Se vende corazón
o se traspasa.
Urge la transación
por desamada.
Sin ti lato en latón
no carne maleada
sin ti ni ton ni son
desfinada.
Se vende corazón
o se traspasa.
Mucha luz con stop
mucha putada.
Poemas cortos
me suenan muchas cosas
Cruje todo el somier
que sostiene mi historia.
Que soy sólo una sed
de unos ojos. Y estorba
la noche y el cassette
que suena en mi memoria.
Soy sólo una mujer
dilatada y sin horma.
sin preserva-libro.
Publicable orgasmo,
publicable hechizo.
Ser poeta a pelo,
ser poeta a gritos.
Sordos corazones
rimando este sino.
Pasar por la piedra
de un jurado altivo.
Ser poeta a pelo
sin preserva libro.
Llegó la noche de rostros acabados
la flora muerta, la fauna extinta
¡Lecturas erradas desde milenios!escribía ella
mientras el agua dejaba como grieta seca
el alma.
Algún día regresará
el canto verde
de las cosas dijo.
La noche del eclipse de luna
bebías el cobrizo reflejo de la bruma en la marisma.
Mil incendios palpitan en la penumbra.
Penitencia oculta en una piel de lirio,
albero y negro de silencio.
Cabalgo al ritmo de mi temor,
ruido seco de tambores,
-el tiempo humilla con laureles-.
¡Bella forma gentil, idolatrada;
no animes de tu cuerpo la escultura
con el fuego de un alma enamorada!
¡Forma ideal, de lo ideal pagano!
pues que la forma es sólo tu hermosura,
y no es divino en ti sino lo humano.
Ponderan los ocasos gustos violetas.
Un árbol negro, un árbol blanco, un árbol verde
cuelgan sus blusas
en la inmovilidad.
Ha cerrado sus párpados el viento.
Luces deshechas;
pétalos estrujados
en superposiciones.
Ponderan los ocasos gustos violetas.
Amanecer de invierno.
Un puerto.
Ha roto su órbita un silbato
sobre los hombros de la bruma.
Lamentación del mar
y cobres de los horizontes.
Se contraen las torres silenciosas;
beben las calles gritos
en sus campanas.
Roe mi frente dura
el lobo de la media noche.
Una escondida estrella arrima su sosiego.
Entre todos los soles ya se me canta aceite de júbilos.
Siento en mis manos venir la estrella de la mañana.
a esto
le llaman fugarse
pero
insisto
lo que duele
lo que asusta
no es la herida cerrada en la mesa
ni el vientre asombrado de una virgen
hablo de mecerse
y dejar caer el deseo
arrojarse uno
con todo y cuerpo
con la lengua recorriendo
un país de sexos inválidos
sin perderse
sin admitir apodos
asuntos indebidos
sin aferrarse
a esos muros sostenidos en la carne
a fuerza de ciudad
a uno le gusta echarse
sobre cualquier intento
saberse lo mejor
universo particular
cielo de infelices
llegan entonces
los elegidos
ofrecen llaves de aire
damos una cita
huimos hacia dentro
alguien
deberá perpetuar mi necedad
ser el vástago
entre ninguno
serás elegido
no habrá preguntas
sólo tú
vuelto náusea
ante la paciencia de ajenos
heredarás mi soledad
te otorgaré
un destino sin pudor
en la escuela
aprenderás a conquistas mapas
a multiplicar esperas
pero sobre todo
aprenderás a rendirte
el corazón del paciente
bombea con parsimonia
el nuestro sucumbe a las arritmias
del solazo estival
el tránsito del viernes
las palabras cometidas
el moribundo nos convoca
para recapitular su vida
forzado como está
a respirarse a sí mismo hasta el fin
su confesión es de segunda mano
carece de voluntad
para ocultar ciertas lealtades
en la vastedad del adiós
la verdad es siempre un escándalo
hay un tiempo
de esperas
y calles altas
un hombre
un ángel
un sueño
que escribo
desde siempre
en la madera
del deseo
en los últimos rincones
de lo que
simplemente
no puedo deci
hay una mujer
destinada a la sombra
una mujer que como yo
repite sus rostros
en las grietas
de una calle sin nombre
ambas resistimos
a la mentira
de hacernos las buenas
las del árbol solo
colgamos el miedo y las ganas
y cuando nadie pregunta
cuando por fin
nos dejan sostener
raíces en los ojos
iniciamos el regreso
permitimos a extraños
adivinar lo que nos detiene
la familia espera en la cuerda floja
en el vientre acicalado
de una sala de emergencias
espera una retahíla quejumbrosa
para luego desarmarse
tantos días fraguando el dolor
el terco dolor
y el enfermo que no muere
ni mejora
ni desespera
no hablen de huidas
porque de ellas me hago
vuelvo intacta
al desastre natal
no saben
piel adentro
todo es puerta
agua
no me interesa
el milagro de los cuerpos
juntándose en el sudor
ya nada me importa
apenas duermo
y sobrevivo
por ti
por ese lamentable orgullo
que somos
pertenezco
al otro lado del cuchillo
a la memoria
de ciertos pudores
mi viaje es la ebriedad
del desalmado
herida dispuesta
carne
que se echa a los dioses
rota
en los comienzos
sin tierra
sin nadie que me siga
con la única puerta
atravesada
en la piel
será inútil mi empeño
habrá noches afiladas
por la ausencia
golpes amargos
sobre las arrugas de mi cama
te hablaré de mentiras
países masacrados por la dulzura
hablaré y hablaré
hasta pedir perdón
aunque no me creas
teniéndome cerca
de espaldas a mi nombre
interrumpida tantas veces
por desconocidos
sin misión
con restos de agua en las manos
y esos locos
ese imperio tras de mi
Helada en el susto verde
te soñé
latiendo en las claridades
Vientos sin rumbo alumbraban
tu sangre viva en la nieve
crucificada en las venas
Por tu candor de aluminio
claveles degollaría
en invisibles licores
Y en transparencias vacías
galopando en los confines
te raptaré nadadora
uno termina amando
el fastidio de los cuerpos
se nos llama santas
o putas
el caso es que andamos
por allí
intentando un homenaje
de techos bajos
un descuido
de lo indecible
vigílame
en tu cuerpo abierto
que no haya prisa
ni brazos
desvelados
solo yo
arrimada
seca
Tu comba en puro croquis de sirena
late en el lirio del usted primero
y en catarata azul de marinero
regula la oración mensual de arena
Mujer elaborada en la verbena
a sol y sombra del paisaje al cero
cauta sonrisa de papel soltero
que disciplina el labio y la cadena
Tu banderín subasta y equivoca
el gato limpio que al fluir te invoca
en un alga nacida bailarina
Dime la situación de tu pañuelo
y en el esquí dormido de tu vuelo
abre el cilicio en ascensión de harina
Muerta en rigores de mármol
el aire se te rendía
y en ángulos te quebraba
Sola
desceñida de las aguas
Pistas de sueño y naufragios
imantadas de claveles
en el mundo sin distancias
La luz te resucitaba
y el silencio te escondía
en paréntesis de nieve
sin pestañas y sin hojas
Se solicita un patio
con macetas rojas
y vaho de ladrillo recién regado.
Árboles de altura
con pájaros silvestres
que hagan su ritual de baño
y desayuno
en una fuente de labra sencilla
que enmohezca a ritmo su apacible trazo.