Cuadro Urbano

Un mendigo yace en la vereda,
aquí en pleno centro de Santiago,
y dormirá esta noche a la intemperie,
dormirá todas las noches de este invierno
apenas abrigado por periódicos,
y nosotros pasaremos a su lado cien veces
como el viento que arrasa su lecho de papeles,
como un escalofrío más en su cuerpo amoratado.

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Colegas

Qué hermosa época para vivir la poesía:
entre los que le mendigan un poco de espacio a la red
y otros a la vieja política.
Los cibernautas y los mochileros, mis colegas
en este precipicio de palabras y garrapatas
que nos chupan el alma por igual.

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Duelo

Lo frío del metal
como una extraña fiebre
alimentada por la ofensa.
Su peso de venganza
lo acomodé en mis manos
y a la vieja usanza
di siete pasos antes de voltear.
No había nadie, ni señas del patán
que arruinó mi vida;
por eso disparé contra mi pecho,
a sabiendas que sobreviviría.

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Esperar

Puede esperar el llanto de un hijo
para hacerlo fuerte.

Puede esperar la salvación del miserable
para negociarle el Cielo.

Puede esperar el destino del que sueña
para venderlo idiota.

Pueden esperar tantas humillaciones
hasta que llegue el camión de la basura.

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Hierba

Aprendí de los clásicos
a no esperar nada de nadie
y todo lo que en el misterio
se madura… probarlo.

Ya no soy jardín, pero aún hay algo de hierba
después de los cuarenta años.

Frutos salvajes porque ni el árbol de la vida
ni el del conocimiento, volvieron a crecer.

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Los ídolos

¡Oh, noche tan profunda en que estoy sola!
Mares y vientos de tristeza.
No puedo desterrar esas imágenes,
esas estatuas rotas en la niebla.
Avanzo a un sol que busco sin descanso,
que no he de hallar, tal vez porque es un sueño:
un sueño que soñé desde la infancia,
cuando el vivir era un diáfano vuelo.

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Pleamar

Inmóviles las manos, el cuerpo abandonado,
así, cerrar los ojos y dejarse abatir por la tormenta.
Antiguas voces llaman. Ya no es hora.
Sangre, amor, amistad, ternura, ¡fuera!
No quiero vuestros rostros de alegría,
vuestras sedientas máscaras de cera.
Dejadme así, tan sola, primitiva, salvaje,
dueña de mi coraje y de mi fuerza.

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