Habitaré tu nombre

Cuando la ruina y el silencio lleguen
como la sombra maléfica
y la respiración se prolongue en el viento
cuando el desastre corporal
sea dueño de lo incierto
y aun de la última hoja
caída como ángel en desgracia:
habitaré tu nombre
refugio final
convicto ya por mi entusiasmo
bajo el signo del perdón
y la gratitud festiva de tus ojos
atrio de la lluvia incinerada
Entonces el sentimiento dormirá
como mendigo
y desde tu nombre mismo
en busca de indulgencia
reconstruiremos pasajes no advertidos
y el sustento de nuestra magra carne
será una sábana limpia
zona de encuentro de la
existencia fallida
en el siseo de los segundos
prolongado por la agonía animal
sobre una tierra yerma
y un mar cenizo y desafortunado.

 » Leer Mas…

Ex-libris

He vuelto a releer aquellos versos
que hablaban del amor y que leímos
la noche que ardió Troya y nos perdimos
al fondo de sus negros universos.

He oído en cada página los tersos
acentos de tu piel donde creímos
haber bebido al sol en sus racimos
y al mar que reflejaba en sus diversos

murmullos nuestro ascenso al precipicio.

 » Leer Mas…

Ishmar

para Martha Iga

La manera de peinarte desnuda
ante el espejo húmedo del baño,
de apresar en la palma tu cabello
para escurrir el agua y agacharte
en medio de palabras que no entiendo;
el acto de secar tu piel, la forma
de sentir con las yemas una arruga
que ayer no estaba, o de pasar la toalla
por la pátina oscura de tu pubis;
el modo de mirarte a ti contigo
tan cerca y tan lejana, concentrada
en una intimidad que a mí me excluye,
son gestos cotidianos de sorpresa,
ritos que desconozco al observar
las mismas ceremonias que renuevas
al calor de tu cuerpo y que dividen
un segundo en partículas: espacios
donde la vida expresa su sentido
posible y que se afirman al peinarte
desnuda en las mañanas, como un fruto
que yo contemplo por primera vez.

 » Leer Mas…

La invitada

Tienes que detenerla
–dijo. Su voz temblaba
con pasión. Me gustaba
aquel temblor; el verla

actuar así, tenerla
cerca mientras mudaba
su gesto, confortaba.
Tienes que detenerla

–insistió. Ya es muy tarde,
no lo puedo evitar
–le respondí–, no hay nada

que hacer.

 » Leer Mas…

Las flores del Mall

Las jóvenes diosas, nocturnas
apariciones (ropa oscura,
plata quemando sus ombligos)
en la cadencia de la pista,
comenzarán a despintarse
con la premura de los años,
los problemas, quizá los hijos
que no tienen aún. Ahora
miran tus ojos con un claro
desprecio (ya tienes cuarenta)
y piensas en ciertas palabras
de Baudelaire que les darías
como si fueran frutas tuyas
(si al menos se acercaran), si
supieran quién es el poeta.

 » Leer Mas…

Nochevieja

Miras arder lo que ha quedado
en pie del último sendero:
la luna llena de otro enero
sobre la piel de tu pasado,

un mar que olvidas y ha olvidado
en su esplendor tu verdadero
rostro, la luz que fue primero
verbo y temblor en tu costado

y que hoy dejas partir a solas,
detrás del fuego.

 » Leer Mas…

Nox

Algo como un rumor que se despide
tiembla sobre el jardín, lleva las hojas
por la sombra del valle, nubes rojas
y pájaros arriba. Nada impide

su vuelo hacia el crepúsculo. Y el viento
trae junto a las súbitas estrellas
un polen de bondad, desiertas huellas
del mar en rotación, el crecimiento

de la tarde.

 » Leer Mas…

Polaroid

para Eugenio Montejo

Son siete contra el muro, de pie, y uno sentado.
Apenas si conservan los rasgos desleídos
por los años. Las caras resisten su desgaste,
aunque ya no posean los nítidos colores
que ayer las distinguieron. Entre libros y copas,
las miradas sonrientes, las manos enlazadas
celebrando la vida de plata y gelatina
se borran en el sepia de su joven promesa.

 » Leer Mas…

Viernes 5 de abril, 1:45

La muchacha del cuadro
mira a la visitante
del museo. Son jóvenes
las dos de frente, y bellas
mirándose a los ojos
a través de los siglos
que urdieron el encuentro.
La muchacha de afuera
sonríe al contemplarla
como a una antigua amiga,
a un tiempo eterna y breve;
da unos pasos atrás,
murmura algo en latín
y busca en el bolsillo
el bulto que advirtió
inquieto un policía
al verla entrar.

 » Leer Mas…

Xochiquetzal

(Homenaje a Chuang Tzu)

Anoche te soñé. Llevabas una
gabardina de piel, y abajo nada.
Era otoño y estabas empapada
de lluvia; caminabas en alguna

estación de Madrid hacia ninguna
parte. Detenías tus pasos, cada
tanto, para sentir azafranada
tu piel resplandecer ante la luna

de un espejo invisible donde había
un hombre que soñaba una mujer,
y una mujer semidesnuda, hermosa,

mojada en el orvallo.

 » Leer Mas…

16 DE SEPTIEMBRE

I

La Virgen de Occidente, ondina de los lagos,
la fada de ojos negros brillantes como el sol,
la linda como estrella sagrada de los magos,
la perla que soñaron Virgilius y Colón;

la Venus de los castos idílicos amores,
sultana sobre lecho mullido de arrayán,
azteca soberana, señora de señores,
la reina de cien reyes, indígena beldad;

lloraba sin ventura sufriendo los insultos
que audaz le prodigara ibérico invasor:
cadáveres sus héroes rodaron insepultos,
hollados por el casco de exótico bridón.

 » Leer Mas…

A Baco

Salud, ¡oh Baco! Tu Poder insólito,
es en la tierra talismán vivífico;
quien ha probado tu licor magnífico,
se vuelve siempre tu constante acólito.

Por ti, en las jaulas el glorioso Hipólito
maldicen el idiota y el científico
al mundo artero, que sonríe pacífico
de sus pesares, con cinismo insólito,

pero tú en cambio con bondad magnánima
cuando enardeces mi cerebro escuálido
haces vivir mi lacerada ánima

haces crecer mi corazón inválido:
y juro, por San Juan y la Verónica,
pasar la vida en borrachera crónica.

 » Leer Mas…

A CENOBIA (EN SU DÍA)

I

Quiero pulsar la lira temerario,
aunque falte a mi lira inspiración;
quiero cantar, mujer, tu aniversario;
quiero pedir al entusiasmo voz.

Quiero elevar, cual humo vagaroso,
mi pobre acento hasta el excelso tul,
donde reside el Ser que generoso
te colmó de belleza y de virtud.

 » Leer Mas…

A CRISTINA

Miras al fin coronada
por la gloria tu ambición;
y ya, joven aplicada,
tienes la misión sagrada
de propagar la instrucción.

Inflamado de contento,
hoy tu padre te acariña;
porque premia tu talento
los sacrificios sin cuento
que hizo por ti, desde niña.

 » Leer Mas…

A GABRIEL GALZA

Hay hombres que viven buscando la gloria,
sin gloria esos hombres no pueden vivir;
pues quieren que en fastos que guarda la historia,
escriba sus nombres la fama senil.

Mas ¡guay de esos locos que en torpe delirio
su frente coronan de abrojo y laurel!

 » Leer Mas…

A INÉS NATALY

Quiso mostrarse la clemencia santa
y te infundió su soberano aliento,
puso en tus ojos luz de firmamento
y del ángel el trino en tu garganta.

Y admirándose al ver belleza tanta,
Baja —te dijo— al valle del tormento,
y cuando el hombre en negro desaliento
clame: ¡NO EXISTE DIOS!

 » Leer Mas…

A LA FORTUNA

I

Fortuna pérfida y loca,
tu capricho al orbe manda;
con el audaz eres blanda,
con el tímido eres roca.

Ciega que a gozar provoca
y hace al hombre padecer;
vana eres como el placer,
y aunque alientas alma infame,
no hay hombre que no te ame,
porque al fin eres mujer.

 » Leer Mas…

A LA LUNA

I

¡Salud! salud, antorcha refulgente,
vestal sublime del ignoto cielo,
tímida maga de la humilde frente,
iris de paz, emblema de consuelo.

Con qué silencio en la cerúlea esfera
de blanca luz circundas tu camino:
¡bendita seas, angélica lumbrera,
que al hombre consolar fue tu destino!

 » Leer Mas…

A LA MÚSICA

I

Nuestro canto de gloria elevemos
como aroma de Dios al altar,
y con grata oblación deifiquemos
los hechizos de Euterpe inmortal.
Cuando el tedio a los hombres oprime
con la música el tedio se va:
es la música enviada sublime
que revela un feliz más allá.

 » Leer Mas…

A LAS HERMANAS CEJUDO

El que de gloria inmensa es un portento,
el que sin gloria inmensa no existiera,
almas forma do el genio reverbera,
almas que tienen su glorioso aliento.

De esas almas la gloria es elemento,
que su vida sin gloria nada fuera,
y necesitan gloria en su carrera,
como luz necesita el firmamento.

 » Leer Mas…

A Loreto

Feliz el que recuerda al llegar a su cumpleaños,
las horas que vinieron preñadas de placer;
feliz quien no ha sufrido terribles desengaños;
feliz el que no bebe la copa de la hiel.

Feliz el que recoge sin pena en su camino
las flores de la vida que el cielo perfumó;
feliz el que no lucha con bárbaro destino,
feliz el que no pierde, luchando, el corazón.

 » Leer Mas…

A LOS MUERTOS

I

¡Salud!… salud, silencio de las tumbas
losas de mármol, muros de granito,
helado viento que en los cráneos zumbas,
Evangelio fatal con tierra escrito.
Muertos, ¡salud!… Dejad las catacumbas,
porque os saluda un canto de maldito,
y humilde besa vuestra fosa helada
quien no cree en nada, y duda de su nada.

 » Leer Mas…

A LUZ

Eres, bella Luz, más bella
que de la luz los fulgores;
el candor tu frente sella,
y donde pones tu huella
brotan carminadas flores.

Eres, Luz, luz que del cielo
magnífica se desprende,
luz de paz, luz de consuelo,
luz que a la luz causa celo,
luz que al corazón enciende.

 » Leer Mas…

A María la del cielo

Flor de Abraham que su corola ufana
abrió al lucir de redención la aurora:
tú del cielo y del mundo soberana,
tú de vírgenes y ángeles Señora;

Tú que fuiste del Verbo la elegida
para Madre del Verbo sin segundo,
y con tu sangre se nutrió la vida,
y con su sangre libertose el mundo:

tú que del Hombre-Dios el sufrimiento,
y el estertor convulso presenciaste,
y en la roca del Gólgota sangriento
una historia de lágrimas dejaste;

tú, que ciñes diadema resplandente,
y más allá de las bramantes nubes
habitas un palacio transparente
sostenido por grupo de querubes

y es de luceros tu brillante alfombra
donde resides no hay tiempo ni espacio,
y la luz de ese sol es negra sombra
de aquella luz de tu inmortal palacio.

 » Leer Mas…

A MATILDE

¡Qué linda te hizo Dios, Matilde mía!
déjame ver a Dios en tu mirada,
y beber de los cielos la ambrosía
pendiente de tu boca perfumada.

Quiero al sellar mi boca con tu boca
que la luz de tus ojos me enajene,
y si quema tu beso el alma loca,
deja que en ese infierno se condene.

 » Leer Mas…

A Rosa

I

A tu lado yo siento, Rosa mía,
que tenemos los dos un alma sola;
si probara una gota de ambrosía
suspendida en tus labios de amapola,

A Dios le pido que mi pobre estrella
alumbre un porvenir de venturanza,
y que siempre resbale tras tus huellas
la inmaculada luz de la esperanza.

 » Leer Mas…

A SOLEDAD AMAT

Y ¿tienes ambición? ¿Excelsa gloria
quieres que brille en tu inspirada frente?
¿quieres que pase a la futura gente
en alas de los genios tu memoria?

¡Bien, Soledad! Es tuya la victoria,
porque tienes de Lola el alma ardiente,
porque sientes también como ella siente,
y artista que ama así, pasa a la historia.

 » Leer Mas…

A una actriz

Intérprete feliz del pensamiento.
ángel que brillas en la gloria humana,
ciñéndole a tu frente soberana
la espléndida corona del talento.

Heroína del noble sentimiento,
no me admira el laurel que te engalana;
porque sé que en la tierra mexicana
el genio tiene su mejor asiento.

 » Leer Mas…