Las confesiones de don Quijote

Casi nadie me llama por mi nombre,
vulgar y cotidiano como la rebeldía.

Prefieren otorgarme
la nobleza ridícula que yo mismo elegí,
el título de un pobre caballero,
de una triste ilusión,
y me recuerdan hoy
por el delirio de mis noches,
alunado, valiente
en la cabalgadura de los sueños
al confundir gigantes y molinos.

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Las razones del viajero

Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.

Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

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Life vest under your seat

Señores pasajeros buenas tardes
y Nueva York al fondo todavía,
delicadas las torres de Manhattan
con la luz sumergida en una muchacha triste,
buenas tardes señores pasajeros,
mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
altos como su cuerpo en el pasillo
de la Universidad, una pregunta,
podría repetirme el título del libro,
cumpliendo normas internacionales,
las cuatro ventanillas de emergencia,
pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
casi vivir sin vínculo y sin límites,
modos de ver la noche y estar en los cristales
del alba, regresando,
y muchas otras noches regresando
bajo edificios de temblor acuático,
a una velocidad de novecientos
kilómetros, te dije
que nunca resistí las despedidas,
al aeropuerto no,
prefiero tu recuerdo por mi casa,
apoyado en el piano del Bar Andalucía,
bajo el cielo violeta
de los amaneceres de Manhattan,
igual que dos desnudes en penumbra
con Nueva Cork al fondo, todavía
al aeropuerto no,
rogamos hagan uso
del cinturón, no fumen
hasta que despeguemos,
cuiden que estén derechos los respaldos,
me tienes que llamar, de sus asientos.

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Me persiguen

Me persiguen
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y en las calles enteras están comunicando.

Sumergido en tu voz de caracola,
me gustaría el mar desde una boca
prendida con la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.

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Noche de nieve

Asume Tus errores.
Visto para sentencia queda el tiempo
de las manzanas y la luna blanca.

Como en noche de nieve,
el lobo que cruzó los almanaques
ha marcado sus huellas. Las conoces,
sabes qué significa
dejar de amar, dejar de ser amado,
sentir que los minutos se corrompen
en el embarcadero de la vida.

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Quién eres tú?

Se deshizo la luz,
equivocó su horario por dejarte desnuda,
desdibujó tus ojos mientras me sonreías.

mientras me soreías
vi una sombra inclinada desvestirse,
abrir la cremallera despacio del silencio,
dejar sobre la alfombra
la civilización.

Y tu cuerpo se hizo dorado y transitable,
feliz como un presagio que nos enfurecía.

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XI (de Diario Cómplice)

Sospechan de nosotros. Ha pasado
el primer autobús, y nos sorprende
en el lugar del crimen,
desatados los cuellos y las manos
a punto de morir, abandonándose.

Nos da el alto la luz,
sentimos su revólver por la espalda,
demasiado indeciso,
su temblor en nosotros, encubierto
bajo el pequeño bosque de las sábanas.

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XVII (de Diario Cómplice)

Nada más solitario que el dolor
porque también excluye a quien lo siente,
si con él se traiciona o se acompaña.
De mi propio vacío
siempre yo el excluido.
Tú,
tan desaparecida,
tragada por la tierra como lluvias de paso,
puedes estar debajo de las sombras
que comparten la noche con mi sombra,
en los bares abiertos igual que las heridas,
las hamburgueserías
que la ciudad habita y condecora
con la tristeza inmóvil que vende un cabaret,
donde las gentes pierden
el pudor de saberse atormentadas.

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Cuando a su dulce olvido

Cuando a su dulce olvido me convida
La noche, y en sus faldas me adormece,
Entre el sueño la imagen aparece
De aquella que fue sueño en esta vida.

Yo (sin temor que su desdén lo impida)
Los brazos tiendo al gusto que me ofrece,
Más ella (sombra al fin) se desvanece,
Y abrazo el aire donde está escondida.

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León Felipe en sus 75 años

Vedlo otra vez aquí.
De su vieja piel brotan
absurdamente flores
en salvaje melena enmarañadas:
recientes, frescas, olorosas flores
(así Elvira Gascón lo ha dibujado).
Y de la cueva honda de su boca
a veces una voz terrible sale
clamando; voz oscura
que, inesperadamente traicionada,
al aire se transforma
en un tierno, armonioso,
inexplicable canto.

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Amor y ausencia

¿Cómo vives, sin quien vivir no puedes;
ausente, Silva, el alma, tienes vida;
y el corazón aquesa misma herida
gravemente atraviesa, y no te mueres?

Dime, si eres mortal, o inmortal eres.
¿Hate cortado amor a su medida,
o forjado en sus llamas derretida,
que tanto el natural límite excedes?

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Canción de la señora Luisa Sigea

CANCIÓN DE LA SEÑORA LUISA SIGEA DE VELASCO, DECLARANDO:

habui menses vacuos et noctes laboriosas, et numeravi mihi.

Pasados tengo hasta aora
muchos meses y largos
tras un desseo en vano sostenido
que tanto oy dia mejora
quanto los más amargos
y más deseperados e tenido;
lo que en ellos sentido
no puedo yo contallo;
el alma allá lo cuente;
mas ella no lo siente
tan poco que no calle como callo;
¡oh grande sentimiento!

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Un fin, una esperanza, un como

Un fin, una esperanza, un como. ó quando;
tras sí traen mi derecho verdadero;
los meses y los años voy pasando
en vano, y passo yo tras lo que espero;
estoy fuera de mí, y estoy mirando
si excede la natura lo que quiero;
y así las tristes noches velo y quento,
mas no puedo contar lo que más siento.

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AL SUEÑO

Imagen espantosa de la muerte,
sueño cruel, no turbes más mi pecho,
mostrándome cortado el nudo estrecho,
consuelo sólo de mi adversa suerte.

Busca de algún tirano el muro fuerte,
de jaspe las paredes, de oro el techo,
o el rico avaro en el angosto lecho,
haz que temblando con sudor despierte.

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El ángel caído

¡Ciudad mía! Hablo de ti,
de tu opulento parque.
Allí, donde tus árboles crecían
con la misma ternura que mi infancia.
Hojas…pájaros…ramas desprendidas
por un viento secreto que jugaba
con el gozoso asombro de lo nuevo.
También él: hermoso ángel caído
expulsado de los cielos y maldito,
sobre su alto pedestal ponía
en nuestro aletear su cruel belleza.

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