Desnatada

Estoy al borde de ser borde,
me lo noto.
El precipicio crece
estoy cansada.
Estoy al borde de ser borde
estoy a punto
de nieve, mucha nieve.
Estoy helada.
Estoy al borde de ser borde
y duele mucho.

 » Leer Mas…

Una sirena eterna (VIII)

La presa recobra su forma primigenia, lee las líneas secretas de su mano para evocar su estirpe, descubre la cicatriz del tiempo en su índice, se contempla en el Cenote Azul con la guirnalda de la boda. Bajo los túneles secretos que dan al mar se reconoce en el canto, en la curva final de una cola milenaria de escamas y se recuerda ayer gacela, gato, hoy mujer que guarda el secreto de un índice marchito.

 » Leer Mas…

Una sirena eterna (X)

La nota roja encontrará la flecha, el arco, el tizne de la luna; una mujer con olor a pescado putrefacto, espinas, escamas y una cabellera de serpientes. Al ver sus senos, un camino de sanguijuelas será la columna vertebral del reportero. Reconstruirán la historia los hombres de blanco, la nombrarán medusa.

 » Leer Mas…

Muere la tarde detrás de mi ventana

Suena y sus ruidos me hablan de Madrid.
Temo a la noche que ronda esquizofrénica,
Como un sereno loco que no me quiere abrir.
Los coches muy sumisos como perros de chapa,
Esperan a sus dueños dispuestos a vivir..
El camino de siempre, el recorrido idiota,
De la casa al trabajo…(Hoy me acuerdo de ti).

 » Leer Mas…

Florece el naranjo

Es hora de prolongar el ritmo donde reposa el silencio

crear vértigos

tal vez el horror

afilar la ironía

morirme de risa de mí misma

acariciar los bordes del mutismo a pura palabra.

Al sol oculta su luz cada amanecer

En el tiempo mi espacio se agranda o disminuye

Y mi amor enloquece

Las palmeras se agitan altas tras su fondo verde

las hormigas en fila disponen bajitas

faenas largas en corta vida

mas ni alta ni larga es mi espera.

 » Leer Mas…

En mi casa vivían magrebíes

En mi casa vivían magrebíes.
Se fueron sin pagar, dice el casero.
La portera me paró en el descansillo:
-qué bien que hayas venido, tú no sabes..
lo guarros que eran estos moros.
Vivían un montón y entraban y salían,
recogían muebles de la calle,
no sabes que trajín tenían..

 » Leer Mas…

Y se sabe lo otro

lo que nunca se dice.
Que Dios tiene un amante,
que mi amante, varices.
Que Hussein es guapo.
Que el dolor es un chicle,
que se mastica a solas
(menta que pica y tiñe).
La Pitita Riduejo
se lió con la Virgen,
a cambio de un milagro
publicable y vendible.

 » Leer Mas…

Ars Vivendi

I

Hay que destruirse. Incendiarse. Romper con los recuerdos.
Asaltar el crepúsculo. Robar la rosa extraña del jardín.
Vivir en la violencia y no en el gris. Convertir
el tiempo en pasión, hiedra sutil devoradora.
No huir jamás de la mujer ni de la poesía,
difíciles, pero reconfortantes.

 » Leer Mas…

Cancioncilla

Qué clara paz interior
qué dulce y grata
la sombra del naranjo,
sus amarillos y sus pájaros,
todo tiene un aire provinciano.
Recuerdo la infancia,
el rezo,
el ángelus
de mi alma. Estoy así, tan íntimo y tan pleno,
que soy uno más del pueblo,
de este pueblecito apartado del mundo
donde todos los días
el cura repica las campanas,
el cartero reparte las cartas atrasadas,
y los músicos vienen a tocar,
a falta de otra cosa,
una cancioncilla,
tan íntima y tan plena
como el agua.

 » Leer Mas…

SIN TÍTULO

Sucede que mi boca es una herida
Los ojos de las monjas son medallas.
Mirando al mar de espaldas a la vida.
La espuma es una novia destrozada.

Sucede que es muy tarde para todo
Los niños saben cosas y se callan
Mirar el mar sin ti, me da tristeza.

 » Leer Mas…