Canto XXIII

Yo vengo de esa hora que soporta la tierra,
donde estaba tu vida contra los huracanes,
frente a las puertas selladas ante las bocas mudas.
¿Acaso, lloraste a veces bajo la medianoche,
cuando las estrellas te llevaban a tu cielo?
¿Acaso te arrepentías?

 » Leer Mas…

Canto XXIV

De todo tu andar de antiguo caminante,
de todo tu sufrir en desamparo,
de soportar el peso del hacha o del saco,
de asistir al herido y repartir el pan,
sólo te quedó una casa,
a cuya puerta escribiste algunas palabras de la Biblia.

 » Leer Mas…

Canto XXV

Están en ti mis orígenes,
mis dioses, mis resinas, mis sueños.
En tu vida de ayer y en tu muerte de hoy,
en el grave silencio que te guarda
en un bosque de flores de elevados tallos,
en la penumbra de la música y las luciérnagas.

 » Leer Mas…

Canto XXVI

Aquí donde el caballo le da un trono al mendigo
entre los tapices cárdenos de la tarde,
aquí donde la hora sella labios malditos,
levantando humaredas, viviendas fantasmales,
aquí los gritos caen, las blasfemias, los llantos.
¿Queréis ser los arrepentidos?

 » Leer Mas…

Canto XXVII

Hijo desencadenado soy,
furia reconquistada,
ensoñación ante las puertas sagradas.
El resplandor ha coronado mi frente,
y la cumbre derrama sus hielos bajo el sol.
Oye mi soledad cuando te llamo
desde los precipicios.
Escucha las campanas siderales
doblando sobre las aldeas crepusculares.

 » Leer Mas…

Canto XXVIII

Tú, que me lanzaste sobre la tierra y hacia la nada,
desde el círculo incendiado de tus experiencias,
desde todas las puertas cerradas,
desde la calles perdidas,
desde los perros que aúllan frente a los cadáveres,
desde los puertos que inflaman
sus alcoholes en la noche,
desde la pobreza que va huyendo por las callejuelas,
desde las mañanas, desde aquel cielo de samaritanas,
desde aquellos cerezos temblorosos,
a cuya sombra mi madre
esperó que yo viniese de ti
como el sencillo regalo de un pobre;
tú, junto a ella, levantas mi sombra
en los valles de mi propio corazón.

 » Leer Mas…

Canto XXIX

Arden puertas oscuras hacia el fondo
de muros solitarios,
hacia la escala antigua de Jacob.
Resbalan las maderas, los metales,
cayendo en las tinieblas como lenguas,
en la sangre que hierve,
hacia rostros oscuros,
y aquí, junto a mi alma,
se abren flores azules
en medio al resplandor.

 » Leer Mas…

Mi tierra

En la yerba tostada por el día, el sueño del caballo
nos rodea de flores, como el dibujo de un niño,
mientras la fruta cae del espeso follaje plateado,
que tiembla y brilla en las cigarras de una luz solitaria.
¿En qué edad vivo, ahora que atravieso esta soledad de fuego,
esta tristeza donde muge el toro en lontananza, esta nostalgia
donde el cacto crece entre las colinas y va hasta el horizonte,
esta monótona melancolía de la paloma torcaz, escondida,
aquí junto al río, más allá, no se sabe dónde, junto a la muerte,
bajo el cielo límpido que transporta alguna nube ardiente?

 » Leer Mas…

Penumbras secretas

Encontré la desdicha al amanecer,
en un caballo que sangraba
con la cabeza un poco caída en la yerba
y el llanto de mi hermana de dos años
que había sido operada en el vientre.

Yo sentí un poco de sangre en las manos,
un dolor triste como un cabrito degollado,
una piel puesta a secar sobre las piedras.

 » Leer Mas…

Realidad de la noche

Una sombra de una almendra amarga
saboreo en medio del mundo.
Debajo de mis parpados se encierra el furor de la noche
y detrás de los días esta el rumor del mar contra las escolleras.
Mis sentidos resuenan en la bóveda del cráneo,
en la tiniebla cóncava de las luciérnagas.

 » Leer Mas…

Augustos, en el valle

Augustos, en el valle, los muros columnados.
No claudicarán del roble en la senda y en los
pasos. Ni una sombra entre los dientes, por ellos,
el cristal. No se rinden siquiera del árbol y
las ramas. Penden del filo el héroe, las lanzas,
la gloria en los cabellos.

 » Leer Mas…

Canción

Todo lo que me separa de ti
es tristeza

Todo lo que siente
corazón distante
muda pena
es todo cuanto escucho

mío cante

Madre
que estás en aquellos
que he amado

Sombra
cuya sombra mudó
hasta alcanzarte
fría tierra
dó el niño dejó

y fue instante

Cuanto siente
ciega
corazón grave

todo lo que me une a ti
es tristeza

 » Leer Mas…

Cuando jueguen

Cuando jueguen. Cuando cierren puertas y nadie
diga escondido. Sin que rendijas. No te alcanza
el destello. Es juego. Abrimos ojos de grandes.
Lo que me cubre para que no me veas. Que no me
ronde el silencio; dijera. Se me alarga una lluvia,
se prolonga hasta lo último y no puedo.

 » Leer Mas…

Der Kleine Vampir

Aunque sin hambre debo comerme todo
llenar mi estómago de frutas y de pasto
mi sed toda beber las jarras de agua
que me fueran ofrecidas
los refrescos
Debo saciar mi pensamiento
de muchas maneras engordarlo
darle lumbre al fuego que me alumbra
pollo
las mesas de la casa dispuestas
para el niño que llega sin hambre
Mis fauces tribales quieren carne
mis dientes de leche amoladarse
porque viene el silencio si no
a torturarme

 » Leer Mas…

Destrucciones

Eran las siete y media de la noche
cuando la selección de España goleaba
por quinta vez a Dinamarca
En realidad no era muy importante
sólo que mi hijo/ de nueve años
estaba felíz
Ya habíamos apostado/ en mi contra
tres puntos a uno
Entonces
sonó el teléfono
No sé qué decir/ perdóname

Fue todo muy breve

El niño grita gol/ sobre mi oído

 » Leer Mas…

Divagación X

Antes de abrir esta boca es mía
decir que es esto lo que quiero
sufro dictando un número pierdo
el café la cucharilla la rodilla o Vallejo

Antes de amar
-que es tan solemne-
largo a sudar el quejo del estado
ya diviso los obstáculos el salto me impresiona
trastabilleo un caballo
todo me asalta un miedo formidable

Antes de besar
-que es tan humano-
resumo del peso alocución de esclavo
paño lagrimeo amor hasta el detalle

Antes de llegar ya me voy
y de nada me pierdo que no sea la muerte

 » Leer Mas…

El cielo de París

El cadáver es el estado final del sufrimiento
-Peter Handke-

I

Abril es el mes más cruel

y

los peores poetas
escribimos en primera persona
versos que no importan a nadie

(Escribe: el mundo)

El mundo es el ombligo

Abrir
abrir la carne
(ver)
soñar con la ciudad
de la infancia
el país de la primera edad
en las faldas de la madre
ciudad arqueada
que a los quince años
ya era imposible

pregunté al otro
al que apaga la luz al carnicero
qué ha sucedido
por qué estamos a oscuras

Herir

herir muy bajo

cortar
abrir la carne

árboles en flor
al pie de la muralla
santa catedral

luces de neón
del cielo
de París
en primavera

No he visto nevar
palabra blanca de la tierra

¿Cuáles son las raíces que se aferran
qué ramas crecen
de esta pétrea basura?

 » Leer Mas…

El cielo de París (III)

Ver
volver
abrir
abrir la carne

Visiones que la muerte
lleva en el cadáver
sordo a su quejido
abrir
abrir la reja
(Sal: esta es la luz)

El niño juega en la caja de piedra

gárgolas
puertas del cielo

sólo de tu mano
no tengo miedo

Cielo de neón
haces de luz
en las barcazas
sombra de la mole
catedral de la ciudad

Isla de Francia

solo del cielo
sombradura

Puentes abadías
precipicios del Arte Universal

música del cielo de París
a orillas del Sena

El niño danza en la caja de piedra

labio que ha cerrado
su boca en el oído

ni luz ni oscuridad
sólo la sombra

áspera del hierro

El hombre bebe la inmundicia de las aguas

trae una sed de siglos en los belfos
una sed fría, en punta, que ara cauces
en el sueño moroso de la tierra

cuerpo henchido
saciado
besado

fango del Leteo

Copas de los árboles
simétrica belleza
veleros en el lago
del jardín de Luxemburgo

Atiende a tu promesa

cielo negro sin oído

ciudad
luz
belleza

santa perra

música del cielo
El hombre que ha sufrido
bebe de sí mismo

se ahoga en la corriente
turbia de las aguas

hasta el cuello

Soy: ahora me pierdo

Cúpula cobalto
cielo de Francia
llorar
irse muy lejos

Techos de pizarra
espejos
donde el hambre se devora
saciados
no

gélido silencio sin color

liquidez en la que se puede hundir la mano fascinada

Faros del auto
luz del cielo
cobalto
de París
en primavera

la nube en el ojo de la dama

ciega
frente al bosque
respirando
(cortar: abrir la carne)

El niño canta en la caja de piedra

llora
esta noche
campo del espejo
quebrado
en el desierto

abre, por favor, la puerta

Dormía en los fangales
al sol
con los caballos

Nadie escucha lo que dices
nadie sabe
(matar: ser la tiniebla)

No
no hemos llegado

pienso en alas en fuego en música
pero no
no es eso lo que temo

túneles de miedo

dejarte en las palabras
decir

¿Tiene usted un vaso con agua?

 » Leer Mas…

El cielo de París (IV)

París, 20 de abril de 1988

Tomamos el barco en le square du Vert Galant
Antes habíamos contemplado
a los enamorados la orilla del Sena
En el oscuro parque abierto al deseo
la ciudad se divisaba
como extraída de una tarjeta postal
Tú tenías sueño
A pesar de ello querías mostrarme
no sé qué cosa de París desde el río
Ruidosos turistas italianos
muchachos de cabellos largos
jóvenes
mal vestido
sin conciencia de ser extranjeros
tomaron el Bateau Mouche
ante la mirada indiferente del capitán
y de la mujer de falda roja
quien al tomar el micrófono saludó
Bienvenidos a bordo
El barco viró hacia el Oeste frente al Louvre
Mientras la joven desgranaba la historia
repetida una y mil veces
(The history of The Louvre is long and complicated)
un potente reflector haces de luz desde la barcaza
extraían de la noche la notable arquitectura de éste
y de otros monumentos
‘A droite’ ‘a gauche’
narraba la voz metálica de la guía
relatos en dos idiomas que nadie escuchaba
Tú dormías
Arriba en lo alto del bote al aire libre
a pesar del frío
-helada de primavera-
los turistas festejaban el paseo
con sordos comentarios carcajadas
y balabas de su tierra natal
Uno a uno dejábamos atrás
puentes cúpulas jardines
estela de voces
ruido no palabras

sur le Cours-la-Reine la France de l’époque romaine
de Lenoir la France moderne de Michel sur l’Esplanade
des Invalides la France de la renaissance de Couton el la
France de Louis XIV de Marqueste

La luz indiscreta proveniente del bote
cegó por un momento a los circunspectos comensales que cenaban
a bordo de un restaurante flotante
Al cruzar el puente del Alma
la torre Eiffel fue recibida con pequeños gritos
flashes de cámaras automáticas
misterio en fin de un momento inolvidable
que jamás será revelado
ni en ésta ni en otra fotografía
El capitán maniobro con fastidio
rumbo al lugar de donde habíamos partido
Durante un largo trecho no hubo nada qué iluminar
-ni qué fotografiar-
Tú recostaste la cabeza en mi hombro
y yo recordé a la niña que no había conocido
en algún lugar del Barrio Latino
decidida a perderse en las aguas del Sena
cuando un negro le ofreció de beber
y trató de animarla al mostrarle
el lugar donde escondía
en uno de los muros de Saint Julian le Pauvre
haschís heroína
No tenía por qué hacerlo
y ella no tenía por qué matarse
el ruido del motor
le otorgaba intimidad a este espacio
donde hombres y mujeres bostezaban
cansados de una jornada que no excluía
la cháchara banal
la confusa sucesión de imágenes
que luego serán olvidadas
Sucedió de improvisto
Un haz de luz azul giraba en lo alto de un automóvil
extrañamente aparcado en el quai D’Orsay
cerca del museo donde quise llevarte
para que vieras a la ciudad
a través de uno de los relojes de la antigua estación
El barco avanzaba penosamente
ciego a la visión
el capitán la joven guía
los turistas italianos en lo alto del bote
guardaron silencio
cuando un grupo de gendarmes
-la luz azul
girando muda-
extraía del río el pesado cuerpo de un hombre
Te dije: mira
El barco se deslizaba indiferente
ante las torres de la Conserjería

on vous montre les fenetres de l’ancienne
prison des femmes sous la terreur

Tú señalaste el espíritu de Dios
en la caja de piedra
la emoción en ruinas de un poema de Cernuda
El barco continuó su marcha irreversible
hacia lo lejos, más, hacia la flor sin nombre
los días en las láminas los versos las palabras
ciudad arqueada que a los quince años
ya era imposible
Gracia de los cuerpos
puentes abadías
precipicios del Arte Universal
a orillas del Sena
la voz metálica de la guía
anunció a la izquierda
la mole de la Santa Catedral de la Ciudad
bella
peor
bajo los faros
y los flashes de las cámaras automáticas

abrió su corazón de piedra
la gárgola el cielo

 » Leer Mas…

El día que conocí a Susan Howe

Yo venía de la guerra
es decir de un nuevo engaño
de esos que, al igual que el dolor, hacen bien a la dignidad narcisista
según había leído en un poema de Pier Paolo Pasolini
y que ahora llevaba como marca en la frente
-en cada herida una lección para el futuro
vacío pero inmenso-
Ya había escuchado el ruido de las aspas
y el humano deseo
de abrazar hasta los párpados
Conocí la metralla en el teléfono
y en el océano las yardas
Sorbí el trago de París a fondo blanco
parte a parte lloré por Alemania
Tuve horrendas pesadillas
recuerdo especialmente un viaje en elefante
-de viajes no me hablen-
Me persiguen las imágenes
de cuerpos mutilados
en los campos
brazos antebrazos frutos de la carne
Qué sangrientas las batallas, Susan Howe
Yo venía de la guerra
y sólo traigo unos poemas
Hay miedo en el dolor
ayer no más decía
y estas palabras para un nuevo encuentro
lo importante es invisible para los ojos
porque el odio fluye en un río de sangre

 » Leer Mas…

El escritor está solo

El escritor está solo
solo ante él
solo ante el mundo
solo ante la persona que ama
Esto último lo aterra
¿cómo solo?
Trata de poner en orden sus pensamientos
-la persona amada tiene los ojos color miel-
El escritor tiene un gran miedo
¿qué diferencia este amor del otro?

 » Leer Mas…

Esta casa surge despacio

Esta casa surge despacio en el agua de la lluvia que caía por los muros y olía a yerba y a todo eso. Antes salían ellos, los siempre vestidos, y uno se quedaba mirando por detrás de las puertas toda esa agua que irrumpía por los muros y las ventanas abarrotadas.

 » Leer Mas…

Las ciudades invisibles

Las ciudades, como los sueños, están construidas de
deseos y de miedos.
Italo Calvino

Escribir sobre el amor
los ojos calmos de Verona
-poesía eres tú-
Imaginar una ciudad invisible
como ella
reflexionar sobre la muerte
y la fotografía
Ser fiel y atento
a todo lo que en ella se niega
suspicazmente
tácita y oblicua
recordar
-sobre todo-
que aquello que se ama
no existe

 » Leer Mas…

Las vacas (Lyons la Foret)

Aquí, en la Normandie
fui inmensamente infeliz

A la sombra de las vacas tomé un coche

-vagaré por estos mundos
tan extraños tan profundos-

Sentí miedo
por los verdes diluvios

los cisnes en los lagos
un camino serpenteante

-Lloraba en los brazos
de la Francia impenetrable-

Nunca más veré este cielo
ni estas vacas de tersas orejas

Les dije: adieu

rumien hermosas también
sus dulces sueños

del prado al establo

En el bosque
miré al cielo

donde Dios habita
mudo imperturbable

– Dios es bueno-

Las vacas mugían locas de miedo

Quise acariciar la pelambre de sus pechos
susurrar a las orejas tatuadas de metales

-registros sementales
fríos rendimientos-

Nada es puro
en esta noche

ni estos animales

-tontas vacas en las verdes colinas

pienso en ustedes
sin nostalgia

rumiando conmigo la última cena

 » Leer Mas…

Los sueños

(en la boca de la noche)

El médico mira
dentro de mis ojos

me hace abrir la boca

Le cuento sueños
cruzaba una piscina con un niño al cuello

A veces me asalta
un hambre de miedo

devoro todo lo que encuentro a mi lado

El médico escucha
latir mi corazón

Asiente
con mucha seriedad

consulta un libro
encima de su escritorio

Estoy perdida

-Ya había mirado dentro de mis ojos-

Entonces
le cuento otro sueño

No todo mi corazón te ama
sólo la parte que está enferma

 » Leer Mas…

No disfruto con el baile

Qué escogencia la mía tan difícil

Si un perro es la barcina de mi casa
la misada que decía, gata
cuando todo era claro a mi entender qué terca
vivir en el pasado

En aquellos que he amado
están atrás mis padres
recordándome que no, que no son ellos

Y yo vuelvo y los abrazo a mis soñados
fantasmas: son mis dueños
Si veo llover es la lluvia de Turmero
No puedo evitarlo está en el aire
todo el pueblo

No es un goce ir a una fiesta
no disfruto con el baile
Es muy triste ya lo sé es una pena
el cuarto los recuerdos

Cuando afuera está la luz para cegarnos
yo no veo yo no siento
otra cosa que no sea lo sentido
en otro tiempo

pero es duro morir, cerrar las puertas

 » Leer Mas…

Opio corazón

He vuelto de nuevo al buzón

-así comienza el día
así termina-

como un rito sagrado
opio corazón

abrí la caja del apartamento 11-B
En el fondo

una tarjeta:

“Reparamos neveras torres calentadores
artefactos eléctricos”

primorosamente

en letra gótica

-Así comienza el día
así termina-

 » Leer Mas…

Paisaje (Estaba solo el día)

Estaba solo el día

El guardián de la planta desalinizadora
nos señaló el camino

Desde el cementerio veíamos
su camisa estridente

y el vago gesto de sus manos

Estas mujeres

El agua y el aire
habían desdibujado las inscripciones

sobre las viejas lápidas

Recuerdo de sus padres y de sus hermanos

Hay más muertos que vivos sobre la tierra
dijiste

cuando el chillido del ave rasgó el cielo
del poblado desierto

 » Leer Mas…

Poema de las dos cabezas

Este es el poema de las dos cabezas

Sol
Cuello Cortado
descansa sobre la hierba

Cabeza Soberbia
partió a los Australes

Sol
Cuello Cortado
dejó que un insecto
revoloteara en sus labios

y durmió un instante

Cabeza Soberbia
cansada del viaje
haló de los pies a su amante

Estuvieron parloteando un largo rato

Una tormenta siguió a la otra
mas estas cabezas tenían mucho de que hablar

Sol
Cuello Cortado
saltó sobre la nieve

y posó sus labios
sobre la boca tumefacta
que hervía

sobre un hervidero de palabras

Se contaron sus vidas

Esto era todo lo que tenían que decirse
sus vidas sus amores

La noche las encontró
bajo un bloque helado

-el viento ululaba en el paisaje blanco-

“Es un presagio”

dijo Sol
Cuello Cortado

“No hagas caso”

Cabeza Soberbia
sintió pánico

y entrechocaron sus orejas en un largo abrazo

 » Leer Mas…

Siempre y siempre

Si yo he venido
si me he tomado el trabajo
de hablar tan torpemente
de temblar
como un adolescente quiere
escribir poemas
te acaricio
en la boca
el aire es oscuro
en este cuarto
enrarecido

Si has venido
-también-
a ocuparte en mi sueño
sin dormir
a un lado
sobre una cama desierta

Si yo he venido
en ternura
en amor mío
y este nuevo para mí
es el lugar de siempre
y siempre
como un limbo de pájaro en el aire
y tú has llegado nunca
y nada es cierto

 » Leer Mas…

Sólo veía una carretera polvorienta

como el calor me sofocaba dije basta
y me senté de cara a la ventana
para refrescar mi cabeza que tiritaba
al igual que una onza de gelatina
Con el hilo del sudor
hice un collar
para apretarme el cuello
además
las noches eran tristes
y rojas
tanto
que me dediqué a soñar con lo ojos abiertos
Sólo veía una carretera polvorienta
Eran noches nostálgicas
Te dije ahógame
y como no había cuerda
y el hilo en el cuello era invisible
juraste amor eterno
me hiciste una escena de celos

Luego lloramos en voz baja
para no despertar a los niños

 » Leer Mas…

Son tres los zopilotes

Mira volar los zopilotes son horrendos
Allí están en la cornisa del otro edificio

Mientras sirvo el café las aves negras
se han posado en la antena parabólica diríase atalaya

Cada uno conserva el equilibrio que es suyo y no del Otro
-¿De quién comen?

 » Leer Mas…

Un niño escribe

Un niño escribe

Aquí es redondo como una naranja

¿Qué miran los ojos
detrás del mundo?

Ya dije que vivir es imposible

Cuándo cesará este nudo

esta tarde helada
aquí afuera

hay una raya invisible

El niño mira
y ve árboles

y pájaros

Duerme
si algo dulce es posible

 » Leer Mas…

Valsecito

Un hombre está sentado ante otro hombre.

El uno con terror dirige la mirada al cielo raso.
El otro se concentra en el cielo de la boca.

El uno siente un miedo profundo de sufrir
y así lo expresa: me lastima lo que hace.

 » Leer Mas…

Vitral de mujer sola

Se sabe de una mujer que está sola
porque camina como una mujer que está sola
Se sabe que no espera a nadie
porque camina como una mujer que no espera a nadie
Esto es
se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos
Se sabe de las mujeres que están solas
cuando tocan un botón por largo tiempo
Las mujeres solas no inspiran piedad
ni dan miedo
si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda
se aparta por miedo a ser contagiado
Las mujeres solas miran el paisaje
y se diría que son amantes
de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo
de los subterfugios
Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles
les da igual porque para ellas es lo mismo
Las mujeres solas recitan parlamentos
estoy sola
y esto quiere decir que está con ella
para no decir que está con nadie
tanto se considera una mujer sola
Las mujeres solas hacen el amor amorosamente
algo les duele
y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor
Estas mujeres se alumbran con linternas
van al detalle
saben donde se encuentra cada cosa
porque temen seguir perdiendo
y ya han perdido o ganado demasiado
Ellas no lo saben
porque van del llanto a la alegría
y a veces piensan en la muerte
También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles
Administran el dinero
compran legumbres
trabajan de 8 a 8
Si tienen hijos hacen de madres
son tiernas y delicadas
aunque muchas veces se alteren
un pensamiento recurrente es
ya no puedo ni un minuto más
Las mujeres solas tienen infinidad de miedos
terrores francamente nocturnos
los sueños de tales mujeres son
terremotos catástrofes sociales
Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata
llevan el mismo cuello airado
lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas
esto es completamente falso
Lo cierto es que la casa de una mujer sola
está abierta a su antojo
Una mujer sola
no puede curar su soledad
porque nada está enfermo
se remedia lo curable
una gripe o un dolor de estómago
La mujer que piense que su soledad es curable
no es una mujer sola
es un estado transitivo entre dos soledades
infinitamente más peligrosas
Una mujer sola es una mujer acompañada
aunque de este hecho no se percate más que el zapato
al que mira con detenimiento
o el botón
que parece representar algo verdaderamente importante
como de hecho lo es
como los árboles o el cielo
sólo que el privilegio que deriva de semejante atención
es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:
id contigo
para estar con vosotros

 » Leer Mas…

Yo hice el cable submarino

Eres mi criatura
yo hice tus ojos tus manos

tus dientes montados
unos encima de los otros

Yo puse tu mirada
sobre el mundo

tus dos piernas

Yo hice al mundo
ávido y mojado

sin palabras

hice tu perfil
entrar al agua

tus brazadas
en el mar

en la piscina

Yo hice tu barbilla
tu cansancio

tus aletas de pez
en el acuario

Hice una joven para amarte
de venticinco años

la hice apátrida
enfermiza

una niña en el marasmo

Hice un país
un enemigo

Me dije
no

está prohibido
mirarte

Me hice daño

Yo hice a mi criatura
con mi sangre

abrir la carne

Marqué las horas muertas
en este calendario

la importancia del teléfono
mudo repicando

Yo hice el cable submarino

a París
también la hice

la ciudad de los amantes

 » Leer Mas…

Yo soy otra

He aceptado la invitación a viajar.
En el auto,
el paisaje pasa demasiado rápido.
Raspa al oído
la música sorda que el interior repele.
Atravesamos el país sin detenernos,
apenas para orinar o para beber un trago de agua
en las gasolineras.

 » Leer Mas…