Nosotros, los del viento,
los que llevamos versos incrustados
al centro del timón de nuestra sangre.
Nosotros, los portadores de enredaderas turbias
nacida en lo incierto de la raza.
Sí, los que llevamos el destino broquelado
más allá del color de nuestro sexo,
más allá de las voces de la herencia,
más allá del dolor de nuestro grito.