Interiores (I)

En el tacto interior de esas gaviotas
hay un eco de sombras que conduce
a una intemperie toda de cristal.

Lo que el aire levanta es su presencia
que, en un compás de luces, se diluye
hacia una abierta y sola identidad.

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Interiores (II)

¿Qué puede al hombre cautivar, sino la música
que en la quietud la arena en sí eterniza
y las olas tan sólo que a lo lejos
una a una, en su olvido, repite sin cesar?

Como su cuerpo son, también, de sombra
y entre su voz la sal es lo que dura
y ese rumor del eco en transparencia
de quien no sabe de otra eternidad.

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Marina

Una antorcha es el mar y, derramada
por tu boca, una voz de sustantivos,
de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada.

Una nieve navega resbalada
en resplandor de ojos reflexivos,
de sonoros silencios sucesivos
y de sol en la sal por ti mojada.

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Naturaleza

(A José Ma. Guelbenzu)

Y si, pronto, tú, naturaleza,
entre pliegues de piedra me mirases
y no pudiera ser yo, sino tu música
en los mismos instantes que dura una verdad;
una verdad que pasa por un cuerpo
abriéndole a los ojos todas sus superficies
para dejar de ser lo sido cada día,
para dejar de ser una verdad,
qué transparencia en la quietud del fondo.

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Unos pocos minutos en América

aún entre la magia negra del jet lag
y la búsqueda del hotel en calle Veinte Art Decó.
Honestamente, como todo siglo un exceso,
demasiado pronto para situarse entre lo desconocido,
no queda sino la defensa propia contra el titán imposible,
del miedo una huida desesperada que me desborda.

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Revisiones a la duda

Ayer me descubrieron un leviatán silencioso
que se ha alojado en mi más deseado trofeo,
aquel que desatara envidias por igualarlo,
el que despertó la codicia por poseerlo,
el que ofrecí por entero a ese amigo
y enemigo con el que comparto un solar
de sueños afiliados a lo imposible.

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En la aduana

Y cuando en la interminable cola,
perdidos ya todos tus derechos,
todos empujan indignados:
blancos primero, afros y chinos;
latinos, indios y musulmanes;
para que sus familias no sequen
sus calcetines de zurcida rabia
al viento rasante del metro
que taja todas sus gargantas.

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Manifiesto de cualquier nocturno

Reivindico el desenfado
y la desinhibición de mis deseos,
el punto de alcohol compatible con mis sentidos,
el encuentro furtivo con un amante efimero,
el bullicio sin rumbo de un grupo humano,
el golpe mortal a la rutina,
la amargura cuando sale el sol,
el exceso, sobre todo el exceso

Magnifico la valentía
de todos aquellos que viven con ojeras,
que no le ponen precio a la hora,
que desacatan las leyes ordenadas de la Naturaleza,
que amarían sólo hasta el alba,
capaces de todo en el punto exacto de la Medianoche,
de nada cuando unas gotas de luz
rayan la noche descarada,
vencida ya.

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Una oficina propia

Nuestra tarea no es ya recolectar madura fruta
con trampa mortal que se muerda.
Ahora que en la casa dejamos atrás las naves hundidas,
sin olvidar la flor en el cabello
que nos perfuma desde generaciones,
no seremos más
púgiles en un ring sexual de barro,
superdotadas para el teatro del amor,
aficionadas al abalorio antes de iniciar la pubertad,
al ritual de cuerpos engastados en aceites nocivos
para que resbalen todas las enemigas.

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La celebración de la palabra

Desde esta pelliza de toro tan angosta a veces,
gran bazar de la droga, según los diarios,
portaviones de sol, vehemencia y gozo,
preñada de inquilinos que bailan
-y qué remedio- con el alegre subsidio de la palabra,
sólo se puede aceptar una contienda de juego y paz,
aunque la mancha de petróleo en el océano
siga ahogando pateras
y sus inagotables fuegos de artificio
iluminen haciendas y solares encalados.

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Subasta de sueños en la Era Heisei

Sabía que atravesando Akakira
al final se llega a una vieja fábrica de aceros,
donde los prendidos sueños arden
como en plena calle verdes
papeleras de plástico galvanizado.
Era todo un milenio en llamas,
crepitaban utopías y principios,
un viejo sombrero de fieltro de Pablo Iglesias,
y la daga samurai de un múltiple Harakiri.

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Ahora

Ahora que las últimas cohortes
incendiaron las últimas praderas,
en esta soledad de mármol roto,
de lámparas extintas y de palabras yertas;
sobre un polvo que fue trubuna o plinto,
corona de palacio o tímpano de iglesia;
mientras el odio se organiza
para un asedio más, en la tormenta,
contra el pavor de un reino devastado;
pienso en los que vendrán —¿desde qué estepa?—
a poblar estas ruinas,
a erigir su arrogancia en este polvo,
a confiar otra vez en estas praderas…
Y, humildemente,
con la ciudad caída bajo una estela.

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Pisos en alquiler

Declaro haber vivido en miles:
de patio interior, oscuro y de vida intensa;
el del sexto sin ascensor
lleno de goteras y fuertes vientos;
del que nos echaron porque nos amábamos
sin control ni reglas fijas;
el que no escondía siquiera letrina;
uno con demasiados recovecos y sin esperanza;
otro compartido sólo viernes noche y ya sabes para qué,
y aquella casita en Cájar de vistas a la vega.

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Civilización

Un hombre muere en mí siempre que un hombre
muere en cualquier lugar, asesinado
por el miedo y la prisa de otros hombres.

Un hombre como yo; durante meses
en las entrañas de una madre oculto;
nacido, como yo,
entre esperanzas y entre lágrimas,
y —como yo— feliz de haber sufrido,
triste de haber gozado,
Hecho de sangre y sal y tiempo y sueño.

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Esta semana, amor

Esta semana, amor,
cuando te marches de vacaciones
haré un escáner a la ciudad,
agotaré la VISA de compras toda la tarde,
visitaré antiguos amigos que te disgustan,
besaré bares y discotecas de moda,
he de beber toda la rutina con ron helado
y regresar de madrugada,
sin remordimiento quizás me levante a las doce
y si sale, por qué no, compañía
estarás jodiéndome como siempre.

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Continuidad

No has muerto. Has vuelto a mí. Lo que en la tierra
—donde una parte de tu ser reposa—
sepultaron los hombres, no te encierra;
porque yo soy tu verdadera fosa.

Dentro de esta inquietud del alma ansiosa
que me diste al nacer, sigues en guerra
contra la insaciedad que nos acosa
y que, desde la cuna, nos destierra.

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Verso secreto

…………………
ni escribir de amor a ojos que no sean verdes.
Miro esa fotografía, difunto recuerdo en blanco
y negro de aquella boda que nunca tendremos.
Sobre su pómulo derecho aparto las sombras,
se resisten y no lo consigo
porque el misterio siempre purifica,
y ahorra tantas excusas
que de las miserias nos salva.

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Invitación al viaje

Con las manos juntas,
en la tarde clara,
vámonos al bosque
de la sien de plata.

Bajo los pinares,
junto a la cañada,
hay un agua limpia
que hace limpia el alma.

Bajaremos juntos,
juntos a mirarla
y a mirarnos juntos
en sus ondas rápidas…

Bajo el cielo de oro
hay en la montaña
una encina negra
que hace negra el alma:

Subiremos juntos
a tocar sus ramas
y oler el perfume
de sus mieles ásperas…

Otoño nos cita
con un son de flautas:
vamos a buscarlo
por la tarde clara.

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La noria

He tocado los límites del tiempo.
Y vuelvo del dolor como de un viaje
alrededor del mundo…
Pero siento
que no salí jamás, mientras viajaba,
de un pobre aduar perdido en el desierto.

Caminé largamente, ansiosamente,
en torno de mi sombra.

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Lied

La mañana está de fiesta
porque me has besado tú
y al contacto de tu boca
todo el cielo se hace azul.

El arroyo está cantando
porque me has mirado tú
y en el sol de tu mirada
toda el agua se hace azul.

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Mediodía

Tener, al mediodía, abiertas las ventanas
del patio iluminado que mira al comedor.
Oler un olor tibio de sol y de manzanas.
Decir cosas sencillas: las que inspira el amor…

Beber un agua pura, y en el vaso profundo
ver coincidir los ángulos de la estancia cordial.

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Nunca

Nunca me cansará mi oficio de hombre.
Hombre he sido y seré mientras exista.
Hombre no más: proyecto entre proyectos,
boca sedienta al cántaro adherida,
pies inseguros sobre el polvo ardiente,
espíritu y materia vulnerables
a todos los oprobios y las dichas…

Nunca me sentiré rey destronado
ni ángel abolido mientras viva,
sino aprendiz de hombre eternamente,
hombre con los que van por las colinas
hacia el jardín que siempre los repudia
hobre con los que buscan entre escombros
la verdad necesaria y prohibida,
hombre entre los que labran con sus manos
lo que jamás hereda un alma digna,
¡porque de todo cuanto el hombre ha hecho
la sola herencia digna de los hombres
es el derecho de inventar su vida!

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Patria

Esta piedad profunda es tierra mía.
Aquí, si avanzo, lo que toco es patria:
presencia donde siento a cada instante
el acuerdo del cuerpo con el alma.

Esta voz es mi voz. Pero la escucho
en bocas diferentes. Y aunque nada
de cuanto dice pueda sorprenderme,
oírla me cautiva porque canta
en ella un corazón siempre distinto
que nos lo explica todo sin palabras.

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Río

¡Río en el amanecer!
¡Agua en tus ojos claros!
Caer —¡subir!— en lo azul
transparente, casi blanco.

Cielo en el río del alba
—mi amor en tus ojos vagos—
oh, naufragar —¡ascender!—
¡siempre más hondo! ¡Más alto!

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Fósiles (I)

Para Omar Martínez Verde

Atardecemos.
El arco de la luz se disuelve lento.
¿Qué son las alas y para qué sirven?

Por la piel escurre el ámbar,
la edad que llegará cuando dejemos al frío en simple sensación,
cuando los trópicos existan sólo para los hijos de nuestros hijos,
cuando el dinosaurio sea la escama de la tierra
y nosotros fósiles,
cuna de petróleo;
acaso cuna de nostalgia.

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Fósiles (IV)

Dicen que las alas son un instante,
una mueca gris,
tardía,
y son quizá el destino vegetal de la libélula,
los brazos de una nave antigua,
los remos de la barca perdida en el fallido cálculo
de su destino.

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Reapareces

Reapareces
aquí
dentro de la palabra y tan afuera
en ti misma

liberada de estas MAYÚSCULAS REVERENCIAS

cierras una puerta
y yo abro otra

(Mi río se desborda en estas afirmaciones)

ANTES
Teníamos poca edad
pero suficiente para creernos en el margen del mundo

Aquellos días
empezó la mitad de la vida a circular por su debido cauce
provocando ahogos aquí y allá
remolinos
pérdidas
en donde los hombres habían forjado una esperanza

Di vueltas alrededor de tantas noches di vueltas

¿Qué decía Zita de mí?

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Tormental

No se llega al alba
sino por el sendero de la noche
Proverbio Náhuatl

My nerves are bad to-night. Yes, bad. Stay with me.
T.S. Eliot

No sé
Quizá nunca inicia la frase
y el dolor ya viene con nosotros

Herencia de soledad y temor

No sé
Digo no saber
aún cuando todo mi cuerpo
lo siente en cada gesto
y en cada célula de insomnio

Aún cuando la lluvia nocturna
es sólo el eco de las tempestades
que los niños guardan en su memoria
para recordarlas al borde de la muerte

Yo
Nazco en mí mismo
No hay llanto
No hay festejo de padre ebrio y madre solitaria

Hay algo más que un nacimiento

Es el rosario y la maldición

en la fiesta negra del velorio

Es la niña ciega

que empuña una vela apagada
como el soldado
empuña su arma contra el enemigo

Es la sangre en la mano cortada

Herida
por tocar el vientre de la pesadilla

Insisto

A leguas se nota en mi saliva
En mi purulenta cobardía

Yo
me digo
y
No duermo

Dormir con el tambor del corazón
es una marcha
hacia el profundo estar del otro lado

Hacia esa vigilia eterna

Nací el día
del año
del siglo

En el primer trago de leche que el infante recibe en su
estómago

Abrí los puños

No había nadie

Sólo un cristo

Un nopal

La palma de la resurrección en llamas

Y una moneda
Y no había nada

Estuve ahí
Esa fue mi cuna

Y hoy he vuelto para ser testigo de mí mismo

Me alimento de mi brazo izquierdo

Escribo con la mano derecha

Y me falta un corazón
para soportar éstos
mis nervios de cristal

Quiero unos oídos más sordos

para evitar el chillido de los cerdos por la mañana

Para entender lo que es la infancia

Estoy parado frente a mi lecho:
Cuarenta días sin dormir
Cuarenta segundos sin hablar
Cuarenta años tuvo mi padre

(No siento en mí la condición de lo que se desgasta)

En la punta de la lengua
un gramo de azúcar
me ayuda a recuperar la memoria

En la piel
Una aguja incrustada
(El pico de un colibrí)

Soy tu carne
tu igual
Piedra y Fuego

Soy una fuente a punto de iniciar su trayecto hacia la nube

la rueda que te hace feliz y amargo

Lluevo en sentido contrario

Mírame más cerca

Cómo respiro en tu nariz

Cómo imito al mono para enamorar
a la que será mi mujer

Siente mi pensamiento

Algodón de ideas

( confuso )

Como cuando Uno cruza el umbral de la ansiedad

y se acurruca en el rincón menos quejumbroso

Hubo una vez el fango en mi cuello
y fango también hubo en mi boca
Y esto que hoy digo no lo dije nunca

Algo se mece en las ramas de este gran árbol

Y todos decimos
con una sola voz
lo que dijimos de espaldas

Cuando la vergüenza nos cerró la garganta

y el perdón no fue sino la esperanza sucia del orgullo

Pues bien
Yo elevo mi Palabra
y te perdono Volcán
Te perdono Tigre
y te perdono Puente
Te perdono Dios
y te perdono Diablo

Hoy cosecho mi fruto
Mi huerto entero está en llamas

Porque me perdono me digo

Haz crecer tus límites

Ensancha tus continentes

Abre los brazos

Hombre

Y abrazo al espejo que me mira sorprendido

Abrazo a los amigos de tus amigos

a los traidores

Al hombre que cierra la llave de agua
mientras el sediento lo mira

Extiendo mis brazos y contemplo un mundo
Entero
Real

Arcaico como él mismo

Mis ojos no son las ventanas
son las puertas
Y para que todo y todos entren en mí
los abro de par en par
Y aquí

Entre ustedes

Yo me pronuncio vivo

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Animalia

nos movemos en el aire del soliloquio
en la jaula de bejucos con fiera a bordo
y tití grita que grita
para que no le hagan mala cara y lo dejen irse
hasta la copa del árbol a gritarle obscenidades
a las cotorras en legión y guacamayas
haciendo una fiesta de colores
para que los ojos no se olviden del cielo
y del arte del vuelo
en las grandes esferas de transparencia y viento de oro
con briznas que son golondrinas que son cartas de amor
que son canciones de un niño
extraviado en la inmensidad de un relámpago
mientras los venados
contemplan a la perdiz alejarse
hacia la fronda de muchísimos arbustos
caminos abiertos por animales que andan en manada
como el sahino
piénsese en el olvidado ponche
en la soledad del armadillo tan evasivo del sol
parece que nos espiara desde su túnel en la montaña
por donde se mueven los hijos del tigre
y sus hermanitas menores
ya listas para saltar
sobre un animalito correlón pero no tanto como ellas
tan precisas en sus dentelladas

no nos queda mas remedio que sentarnos sobre una piedra
a esperar al perico ligero o perezoso
para saber todo acerca de la paciencia
y la abolición del tiempo
que es algo parecido a la eternidad contemplada
por la iguana inmóvil de éxtasis místico
viendo el origen de las tormentas y la explosión de la luz

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Ante un grabado de Escher

La mantis religiosa cabalga un muerto.
Ese es su rito a las estrellas esta noche.

Nos cobija un cielo de remota luz
Un antiguo oficiante yace muerto.
Cuántas historias atraviesan sus ojos
Cuántos conjuros rebotan en los ángulos
de un palacio sideral

La pulsación de las estrellas
le trae noticias de canciones
holocaustos en ofrenda al viaje de la luz

La mantis religiosa parece poseída
por las palabras que el muerto no dijo

El resplandor lunar hace la densidad

¿Quién quedó detrás de las ventanas
observando el recinto donde todo calla?

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Con muslos de damas toledanas

Con muslos de damas toledanas
están abullonadas mis almohadas

Mi sombrero de oro
lo luce el Arcángel del Dragón

Mientras llueve anís
la música y sus tribus
avanzan a ínsulas de ónice

Parecemos cortejos del Véspero
un robledal que flota
en la exhalación de las
caléndulas

Cielos hacen una espiral
sólo perceptible
desde un útero
parecido al vacío
siempre girando
en el dédalo de su preñez

La difuminación
de las Auroras
es el teatro de las muchachas
saltarinas en las esteras del Relámpago

Todo se verá dorado
cuando la membrana negra ocupe su trono de luz

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El espejo negro

Atraído por la visión de un árbol, camino por la sabana, hasta extraviarme
en su paisaje. Su tallo, abarcable por ocho hombres en círculo. Tan alto
que aves migratorias se desvían de su ruta, allá lejos, imantados por su
presencia. Palacio para pájaros.

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