Habitaciones prestadas

Era un sonar de llaves indecisas.
Un ruido profundo de ascensores;
inquietados huéspedes de aquellos edificios
de la periferia, dorados por la tarde.
Era buscar a ciegas
interruptores de luz, como quien busca
en esas bibliotecas truculentas
el secreto resorte
que conduce a la cámara privada,
al sitio inconfesable.

 » Leer Mas…

Las sombras del verano

Aquel verano, delicado y solemne, fue la vida.
Fue la vida el verano, y es ahora
como una tempestad, atormentando
los barcos fantasmales que cruzan la memoria.

Alguien retira flores muertas
del cuarto de los invitados
y hay una luz cansada tendida sobre el suelo,
como un dios malherido, y van yéndose coches
en que agitan pañuelos unos niños.

 » Leer Mas…

Nada

También en los supuestos de la nada,
el amor se presiente en la querella
de una futura creación: doncella
sabiéndose fecunda, recreada.

Antes de ser mi vida inaugurada,
fui barro enamorado de una huella,
de un talle vegetal, de alguna estrella…
Yo estoy hecho de tierra enamorada.

 » Leer Mas…

Beso

Aquel clavel que abrió tu llamarada…
Aquella inolvidable quemadura…
Aquella doble y única locura,
¡ay!, maravilla fue, mas será nada.

Recordaré el clamor de tu mirada.
Recordará tu voz mi mordedura,
mas se deshojará mi dentadura
sobre el otoño de mi boca helada.

 » Leer Mas…

Epitafio

Dos perfiles, son dos, en el inerte
yacer del afilado caballero,
pero un solo perfil, el verdadero,
haciendo la moneda de su muerte.

Moneda del vivir -azar y suerte-
ya jugó su caer triste y austero,
y ahí está el amante más sincero
esperando un amor que lo despierte.

 » Leer Mas…

Estoy

La escalera del viento hacia Tu altura,
se deshace en mis pies, y yo no puedo
subir, oh Dios, y sin subir, me quedo
flotando como pluma a la ventura.

¿En dónde estoy, oh Dios, o en qué postura
pondré mi vida, o cómo desenredo
los hilos de mi ansia, y me hallo, y cedo
-a quién, mi Dios- mi peso de amargura?

 » Leer Mas…

M. E.

Queridísima y diestra profesora
de mi difícil corazón inquieto,
¿podrías restaurarme este soneto
que, amarillento, tu atención implora?

Mira cómo mi voz se decolora,
cómo se ha oscurecido este cuarteto.
Un tratamiento mágico y discreto
recompondría su esbeltez sonora.

 » Leer Mas…

Mi edad media

Esos rostros románicos inmóviles, iguales
en sus ojos redondos, ¿sabemos lo que vieron?
Telarañas de siglos hasta que aparecieron
los rostros delicados de cejas ojivales.

Considero mi vida, repaso sus anales.
Pregunté a los tomistas y no me respondieron.

 » Leer Mas…

Muchacha

Esa boca después, esa burbuja
de una sangre que hoy hierve alborotada…
Esos ojos después, esa mirada
que ha incendiado al clavel, y lo dibuja…

Y el corazón después, que hoy late y puja…
La mariposa de su vida… Nada…
Después la muerte, digo, despiadada,
la clavará a la nada con su aguja.

 » Leer Mas…

Seguramente

Seguramente tú porque tú eres
una nube que pasa, un puro río,
y yo tengo una sed, y un cielo frío,
seguramente como tú prefieres.

Como los quieres tú, como los hieres,
seguramente es cierto que te ansío,
y es todo cierto, sí, ¿ verdad, bien mío?

 » Leer Mas…

Seguro otoño

¿Qué será del amor, cuando estas manos
que acariciaron, vivas, la belleza,
no sean más que hierba en la maleza
de la muerte y la nada?… Gestos vanos

con que mi muerte avise a los humanos
que la vida termina cuando empieza…
Oh aquella breve y cálida pereza
con que toqué sus frutos más lozanos.

 » Leer Mas…

Vida

Yo no sé ya si soy, ni sé si era
el hombre que no amaba, ni si he sido
sin amor, como un muerto que ha vivido
esperando nacer cuando se muera.

No sé si estaba en mí, si estaba fuera,
ni de dónde ni cómo me ha venido,
pero sé que está aquí, que me ha nacido
la muerte de vivir porque te quiera.

 » Leer Mas…

Greta I de Suecia

A Rosa Mª Rodríguez Magda

Se llamaba -yo creo que se ha muerto
y lo que a veces surge es su cadáver-
Greta Garbo o Gustafson, una sombra,
una mujer que siempre regresaba
de mundos golpeados, derruidos,
y se acostaba, leve, en el silencio,
larga, flotante Ofelia de las nieves.

 » Leer Mas…

Amigo íntimo

Y, con todo, ya veis, no tengo miedo.
Lo tuve, sí, lo tuve cuando era
la luna un círculo de luz helada,
el agua una llamada irresistible,
los árboles un grito monstruoso
de la tierra, y mis manos un extraño
temblor.

 » Leer Mas…

Cotidiana llegada

Estoy aquí.
Pasa. Un momento y termino.
Algo difícil sobre consonantes
absurdas… ¿Hace frío?
¿Hace amor, lluvia, viento?
¿Qué me traes?
¿Hemos tenido hijos
esta noche? Siéntate. ¿Puedes?
Quito libros, papeles. Como siempre
la invasión de las letras
que ya trepan, ¿las ves?,
por paredes y techos.

 » Leer Mas…

Criatura múltiple

«Pero Dios, deshabítame el alma de este enjambre
de estas abejas negras que yo dulce alimento…»

Ni siquiera yo sé por qué me vive
la vida, este aluvión de torpes luces
en criaturas reunidas, aguas
que vienen a mezclarse al caudal mío…

Soy yo tantas mujeres en mí misma!

 » Leer Mas…

Diez veces siete y una más

Diez veces siete y una más. Ya sabes:
setenta y siete cabriolas, once
mujeres de cristal que se rompieron
en mí, y en mí se quedan enterradas,
calcinadas algunas, otras libres
de escogerse final. Yo, soportándolas,
muriéndome con ellas, como ellas
se morirán conmigo.

 » Leer Mas…

El día que será

Ya no importa saberlo. Será el día
del arco iris cómplice del agua
que llore demasiado por los muertos,
y habrá quizás en el ambiente estigmas
de señalada indecisión, palomas
que endulzarán la luz, gaviotas grises
salobres de renuncia y de recuerdo
y golondrinas, golondrinas blancas…
Hasta vendrán las olas más rebeldes
llenas de pez disuelto, a verte quieta
y a dejarte la brisa en vez del viento
sobre la piel, con terquedad amorosa.

 » Leer Mas…

Forastera

«No soy de aquí». No. Procedía
de lugares mineros.
De tinieblas totales encerradas y ocultas.
De la sombra apresada
que ya la hizo suya, así, predestinándola
a ser noche, a ser dura claustrofobia
que se disfraza de panal, que inventa
brazos para el contacto
y senos, piernas
y sexo acogedor.

 » Leer Mas…

La inesperada

Era Eva, su infancia nunca usada
emergida del polvo de los astros
Eva la niña, corazón de selva,
selvática pastora de alimañas…
(De «Vida anterior»)

Eva la niña, nacerá del viento
y del amanecer
cuando se acabe
el tiempo, y el tiempo vuelva
a encarnarse en el sol.

 » Leer Mas…

La peregrina

A Angelina Gatell

Yo era la mujer que se alzó de la tierra
para mirar las luces siderales.
Dejé el hogar con apagados troncos
cansada de ser sólo estela de humo
que prolongase así mi ser ardido.
Esa mujer del hueco tibio
que allí me contenía,
se despertó del sueño profundo de la especie
y decidió buscar, a plena luz, caminos.

 » Leer Mas…

Museo romántico

Dama desconocida. Esquivel.
(Me hace daño
la luz.)
A ella, no. A ella
la protege, la inventa,
falsifica
las fases sucesivas
de su inmovilidad.
La trae
hacia el televisor
donde quiere asomar sombras,
residuos,
restos de lluvia, manos
inactivas,
huidas que se acercan,
tiempo, nube, oquedades,
silencios que alguien lleva en grito,
o simplemente músicas perdidas
y olvidadas.

 » Leer Mas…