióticos
Uno es uno ráfaga recurrente
Entre huracanadas espinas
Uno es uno entre pájaros coloreados
En el cuarto del baño
En el retrete imaginando cuadros de Chagall
De Picasso o Joan Miró o Magritte
Uno es uno pese
Al cemento y las autopistas
Pese a que llevamos el hambre en las pupilas
Uno es uno entre costureras
Sastres
Albañiles
Carpinteros
Rateros
Oficinistas
Estafadores
Traficantes
Comunistas
Uno es uno entre el sol
Que dora los calcañales
O la sombra que embosca la conciencia
Uno es uno entre
Capitalistas
Demócratas
Fascistas
Burócratas
Uno es uno hundiéndose en apariencias
Tecnócratas
Ambientalistas
Corredores de bolsa
Agiotistas
Neoliberales
Contratistas
Banqueros
Vendedoras del mercado
Billeteros
Huelepegas
Pupuseras
Jornaleros
Buhoneros
Dormilonas
Diputados
Uno es su propio duelo
Sacudiendo los pensamientos en la almohada
Uno es espejo
Espejo frente a los analistas políticos
Que quieren tener el entrecejo de Sherlock Holmes
O la bella historia del inmigrante
Extraviado en la ebriedad de la noche
De las fronteras
Uno es espejo
Frente a los cineastas o teatreros
Que flotan en irisados abismos
Mascullando mundos inauditos
Uno es espejo frente
Al pájaro sin alas tras polarizados barrotes
Uno es espejo fragmentado
Estertor desgarrado
Zumbido asoleado de las moscas
Herida donde pulsa la luz
Uno es uno
Por eso me defino campesino
Mi dui campesino
Mi Nit campesino
Mi Licencia campesina
Mi Profesión campesina
Mi Titulo académico campesino
Mi origen Chalateco campesino
Mi Estado civil campesino
Entretenimiento campesino
Mi Gracia campesina
Mi Religión campesina
Mi Filiación política campesina
Mi Genealogía campesina
Mi salario mensual campesino
Uno es uno escarbando en abismos irisados
Uno es uno cuando surca húmedas tristezas
Uno es uno queriendo que el mundo abdique en una ciénega
Uno es uno queriendo coser la esperanza con anguilas
Uno es uno simulando ser persona de este mundo
Jí jí jí
Uno es uno en el bosque de ray bradbury
Uno es uno aunque la noche lo fusione con los muertos…
Dentro de mí el hondo dolor
Que lucha en sombra contra piedras.
Tanto caminar que me pierdo:
Tanto ir y no encontrarte, sueño,
Sobre la superficie altiva
Del huracán que me arrebata.
Tu sombra es piedra y es dolor:
Piedra y dolor.
A menudo me toca jugar
Con la soledad o el olvido
Da igual cerrar las puertas
Abrir las ventanas
Hacer puentes donde no hay ríos
Cobrar un sueldo y pagar los impuestos
Ir a misa
O escuchar un discurso presidencial
Salir a la calle
O pegarse un tiro en la cama
A menudo uno se encuentra
Con enjambres
Con ídolos que subastan sus propias cataratas
Y beben en su propia taberna
Arco iris de mostaza
Territorios prometidos sin peones
A menudo quisiera derrocar el alfabeto
Darle golpe de estado a las vocales
Botar las cáscaras de las consonantes
Darle amnistía a los adjetivos
Y beber la clorofila de los verbos
Desnudarlos
Habitarlos de principio a fin
Diseminarlos en felpas de aserrín
Vomitar el destino en el mar
Llevar el silencio a vitrinas póstumas
Deshacer el nudo de las encíclicas
Remover los sepelios y las sombras de las miradas
Habitar la memoria
Despedirse diariamente del mundo
Quemar los anticuarios
Disfrazar el óxido de la melancolía
Ignorar la piedra pómez de las ofertas electorales
Excavar en el agua
Hasta sorber en su totalidad
La ebriedad del planeta…
I
Vienes y te vas.
Te vas. Temprano o tarde
Te vas: sangre dilatada.
Fugitiva piel, sal o labios,
Te vas. Secreta luna interior.
Ahora música en la noche.
Viento inclemente la tristeza.
La garganta vela húmedas noches.
1
¡Viento, viento, viento
viento que revienta en la cara!
2
El viento que canta
Unido a mis huesos:
Voz suave, de agua.
3
En el comedor
Me siento a escucharlo.
Para Blanca Mateos, por sus desvelos e insomnios;
Por hacer de la poesía panes repartidos.
1
El tiempo. El tiempo. El tiempo.
A cada paso estamos librándonos de sus abrazos
Oímos masticar sus aguas asfixiantes
Imaginamos su risa y callamos…
De repente toca los balcones de la duda
los poros del temblor en las costillas
y las sienes.
1
Ya es otro día el rocío
Que sangra en el vientre;
La creación es una fascinación de alas
Que invento cada veinticuatro horas;
Buceo con un pedernal inagotable,
Hasta que un collar de mariposas verdes,
Se posa en los pilares de mi casa
Para animar la hermosa fantasía del alba
Que viene ardiendo en los párpados del sol.
Vanamente mis ojos inquietos
Por do quiera se tienden y giran,
Vanamente mis labios suspiran
Abrasados de fúnebre ardor.
Soledad espantosa me cerca,
Noche eterna mi pecho ha cubierto:
Para mí todo el mundo es desierto
Pues que nadie responde a mi amor.
Breve fue y robado instante
A la amarga inquieta vida,
En que el ánima rendida
Rindió los miembros también.
Eran horas de alta noche,
Y en mi solitario lecho
Posaba tranquilo el pecho,
Lenta pulsando la sien.
Borraba ya del pensamiento mío
De la tristeza el importuno ceño:
Dulce era mí vivir, dulce mi sueño,
Dulce mi despertar.
Ya en mi pecho era lóbrego vacío
El que un tiempo rugió volcán ardiente;
Ya no pasaban negras por mi frente
Nubes que hacen llorar.
Cuando hice resonar mi voz primera
Fue en una noche tormentosa y fría:
Un peñón de la cántabra ribera
De asiento me servía:
El aquilón silbaba,
La playa y la campiña estaban solas,
Y el Océano rugidor sus olas
A mis pies estrellaba.
Es bello, sí, en la aurora risueña de la vida
El palpitar primero de amante corazón;
Bello sentir brotando del alma sorprendida
La perfumada lágrima de la primer pasión.
Bello, como en mañana se ve de primavera,
Blanco espino en los bosques florido aparecer; amoroso.
Yo conozco esa voz: a su sonido
Todo mi ser se estremeció temblando;
Hela subir cual bélico alarido
A los cielos mi muerte demandando.
Conozco ya esa voz: un tiempo ufana
La señal dio de paz y de alegría.
A litigar el derecho
Que en alguna cosa tiene,
Si dinero no previene
Para untar algo en la mano
Al decir al escribano
Que agite sus pretensiones:
Digole nones.
A la casada que gasta
Más que gana su marido,
Que es prudente y conocido
Por hombre de buena pasta;
Por inás que éste de su casta
La sucesián no apetezca,
Y estar con ella aborrezca
En sus dares y tomares:
DIgole pares.
Al admirado pasajero incita.
El campo todo en fin interesante
Pintado de colores las más vivas,
Sus ültimos verdores ostentando
Olfato y ojos a la vez hechiza.
!Pero qué yen mis ojos! !Cuál estruendo-
?Iis oldos hirió? iOh maravilla!
Cual suele el humo, que el volcán vomita
Al cielo alzarse en anchos borbotones,
Y oscurecer revuelto las mansiones
Que el águila caudal rasgando habita;
Mas si despues Eolo el soplo agita
De los vientos, rompiendo sus prisiones
Deja del éter limpias las regiones,
Y deshecho se pierde y precipita.
Todo es ventura ya, todo alegría
Desde que en nuestro mundo americano
Gritara el primer héroe mexicano
«No más esclavitud ¡o patria mía!»
Derrocóse la ibera tiranía
De LIBERTAD al grito soberano,
Y cayó la cadena que el indiano
Sesenta lustros arrastrado había.
Heroida de Ovidio.
Más blandas a las fieras he encontrado
Que a ti, Teseo, y fuera el honor mb
A cualquiera mejor que a ti fiado.
Estos renglones, bárbaro, te envio
De la playa de donde adverso viento
Se llevó sin ml iay tristel tu navIo;
Y en donde, por mi mal, mi sueflo lento
Y tus tracciones, cuando yo dormIa,
Ocasionaron ml fatal tormento.
Asi exclamaba atónita, y suplIa
Lo que a la voz faltaba con el lianto,
Y otra vez y otras mil mi pecho herIa.
Y por si no me oyeras cuando tanto
Distabas ya de ml, porque me vieras
Los brazos agitaba en mi quebranto.
A una j5ersona de confianza.
De aqul de este lugar donde me aleja
Enemiga fortuna,
Te mando la salud, que a ml me deja;
No porque de importuna
Enfermedad el flaco cuerpo sienta
Daflado en parte alguna;
Mas porque la tristeza macilenta,
Que tiene aquI su asiento,
Más que horas tiene el dla me atormenta.