Cuando un penitente embiste contra sí mismo
es para librarse no precisamente de una tentación externa,
sino del infierno que hay en sí mismo.
El hombre y el fruto de lo que crea en su mente.
En la realidad, el mundo es bien simple.
Poemas brasileños
Yo, sí -¿Pero y la estrella de la tarde, que subía y descendía
de los cielos cansada y olvidada?
¿Y los pobres, que golpeaban las puertas, sin resultado, haciendo
vibrar la noche y el día con su puño seco?
¿Y los niños, que gritaban con el corazón aterrado?: «¿por qué
nadie nos responde?»
¿Y los caminos, y los caminos vacíos, con sus manos extendidas
inútilmente?
Se llevaron las rejas del balcón
desde donde la casa se avistaba.
Las rejas de plata.
Se llevaron la sombra de los limoneros
por donde rodaban arcos de música
y hormigas rojizas.
Se llevaron la casa de verde tejado
con sus grutas de conchas
y sus vitrales de flores empañadas.
No cantes, no cantes, porque vienen de lejos los náufragos,
vienen los presos, los tuertos, los monjes, los oradores,
los suicidas.
Vienen las puertas, de nuevo, y el frío de las piedras,
de las escalinatas,
y, con un ropaje negro, aquellas dos manos antiguas.
Yo no tenía este rostro de hoy,
tan calmo, tan triste, tan delgado,
ni estos ojos tan vacíos,
ni este labio amargo.
Yo no tenía estas manos sin fuerza,
tan detenidas y frías y muertas;
yo no tenía este corazón
que ni se muestra.
Sucede así -cualquier cosa
serena, libre, fiel.
Flor que se cumple, sin pregunta.
Ola que se violenta, a causa de ejercicio indiferente.
Luna que envuelve igual a los novios abrazados y
a los soldados ya fríos.
También como este aire de la noche: susurrante de
silencios, lleno de nacimientos y
pétalos.
¿Un verso para salvarte
del olvido sobre la tierra?
Si es en mí que estás olvidada,
el verso recordaría apenas
esta fuerza de olvido,
mientras la vida, sin memoria,
vaga atmósfera, se condensa
en la pequeña caja donde vives
como los muertos saben vivir.
Huerta de los repollos, huerta del jiló
huerta de la lectura, huerta del pecado,
huerta de la evasión, huerta del remordimiento,
huerta del escaramujo y del sapo y del pedazo
de cuenco de color guardado por el recuerdo,
huerta de acostarme en el suelo a poseer la tierra,
y de poseer el cielo, cuando la tierra me cansa.
La casa fue vendida con todos los recuerdos
todos los muebles todas las pesadillas
todos los pecados que se cometieron en vida
o por cometer.
La casa fue vendida con sus golpes en la puerta
con su viento acanalado su vista del mundo
sus imponderables
por veinte, veinte contos.
El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
un amor que se fue no se va jamás
él perdura casi irreconocible
entre viejos recuerdos
un amor perdido es como las fotos
que registran apenas sonrisas
nunca lágrimas
vive en otro mundo distante de nosotros
y es como si oyésemos
un lloro de Pixinguinha
en una tarde lluviosa
un amor que se fue no se va jamás
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
amor que se vai
um amor que se foi não se vai jamais
ele perdura quase irreconhecível
entre velhas recordações
um amor já ido é como as fotos
que registram apenas sorrisos
nunca lágrimas
vive noutro mundo distante de nós
e é como se ouvíssemos
um choro de Pixinguinha
numa tarde chuvosa
um amor que se foi não se vai jamais
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
intenta lavar las memorias
que caen crespas y crudas
sobre el cuerpo y lo disuelve
la carne ahora es voz y olor
cada parte del cuerpo se acuerda de algo
un hijo que no nació
un beso que fue interrumpido
en cada toque
siente el gusto de la desesperación
friega araña quita la piel
inútil lavar lo que le devora
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
debaixo do chuveiro
debaixo do chuveiro
tenta lavar as memórias
que escorrem crespas e cruas
sobre o corpo e o dissolve
a carne agora é voz e cheiro
cada parte do corpo lembra de algo
um filho que não nasceu
um beijo que se interrompeu
em cada toque
sente o gosto do desespero
esfrega arranha esfola
inútil lavar o que lhe devora
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
la ciudad es más sucia más humana
que en la infancia
cuando la vida era sueño
‘la vida es impropia para la ducha’
dice el cartel escrito en los ojos
de los humillados
mientras me viene el poema
un ángel cae fulminado
embotellando al Presidente Vargas.
con la lámina de la voz
el golpe y el corte
atraviesa el tórax
además del cartílago
arista de sueños
sucumbe al acero
dejando un espejismo
en los desiertos del rostro
el líquido mirar
llueve sobre los muebles
metafísicos ahora
y se despide frágil
llevando además de la mata
lo que cupo en la memoria
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
lâmina
com a lâmina da voz
o golpe e o trespasse
a cortar o tórax
muito além da cartilagem
arestas de sonhos
sucumbidas ao aço
deixando nem miragem
nos desertos do rosto
o líquido olhar
chove sobre os móveis
metafísicos agora
e despede-se frágil
levando além da mala
o que coube na memória
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
tengo mi propio idioma
y calendario
guardados en mi soplo
dialogo con ángeles y demonios
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
linguagem
tenho meu próprio idioma
e calendário
guardados no meu sopro
dialogo com anjos e demônios
(Traducción: Humberto Mello)
la poesía no toca en la radio o en las discotecas
porque la música del poema no es para bailar
y en el delirio banal de la nación la poesía no elige
modas
porque la música del poema no es para bailar
nadie danza un poema en la televisión
porque la música del poema no es para bailar
pero la música del poema es irresistible
y hace siglos los locos y los poetas
la bailan sin parar
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS)
a música do poema
a poesia não toca no rádio ou nas boates
porque a música do poema não é para dançar
e no delírio banal da nação a poesia não elege modas
porque a música do poema não é para dançar
ninguém rebola um poema na televisão
porque a música do poema não é para dançar
mas a música do poema é irresistível
e há séculos os loucos e os poetas
a dançam sem parar
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
hay momentos en que la vida pesa
y sus murmullos me atraviesan
me acuesto y corto las venas
con la lámina de un verso
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
poética
tem hora que a vida pesa
e murmúrios me atravessam
me deito e corto as veias
com a lâmina de um verso
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
la mujer vestida de musgo
que les cobre los dientes
el cuerpo cada día
es menos ser y más animal
las pupilas que se hunden
la cueva del rostro
el hambre ácida que la humilla
en el suelo de la acera.
cuando venga el futuro
testaré mi desconocimiento
ofreciendo mi rostro al paisaje
extraño e íntimo como un sueño.
todo lo que yo sabía
nada significará.
mis ojos se romperán
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
profecia
quando o futuro vier
testarei meu desconhecimento
com a face exposta na paisagem
estranha e íntima como um sonho
tudo que eu souber
nada significará
meus olhos romperão
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
de aquí de mi cuerpo
veo el siglo XX
pasar como un tractor
sobre los músculos de la tierra
veo la devastación
el intenso crepitar de hambres
de guerras y violencias
donde una orquídea nace
pero no lo es todavía
la planta de la esperanza
sobre estos músculos
habitan millones de personas
que comen beben aman y mueren
sin que yo me dé cuenta de ellas
todas me son extrañas para siempre
y todavía a mí conectadas
por el DNA de la especie
todas iguales y desiguales
todas dotadas de consciencia
animales conscientes de sus limitaciones
de aquí de mi cuerpo
veo la raza humana
faltar en el vigésimo siglo
de la era cristiana
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS)
século xx
daqui do meu corpo
assisto o século xx
passar como um trator
sobre os músculos da terra
vejo a devastação
o intenso crepitar de fomes
de guerras e violências
onde uma orquídea nasce
mas que ainda não é
a muda da esperança
sobre estes músculos
habitam bilhões de pessoas
que comem bebem amam e morrem
sem que eu tomasse conhecimento delas
todos meus estranhos para sempre
e ainda assim a mim interligados
pelo dna da espécie
todos iguais e desiguais
todos dotados de consciência
animais conscientes de suas limitações
daqui do meu corpo
assisto a raça humana
falhar no vigésimo século
da era cristã
todo lo que no sé
es lo que tengo más presente
verdad inexpugnable
nunca revelada
axioma
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
socratismo
tudo o que não sei
é o que tenho mais presente
verdade inexpugnável
nunca revelada
axioma
las tres de la tarde
de un día de mayo
en Río de Janeiro
la luz sin vivacidad
el aire denso pesa sobre la tarde
rumor de invierno
que en el otoño se propaga
con los pasos firmes
como si el suelo
fuera sólido
y la vida
real y palpable
mi cuerpo
se solidariza
con la luz
casi muerta
enciendo un cigarrillo
la célula de un poema
irrumpe
no soy más
un ser
que piensa
soy un ser
que siente y sueña
un ser que transborda
(POEMA ORIGINAL EN PORTUGUÉS):
transbordamento
três horas da tarde
de um dia de maio
no rio de janeiro
a luz é mortiça
o ar denso pesa sobre a tarde
rumor de inverno
que no outono se propaga
circunstantes passam
com passos firmes
como se o solo
fosse sólido
e a vida
real e palpável
meu corpo
solidariza-se
com a luz
quase morta
acendo um cigarro
a célula de um poema
irrompe
não sou mais
um ser
que pensa
sou um ser
que sente e sonha
um ser
que transborda
(Traducción: Humberto Mello en colaboración con Nora Méndez y Dina Posada)
es preciso un poema
un poema solamente
para matar la sed de amor del mundo
para que cuando la muerte llegue no tengamos miedo
un poema
simple pero inquietante
trayendo en su cuerpo todas las llagas de la vida
y que con su lengua de fuego
pueda corromper el frío de las almas
un poema
utópico como la lanza de Don Quijote
y cristalino como las aguas del paraíso
un poema
un poema solamente
que como una saeta atine
en la garganta de los poderosos
Medellín, 27 de junio de 2002.
Durante incontables noches
durante días tan numerosos
como las leguas de viento
en su geografía o espanto
navego ese mar que me entierra
busco la isla prometida
la constelación de islas
o incluso la tierra
– esa
que regresará sobre mi cuerpo
cual ciudad
de cosas muertas o vencidas
cosas nacidas del limbo
crecidas del limbo
para cualquier mitología
que desconozco.
Más que la noche,
en el abandono de cada segundo,
en el dolor
donde el silencio
destila sus ardides.
más que la noche, el yugo,
desconsuelo cavando sus diques,
veranos detenidos en el claustro,
entre fiebres,
para el ejercicio de una fecha cualquiera
(ya perdida
en el piso de los meses).
Sin duda un ritmo
algo impreciso
en sus conchas,
sabrá recordar
lo que se escribe ahora,
en la cincha
que el calor murmura,
pero en contienda,
sin otros lazos
que el delito de esas flores,
oh pobres, oh desguarnecidas,
como el sol
de un tejado corroído
bajo la piel.
De la infancia no llegan postales
apenas algas
y un cierto olor a nube
que el viento disimula.
alguien discurre sobre el diluvio.
el telégrafo se calla.
distinto se hizo el ejercicio de la aurora,
ornada por un sol de pobres.
El mar soplaba campanas,
las campanas secaban las flores,
las flores eran cabezas de santos.
Mi memoria llena de palabras,
mis pensamientos buscando fantasmas,
mis pesadillas atrasadas de muchas noches.
De madrugada, mis pensamientos puros
volaban como telegramas;
y en las ventanas encendidas toda la noche
el retrato de la muerte
hizo esfuerzos desesperados para huir.
Aquel río
está en la memoria
como un perro vivo
dentro de un bolsillo.
Como un perro vivo
bajo las sábanas,
bajo la camisa,
bajo la piel.
Un perro, porque vive
es agudo.
Lo que vive
no se embota.
La ciudad es atravesada por el río
como una calle
es atravesada por un perro;
una fruta
por una espada.
El río a veces parecía
la mansa lengua de un perro,
a veces el vientre triste de un perro,
a veces el otro río
de acuoso paño sucio
de los ojos de un perro.
Exploro la caja de crueldades
y la ternura que cada una
carga y concentra.
He aquí mis herramientas:
los diarios de Kafka,
los dibujos de Klee,
la sagrada leica de Kertész,
los cabiers de Valéry
la mirada irónica de Suevo,
la elipsis de Erice
las hipótesis de Murilo,
las revelaciones de Rossellini,
La potencia de Picasso,
minerales rencorosos de Drummond
el Más allá de Jorge Guillén
los territorios de Antonioni
las lecciones de piedra de cabralina
el no estar del todo de Cortázar
las ideas sobre el orden de Stevens
y la tenaza de la atención.
Porque en el agua del río es
donde ellos se pierden
(lentamente
y sin dientes.)
Allí se pierden
(como no se pierde una aguja.)
Allí se pierden
(como no se rompe un reloj.)
Allí se pierden
como no se rompe un espejo.
Cierto río, el Tapacurá,
por el Poco pasaba danzando.
No era allí un río parado,
para chopos y elegías bueno.
Por su lecho pedregoso
cantando iba su contento,
aunque en paro estuviera toda
la vega, Tabocas-Cruz-Poco.
Al pasar otra hoja
de oraciones marianas
un día nuevo comienza
con promesas
cargadas de energía…
En el cielo, tronada.
En el piso, calzada.
En el cuarto, Donana,
con el alma vacía.
Volviendo a pasar
hojas cansadas
de un viejo misal
donde flores del mal
quedaron escondidas.
¿Alguien recuerda cómo se llamaba
la enredadera que se asomaba
por el hombro de la cerca
vigilando la calle
con fragancia de miel y de dulces
memorias?
Nadie olvida
la casa de la infancia
siempre clara y alta
y lo bastante amplia para todas
las historias.
Aquí va la encomienda
hace tiempo prometida.
No va certificada,
prefiero la garantía
de este sello
que pego con celo
y saliva.
Destapa la caja
a la manera bien minera:
Minas jamás se entrega
la primera.
-Dame el cuchillo.
-Pásame el tazón.
-¿Me alcanzas la sopera?
La mesa
eternamente
puesta
para la posible
visita.
El espíritu minero
el arranque hospitalario
imposible
desde el pasado
fijo me mira.
Me hundo en estos pedazos
me pierdo en tantos trabajos
lavar blanquear almidonar
tejer cortar y coser
descascarar sofreír escaldar…
Ay, vida en filamentos
labora de brasa y pan de maíz
faena agridulce
a fuego lento.
Mi deseo
ahora:
no tener ningún deseo
o mejor,
sentir gula
del canto de un gallo
fuera de hora
sólo por el gusto
de despertar
en este pecho ajado
alguna aurora
Perdí el tren
y el miedo
de perder.
Perdí el tren
y el miedo
de perder
trenes.
Perdí el tren
y el miedo
de perderte
Perdí el tren
y el miedo
de perderte,
¡tren!
Treinta indulgencias
cien jaculatorias.
Tantas penitencias
padres -nuestros y glorias
novenas patenas sotanas
y credos y cruces y salves
en las capillas de las grandes grutas
entre los oros de las matrices…
Pero Dios, el Verbo en persona,
¿resuena en la voz de las campanas?
Y ese sonido que poco a poco
a se apodera
de toda la ciudad
¿es acaso quimera
o fiera de verdad?
Es un convoy de vagones
que con su chillido corre
y en cada triste grito
el pasado llega.
El portón se abre el día entero
pero en la noche yo mismo lo cierro.
No espero ningún visitante nocturno
a no ser el ladrón que salta el muro de los sueños.
La noche es tan silenciosa que me hace escuchar
el nacimiento de los manantiales en los bosques.
El oficio de quien ama es ver
un sol oscuro sobre el lecho,
y en el frío, nacer al fuego
de un verano que no dice su nombre.
Es ver, constelación de pétalos,
la nieve caer sobre la tierra,
algodón del cielo, aire del silencio
que nace entre dos espaldas.
No puedo admitir que los sueños
sean privilegio de las criaturas humanas.
Los peces también sueñan
En el lago pantanoso, entre pestilencias
que aspiran a la densa dignidad de la vida,
sueñan con los ojos abiertos siempre.
Los peces sueñan inmóviles, la bienaventuranza
del agua fétida.
Los pobres viajan, en la central de autobuses
levantan los cuellos como gansos para mirar
los letreros del autobús. Sus miradas
son de quien teme perder alguna cosa:
la valija que guarda un radio de pilas y una chaqueta
que tiene el color del frío en un día sin sueños,
el sandwich de mortadela en el fondo de la bolsa,
el sol del suburbio y polvo más allá de los viaductos.
Cuando estás vestida,
Nadie imagina
Los mundos que escondes
Bajo tus ropas.
(Así, como en el día,
No tenemos noción
De los astros que lucen
En el profundo cielo.
Pero la noche se desnuda,
Y, desnuda en la noche,
Palpitan tus mundos
Y los mundos de la noche.
Las ruedas rechinan en la curva de los rieles
Implacablemente.
Pero yo salvé de mi naufragio
Los elementos más cotidianos.
Mi cuarto resume el pasado de todas las casas
que habité.
En la noche
En el duro corazón de la ciudad
Me siento protegido.
Toda mi ternura
Para los pajaritos muertos;
Para las pequeñas arañas.
Toda mi ternura
Para las mujeres que fueron niñas bonitas
Y llegaron a ser mujeres feas;
Para las mujeres que fueron deseables
Y dejaron de serlo.
No oí un tango argentino
Ni comí en las manos de un pájaro;
Un pájaro es una hoja expuesta
Acribillada de vacíos por todos lados,
Un bulto de ceniza, casi blanco,
Está sentado delante del verdugo
Esperando el alimento de los justos;
Hay un grito en las montañas,
En la cumbre de aquel vaso de flores,
En los gestos obscenos de la tarde,
Que abriga a un dinosaurio
Congelado por la rústica luz
De mi pensamiento.