Viajes de Penélope (25)

Y tómate tu tiempo por las islas
Ulises que te mides con las olas:
haz escalas imponderables
alquílate a las albas mercenarias
bebe filtros de olvido

Ítaca por fin no tiene alas
nuestro lecho resume hondas raíces
y estoy hecha a medida de tu sueño:
pastora de los vientos
terror de pretendientes
doctorada en esperas y matices
viajo sin un desmayo la tela de los dioses
y aún me sobra tiempo para zurcir
crepúsculos

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Viajes de Penélope (27)

Te has dado a la pasión de los espejos
quijote de los mares:
echas tu vida a pique por la fama
te das brillo en los hombros
y crees que los gigantes se convierten
en rústicos delfines

Se te detiene el tiempo en los palacios
donde cantan tus glorias
y lloras a luz viva
los recuentos de olvido:
con bravo sacramento
comulgas propia vida en canto ajeno

Ah si te desbautizaras…llegarías

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Viajes de Penélope (39)

No basta con tejer para la espera
es preciso viajar: volar la pluma
por la ternura encuadernada en sueños:
chalupa más sutil
cóncava y ágil
que las viriles naves de Ulises
intermitentemente prisionero

Madre isla que estás venida a remos
convertida en solar de pretendientes:
infundiendo los viajes:
¿quién guardará tus playas de naufragio?

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Viajes de Penélope (50)

Año tras año
diste muerte a los tercos pretendientes
que orillaban mi patio:
desde fuera del tiempo
los vencías
antes aun de divisar la playa
en que nos damos cita

Y yo que los quería ya de tanto
tejer por destejerles y por tanto
reclamar tu mirada
los veía morir uno tras otro
a golpes de infinito
tiernamente inmutable

Así murió el que me entreabría
las ventanas del alma
murió el que sepultaba
las llaves de mi nombre
en el océano:
murieron porque aún no había Dios
ni trinidad ni magia

Y cada primavera yo volvía
a proyectar torneos estivales
suscritos a una lágrima:
certidumbre
de la doble faena de tus manos
en su áspero venir a nuestro abrazo

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Viajes de Penélope (55)

¿Quién canta y con qué voz
me sueña aquel color en la mirada?
Tejiendo la marea entre las islas
¿qué voces silenció el fragor del tiempo?

Salvo la soledad que vuela dentro
tal parece que nadie vive:
pero vibra la estela adamantina
de la tela que voló sobre el mar

Este que fuera cuento es vida en mí
y de una cierta isla hará la historia

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Viajes de Penélope (8)

No crean que te espero
porque sé que vendrás a alzar tu casa
de las aguas hambrientas
o de los pretendientes

Te espero porque estás:
nunca te has ido a los asuntos vanos
(las paredes te conocen la voz
en las estancias más calladas)
y todas las pisadas se someten
al ritmo de tus pasos
y hasta la soledad toma tu rostro
al borde de mi almohada

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El hambre ocurre

el hambre
su alquimia pertinaz

transmutación violenta
en la costilla

tener un hombre vivo entre los dedos
tirárselo a la muerte

el hambre es una muerte
que se hace la olvidada
se demora

finge buscar su cita en la libreta

pero al final te toca
y es una brea
inarrancable

no deja cicatriz

o sustrae al más pequeño de la casa
lo convida
al baile helado

el hambre ocurre
esto lo escribo en Costa Rica
estamos en setiembre ochenta y cinco

pero resulta
la muerte aquí es católica apostólica
el sueño en que moramos no resiste
este grillete
así nadie comenta
el hambre queda en rasgo de mal gusto

la paz

aquí la paz se nutre con la sangre

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Quiero tomar un hijo, tener un barco, tomar un barco

si ya lo sé
si soy la lagartija que cruje
bajo el orbe
el tenso escarabajo que palpita
sostengo con mi miedo la tormenta
qué no voy a saber si estoy desnuda
en esta llaga
y el el aro del pecho
me imprime la vida su cornada
su blanco puñetazo

que no se me abandone
yo voy a la estación, a alguna parte
a clavar con fe los incisivos
a hurgar con dulce hambruna
la filigrana testaruda del deseo
la telita jodedora del que ama
y ya no puede contenerse
y es un jarrón de flor desesperada

si ya lo sé
que no me digan de nuevo la desdicha
quiero tomar un barco, un beso
una medida

una pomada nueva
zurcirla a la matriz con esperanza

tomar a mi varón, sobre su sexo
depositar esta vagina enamorada
esta vulva hecha del higo de los vértigos
y ser el más estrecho brazalete

mirar esa fiereza que se funde
y es esta hilacha tibia
saliva del destino
espuma del esperma
donde escucho a mi hijo que me llama

quiero tomar un barco
dejar que me hable el mar por este sexo
que se ha puesto de pie
para preñarme

que su espuela de miel
en las entrañas
me ponga un ser del musgo
yo voy a la estación, a alguna parte
adonde salen a parir los ciervos hembras
ese sueño bruñido que les brilla
como un cristal creciente
a pesar de los pesares y los hombres
y del dolor morado de este mundo

quiero tomar un hijo, tener un barco
tomar un barco

a ellas como a mí
que nos manche la vida y su promesa
con su baba de estrella
en los ijares

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Vocación

Que el orbe se desboque,
que toquen a la puerta mis amigos,
que llueva ajenjo sobre los paños
de blanca estofa
y se tuerzan en la cazo los cereales,
que el ceño frunza, descontento,
mi marido
y me extrañe alguno que otro
en el teatro de Dionisios.

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Alumbramiento

Vino de mí
salió del fondo
el médico aplaudía
yo vine con el mar en la barriga
como un intenso parasol
un mapamundi
yo era la esfera que rodó en la madrugada
de corazón latí como un caballo
lo digo así
es que la crin
me perfumó
el vientre se movía
como suelen moverse los rebaños
venía con mi molusco mi amapola
mi potranco
con mi gorrión redondo
yo no podré faltar jamás
me dije
a nuestra cita
así que estoy aquí
con esta fiesta
brincando por el talle
hice mi baile de rosas
mi aleteo
mugí como los barcos
el vientre daba vueltas
me esperaba
oculta en el carmín
donde el médico buscaba con su ceño
yo empujaba
el ventarrón del orbe en mi testuz
soplaba como un faro
Como los dioses marinos de los cuentos
una granada real a punto de volar
recuerdo que por suerte
César me retuvo del cabello
estaba emocionado
sin saber si tintinear o si envidiarme
de entero dedicado a mis pulmones
expirando inspirando y expirando
me miraba de adentro de sus ojos
como sólo una vez me mirará
en toda la vida de su vida
y a mi vientre que cambia de paisaje
y así
vino de mí
salió del fondo
nos bendijo de un golpe con su grito
se puso a beber sol como una fiera
de lana o amaranto
yo estaba enamorada y me reía
de loca de centella de rodillas
quería besar el sexo el vellocino
de César que lloraba
tomar a mi criatura
correr a derrocharla por las calles
qué llovizna de leche que cabalga
toda la luz del mundo en el pezón

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Pene de pana

pene de pana
pene flor del destinado mío
empuñadura del sol
envidia del anturio
aguda palabra
mástil de las estrellas
garza despierta
garza dormida
cigüeña
farol de la promesa fecunda sobre el humus
anguila escarcha
brazo del guerrillero
medusa tenor
de la línea el alma cardinal
columna cálida
ovillo menguante
generosa cintura
sonrisa oscura y clara
de puntillas el amor
vías lácteas dormidas
despiertas vías lácteas
canción del pueblo
desmesurados niños atesora encierro tibio
cuna de la semilla
fruto brillante
panal del pene
himno
cónsul de Dios más excelente excelso
que ninguno
la nuez se hermana con su cuello
llave de naves invisibles
la delicia
vendavales sus quehaceres
azadón
un exaltado obrero
pene de penas el olvido
desbordadas deidades te humedecen
oboe maduro
oboe el tenue
tú muerte viva de la muerte

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No es por ti por quien lloro

no es por ti por quien lloro no
ni se hunde mi hocico de loba en un charco de plumas
buscando entre el satín sudor y semen
un vestigio de sal que dejara tu cuerpo
ese arcángel jadeante que clavaste
como un chorro de miel entre mi sexo
la luna que te di y que ya no fuimos

no es por ti
no

aunque tu nombre suene
si alguien agita el fondo
de este cascado corazón

lloro por él por eso
se llama amor yo lo inventé
en homenaje a ti
el sexto día

lloro por mí y el amor que te tuve
donde quiera que esté
donde desflore
como una supernova
el firmamento

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El tiempo de las plantaciones

En invierno,
al llegar el tiempo de las plantaciones,
me gusta contemplar
ese desfile de jardineros desarmados
cruzando la ciudad,

llevando sobre sus hombros
en lugar de fusiles
árboles dormidos.

Esa imagen es para mí
tan hermosa
que vence toda la sinrazón
de la barbarie en la que estamos,

algo así
como asistir a la poderosa fragilidad
de las raíces de la menta
levantando las piedras.

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Mi Único pÁjaro

Hoy llevo puesto
mi vestido tierno.
Y la casa está dorada
como un jarro de miel.
Hoy,
cuando el cielo ascendía de nuevo
sobre mi árbol
he arrancado de un soplo
el único pájaro que tenía.
Cuando se alejaba,
parecía que el alma se me llenaba de plumas.

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Tu boca

Tu boca vela de roja nervadura
para mi sed ruidosa dame
tu fuego
enervada frambuesa de tu encía
boca donde desgarrar
este grito desgreñado
donde terriblemente muerto así
ya nunca más la roja
sed encarnadísima
frambuesa y rocío espeso
tu saliva
luz distraída que se alojó en tu boca
dame espada de duro clavel
tu dentadura
para esta fiebre con su lanza
sobre mi lengua desiertos que ha fundado
su ácido encaje señora lenta
arráncame este borde cárdeno
la garra furibunda de la melancolía
para tu boca vuelo yo y la hoguera
hundir las estrellas apretadas
entre tu boca cristal sin juicio
traigo a beber el mar
dame esta granda irreprochable
un tesón de mediodías sobre tu labio menor
toda ternura tocó este nido
el anís el verano
para mi roja
dame
porque la sed
mis senos dos tigres de bengala dos
desquiciados pelícanos en llamas
hasta tu boca norte
tu boca boca bodega del cielo
al galope
que tu relámpago azul
bebo la luz.

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