Jinetes

Bajo una vieja casa
De impecables paredes
Tabanco y azogue
La lengua del cielo
Como una vieja isla
Tartamudeando en su nocturno secreto
Mientras al otro lado del espejo
Los jinetes pasan
Cabalgando en fuego
Van tras la luz en la luz
De un puñado de sueños:
Cuerpos de exilio en el silencio.

 » Leer Mas…

Pienso en mi cuando te sueño

En ese horizonte hundido
Por la brisa del anhelo,
Y por la esperanza helada
Que te escucha, te sueño:
La conciencia desnuda,
Se dilata en confesiones,
Y el campo riega sus esencias
Con los suspiros del monte…
Ella me piensa cuando sueño
Con un quedo de ramas por subir:
Ella que es la memoria
Cuando pienso en las arboledas…
Ella, la fuerza natural
De la lluvia, el fuego y la tierra.

 » Leer Mas…

Poesía

Igual que una vestal pisoteada,
permanece escondida y silenciosa.
Pero a veces, renace inmaculada,
y de nuevo, como una antigua diosa,
por sus secretos fieles invocada,
se yergue intacta, fatal, majestuosa,
y en el milagro súbito de un verso,
de pronto, nos descifra el universo.

 » Leer Mas…

Momento IV

Y después, las arrugadas sábanas
por entre las baldosas serpentean;
los cajones volcados, vacíos los estantes
y roto el estilete tras obstinado estupro.
Mas si él tuvo la fruta del verano
y la ilusión de amor casi duró una hora,
quién fue el depredador y qué lo más valioso.

 » Leer Mas…

Momento III

Y ese instante: la puerta traspasada
que se cierra apresando,
y el peligro contiguo y el abrazo inminente
pues la luz ha prendido por sorpresa la estancia
y una ajena presencia, radiante entre las joyas,
devuelven las vitrinas.
Y quizás la belleza sea sólo desconcierto.

 » Leer Mas…

Momento II

Y la larga experiencia -femineidad rapaz
del ojo- ha descifrado en cierta boca triste
o impaciente ademán, o en traslúcida cera
de una carne vencida, al tasador más alto.
Lentos dedos resbalan, por la cadena, un dije,
del escote el confín, yerta gota cayendo,
amenazando al torso que se ahueca.

 » Leer Mas…

Momento I

Y la música ardiendo, estallando,
araña es de cristal, o una bengala;
el limón sobre un vaso teñido de violeta,
vigilante; y el blanco pantalón,
que en medio de la noche resplandece,
arrogante y magnífico como un corcel de Uccello,
hasta la madrugada perseveran.

 » Leer Mas…

Chico wrangler

Dulce corazón mío de súbito asaltado.
Todo por adorar más de lo permisible.
Todo porque un cigarro se asienta en una boca
y en sus jugosas sedas se humedece.
Porque una camiseta incitante señala,
de su pecho, el escudo durísimo,
y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale.

 » Leer Mas…

Mar de septiembre

Hoy el mar está solo,
como un enemigo insistente,
se acerca y chupa la arena,
malvadamente.

Como un ave de presa
las mojadas olas vigilan
los bordes metálicos de
un mar desconocido.

Protegiendo su profundidad,
extendiéndose su oscuridad,
como una amenaza,
sobre la arena
en forma
de un viento invisible.

 » Leer Mas…

Propósitos

Telefonear. Quería telefonear,
escuchar al otro lado su voz

quedamente desgranar las palabras,
un faro frente a un mar
inseguro, descubrir
en su tono una rada,
refugio contra la inquietud
o el abandono.

Mas, ¿cómo tomar el teléfono, blandirlo
ante sí mismo sin dejar
inerme en el aire
todo, definitivamente todo,
el oro vivo del día?

 » Leer Mas…

Ventanas

Carnales tras las últimas casas, ebrias
a las tres en un bar, errantes
en la marcha de un tren.
Quizá alguien busque un petirrojo
en la enramada, huellas en el barro,
lugares más allá de la distancia.
Alguien con otra forma de mirar,
otro fondo de escena y la misma sospecha
de estar equivocado mientras la noche
cae y se enciende una luz
dejándonos indeciblemente solos.

 » Leer Mas…

Intima

¿Quieres sondear la noche de mi espíritu?
Allá en el fondo oscuro de mi alma
hay un lugar donde jamás penetra
la clara luz del sol de la esperanza.
¡Pero no me preguntes lo que duerme
bajo el sudario de la sombra muda…;
detente allí junto al abismo y llora
como se llora al borde de las tumbas!

 » Leer Mas…

Aquaria

Llovía largamente por todos los rincones.
Gotas dulces llovían por su espalda,
miel de venas azules el cabello,
arco ciego del mar.
Nalga rosa perdida,
húmeda luz, la clara
porosidad de nieve de sus pómulos.
Arroyos, mar, cascadas inundando
los brazos y las cuevas,
golondrina en el borde su mirada.

 » Leer Mas…

Padre

Esta tarde en el campo piafaban las bestias.
Y yo me quedé quieta, porque padre
roncaba como cuando,
zagal, dormíamos en la era.
Me tiró sobre el pasto
de un golpe, sin palabras. Y aunque hubiera podido
a sus brazos mi fuerza,
no quise retirarlo, porque padre
era padre: él sabría qué hiciera.

 » Leer Mas…

Antecedentes

Una nostalgia de islas yo tenía:
prisionera del mar
Venecia retenía mi niñez: sus canales
recordaban mis rizos
y rezos solitarios.

Toscana me esperaba
y como siempre ocurre
la vocación de amor tendió los puentes.

Y hoy aquí en la Florida me confirma
el prisionero mar:
a quien vive en Florencia con amor
le sobra isla.

 » Leer Mas…

Infancia del Pan nuestro (3)

Un adobe de paja y limo fue mi cuna:
perfil de semicírculo que apunta
a la ciudad donde mi Padre
alumbra cuanto piensa.

¿Sabrán un día interpretar los hombres
los signos de mi estancia en este mundo?

Asnos rojizos, asnos grises
-entretanto- y cocodrilos verdes
pisotearán los lirios
y las flores del loto por milenios.

 » Leer Mas…

Viajes de Penélope (25)

Y tómate tu tiempo por las islas
Ulises que te mides con las olas:
haz escalas imponderables
alquílate a las albas mercenarias
bebe filtros de olvido

Ítaca por fin no tiene alas
nuestro lecho resume hondas raíces
y estoy hecha a medida de tu sueño:
pastora de los vientos
terror de pretendientes
doctorada en esperas y matices
viajo sin un desmayo la tela de los dioses
y aún me sobra tiempo para zurcir
crepúsculos

 » Leer Mas…

Viajes de Penélope (8)

No crean que te espero
porque sé que vendrás a alzar tu casa
de las aguas hambrientas
o de los pretendientes

Te espero porque estás:
nunca te has ido a los asuntos vanos
(las paredes te conocen la voz
en las estancias más calladas)
y todas las pisadas se someten
al ritmo de tus pasos
y hasta la soledad toma tu rostro
al borde de mi almohada

 » Leer Mas…