Hola

Tú, que vienes caminando
desde el fondo de mi vida;
que traes como bandera
la música de tu risa;
tú que en tus ojos escondes
lo que mi alma necesita;
tú, que en mi pecho has vivido
por años como dormida
y hoy me despiertas de golpe
hasta que no da cabida
mi pequeño corazón
para esta explosión de dicha.

 » Leer Mas…

Quinto

Nada de ésto es así.
Esta no es nuestra tierra.
Ni ésta ni cualquier otra ni el agua.
Yo soy un desterrado.
Todavía mi espalda tiene dolor de alas.
Nunca podré aprender a tocar las monedas:
Se palpan
se acarician,
se toman fieramente,
¿o se les busca algo?

 » Leer Mas…

Retrato de pie

Base de tu figura es tu pie breve
y porque en él se inicia tu estatura
lo encuentro de principio en tu figura,
como el agua es principio de la nieve.

Se me interna en alma su blancura
su peso musical de alondra leve:
en tu huella permíteme que lleve
el cimiento inicial de tu estructura.

 » Leer Mas…

Séptimo

Tus nobles manos buenas.
Tus manos dulces sobre mi veneno.
Qué llamas tibias, compañera,
entre agujas de invierno.
Qué dos brasas serenas.
En ellas el milagro que sólo mi alma y yo sabemos.
El cielo limpio en ellas.
Pósalas, compañera, como dos alas médicas
sobre el turbio hemisferio
de mi cabeza.

 » Leer Mas…

Toda tú

Toda tú eres santuario,
toda blanca;
se ha llenado tu cuerpo de designios.
Tienes la santidad de la esperanza
y la paz
generosa
de los lirios.
Toda tú eres milagro,
das tu lecho
de altas arenas
al naciente río;
enciendes en tu sangre
el claro fuego
y con tu carne pueblas el vacío.

 » Leer Mas…

Barro pleno

Encinta de sol,
colmada de tu barro limpio y firme
vas trasmutando mi cuerpo
en viva flor que destila rocío tras tu ruta.

Vegetal,
el temblor de mis dedos
trenza cuencas azules
y transitan por tus ojos
leves hiervas de fiebre
y fértiles vagidos que me anuncian.

 » Leer Mas…

Dulcenombre

No supe que mi padre
tenía hojas en las manos,
hasta que verde vi
la plenitud lunar
de sus dedos
que troncharon, cotidianos,
la estrella -pan que nos alumbra
la boca y la garganta.

No supe de sus yemas jardineras,
hasta que florecí como llama angustiada,
anunciación, agua o frío,
como maíz o como miel tan sólo.

 » Leer Mas…

Marzo, fuego de vigilia

(A los mártires de 1962)

Marzo, tilitante responso
viejo y ensombrecido clavel.
¡Qué multitud de ojos desgarrados
reflejan aún tus amapolas!
¡Qué avalancha de voces
hace rugir la delgadez callada de tus ríos!
¡Cuántas sombras errantes hieren
tu adorada canícula de siglos!

 » Leer Mas…

Orilla redentora

¿Dónde
si no en el beso,
encontraremos la orilla redentora?

Leve espada
anida y combate
compartiendo la savia
que deviene en torrente.

Uva frugal.
Ayuno de antiguas plenitudes.
Agua y jugos
humanamente turbios
coronan
sin laureles
la puerta vital del paraíso.

 » Leer Mas…

Otra vez el amor (4)

Si intentaras abarcar
con la mirada
toda la tempestad
que nubla mis sentidos,
tú -pequeño dios errante-
dudarías entre el llanto
y la rabia
de tus ojos vencidos.

Y acaso,
náufrago indeciso,
querrías compartir mi tempestad,
en este universo donde el calor
y la furia de mis besos,
te dejaran -apenas-,
sensación,
olor,
quietud de olvido…

 » Leer Mas…

Otros poemas (6)

No puedo saber
si tu muerte
hirió la arena y el musgo
del pasado.
Ávido,
te cubriste de tiempo
con una espada
de odios y silencios.

Cardo tu corazón,
hiel tus ojos,
filo enhiesto y amargo
las manos
que apretaron la sal,
de tus playas
y el surco
de tus lágrimas tardías.

 » Leer Mas…

Inmolación espermática

Traídos por una lluvia
De salivas lubricantes
Caen pechos a mi boca y piernas
Y mejillas y caderas y muslos
Y vulvas y suaves pezones y frases
Dichas para el hambre incontenible
De la carne
El lujurioso Encomendero
Arrasa hembras en su feudal
Dominio de sí mismo
Y hay después
De tan abrupta molicie
Ese enseñoramiento del pecado
Que aclara y vivifica las ideas

Razones sólo para la yesca
de la sangre

 » Leer Mas…

Sin ideas

sin ideas nada se hace
no se irrumpe en la alegría
de saberse a sí mismo
no da la mano el amigo
no habría el dinero
no se le superaría

sin ideas nuestro lenguaje
no sería más allá del mugido angustioso
de la res en el rastro

no mallarmé no safo
aún con vida sin ideas

 » Leer Mas…

Texto

La fantasía del niño remitida
A una realidad es inagotable
Como un escepticismo
Soy digamos un muñeco (o un zompopo)
Un niño sabe hablar a sus criaturas
Darles de comer curarlos corregirlos
Si hay que hacerlo da golpes de estado
Suspende garantías ametrallando desde
Supersónicos con boca e índices
O simplemente si se aburre
El cesto de los juguetes será suficiente
Mis muñecos soy yo mismo
Puedo también ser el cadáver de un zompopo
Acarreado por otro zompopo
Da lo mismo la muerte prevalece
Ella que desconoce todo de sí

 » Leer Mas…

Aprendizajes

Si tuve en los caminos insensato
afán de regresar, y si del viaje
no me quedó sino el amable dato
de algún humilde ocasional paraje;

si el mar me dio tan sólo el inmediato
goce de la canción de su oleaje,
montaña, cielo y mar en su arrebato
me enseñaron su pítico lenguaje.

 » Leer Mas…

Blancura de la esposa

Límite de jazmín y nieve intacta,
aurora boreal, país de nardo,
témpano de azucenas, rosa exacta,
vellón de azúcar, cristalino dardo…

Velamen de la nube fugitiva
y fuga de relámpago y de espuma,
en el aire de luna pensativa,
muerta de plata en ataúd de bruma.

 » Leer Mas…

Donde estoy

Si quieres encontrarme no me sigas
en mi desamparado movimiento,
guárdate de la flor de mis fatigas
y del dictamen de mi desaliento.

Mis pájaros de sueño no persigas,
huye el que es en mí vencido intento,
mi destrozado símbolo de espigas,
mi desolado sollozar de viento.

 » Leer Mas…

Entonces

Ese día que esperas temeroso,
vendrá. Te irás pausado, y otros seres
ocuparán tu espacio. En tu reposo
escucharás las risas de mujeres

nuevas, el renovarse silencioso
de cuanto vive, y sentirás que mueres
de nuevo en todo día victorioso,
que otra vez dejas sueños y placeres.

 » Leer Mas…