Una mujer en la ventana,
incierta como luna navegando por el mar,
princesas destronadas que inventan historias
de reyes rojos, y mujeres sueño con labios
muertos, donde crecen las manos de los árboles.
Una niña del miedo llorando en el acantilado
mientras contempla a una ahogada.
Me visto para la luna
que influye sobre mi único enamorado.
Me visto y salgo a su encuentro
deslizándome por entre las ruinas
que el sol ha hecho visibles durante el día,
escalo para lograr un encuentro
y canto mi miedo a los ríos salvajes
que crecen bulliciosos mientras fluye la noche.
«Sin esperanza,
con convencimiento.»
A. González
Aquí, la puerta abierta,
unos gatos que muerden basuras y esperanzas
«esta marejadilla sin plata que arrasar»
y aquí suelo dejarme,
sentada hacia la lluvia
sin apenas decirte lo mucho,
sin tu forma de hablarme socavada en el gesto.
«De este puro amor mío tan delicadamente idiota.»
Rafael Alberti
De golpe
me estremezco como si siete grados
bajo cero
sacudiesen el tedio sin contar para nada
con mi visión del mundo
y de la explotación.
Pero los lapiceros, las sandalias,
lo que me habría gustado ser piloto…
y ahora llegas tú
con veinticinco mil maneras de acariciar mis dedos
aunque no estés de acuerdo con lo que yo
pensé
del precio de la pina y la última decisión
que ha tomado el gobierno.
De qué hablamos cuando hablamos del tiempo
De qué hablamos cuando decimos
esto, aquello, lo otro, lo que siempre regresa,
lo que se va y no vuelve.
Las palabras se dicen aquí, en este momento
y retornan a su eterno sistema de silencio.
Escribir el instante
que no es poco.
Inventarlo, intentarlo
con palabras indóciles.
Acomodar los signos
en desacuerdo con el día.
Saber un poco más
o un poco menos.
Y adivinar que mañana
habrá otro borrador indescifrable.
Este juego inaudito de los días
ya no puede atraparme en su engranaje.
La estrategia del tejo que se pierde
es el signo de un tiempo sin rescate.
Como el niño que elige los reflejos,
coloreo las copas de los árboles,
una casa, las nubes, los caminos,
y modelo las flores de la tarde.
La primera palabra se anuncia en el silencio.
Es un pliegue del aire, un resquicio del tiempo
y no sabe si es agua, o pájaro o estrella,
y si nombra, si llama, si se niega o espera.
La sustancia del viento se resuelve en un signo:
las farolas, el libro, la cuna, las estatuas.
Tal como prometió ha vuelto el rey de Ítaca.
Ha sido un largo viaje.
Por ti desafié la ira de los dioses.
Atrás quedaron tierras, caricias de otros brazos.
La música más bella que un mortal escuchara.
Hoy brilla el mismo sol en este hermoso cielo
que iluminó violento los días de mi dicha.
«Había mucho de angustia en mi necesidad de herir
aquella sombría ternura que amenazaba complicar mi vida.»
M. Yourcenar, Memorias de Adriano.
Tenía mi juventud, mi niñez casi,
y toda la belleza de la vida que empieza.
Libertad sin saberlo.
Mis zapatos rotosos
hoy andan por la casa
explorando
una estela de su euforia.
En cada cosa
hay puntos vigilantes
y un olor a presencia
desgastada.
Yo sé que volverá
con dureza en las manos
y en los ojos,
un tributo de estrellas.
Desgajado de mí,
fue arena movediza y desvarío.
Por las nuevas llanuras
inauguró confines sin espigas
y se hundió
en desarraigos.
Algún recuerdo
lo desvela
de la piel para adentro
y provoca la huella
del camino primero.
Una vez más
los buitres
desgarrarán el centro
de su figura rota.
Desde la piedra falsa que grita y descontrola,
se estremece la celda
que llaga sus espaldas.
Entre los ojos de agua
del cautivo inocente,
se postra una mirada
peregrina
y ancla una mueca sorda
en el muelle de sus labios.
A veces vivo un poco,
y ostento la evidencia
como un coleccionista.
Algún trofeo
rutila en las escarchas de mi nombre
y emerge la que era
en el engaño del verbo flagelado.
Mi intemperie
descansa un instante
en el pedestal de hierba de sus ojos,
hasta volver,
crucificada,
a la oración unitaria de la casa.
Atravesé las dudas de los otros;
las señales absurdas y el asombro.
Me colmé de atavíos nocturnales para hallarte.
Te vi pasar por el ángulo justo
donde se parten el tiempo y las memorias.
Yo apagaba la búsqueda de un ángel de la guarda.
Si pudiera de golpe
arrinconar olvidos y semanas
junto a los nidos de agua
de mi secreta cáscara.
Si lograra arrojar
en las islas neutrales
las cenizas que muerden el árbol y las lágrimas,
y pudiera dejar que una ecuación rotunda
insertase su atmósfera de pétalo
en cada pabellón desamparado;
empapada de estrenos sobre un licor tardío
bebería las notas
de un festival de espigas y de vuelos.
A Eva Tóth
El primer día
la mujer repitió en voz baja las palabras:
«Hágase la luz»
al abrir las persianas,
descolgó una botella de suero semivacía
la puso en el cesto con los algodones, gasas
y cinta adhesiva
y la luz se hizo en la recámara.
Consulto a luz dos meus astros,
cada qual de cada vez.
Primeiro olho o do meu peito:
um sol turvo é o meu defeito.
A minha amada adormece
desgostosa do que sou:
a estrela da minha fronte
de descuidos se apagou.
Não faço prefácio. Faço
um canto de louvação.
A multidão de habitantes
da tua noite cintilante
crava estrelada alegria
nas profundezas das águas
que guardam a nossa infância.
Teu verso, vida ao reverso,
já é prefácio, anteface,
da clara felicidade
que só da poesia nasce,
é flor de nunca fechar.
Quando acariciei o teu dorso,
campo de trigo dourado,
minha mão ficou pequena
como uma flor de açucena
que delicada desmaia
sob o peso do orvalho.
Mas meu coração cresceu
e cantou como um menino
deslumbrado pelo brilho
estrelado dos teus olhos.
Não faço poemas como quem chora,
nem faço versos como quem morre.
Quem teve esse gosto foi o bardo Bandeira
quando muito moço; achava que tinha
os dias contados pela tísica
e até se acanhava de namorar.
Faço poemas como quem faz amor.
Escrevi no chão do outrora
e agora me reconheço:
pelas minhas cercanias
passeio, mal me freqüento.
Mas pelo pouco que sei
de mim, de tudo que fiz,
posso me ter por contente,
cheguei a servir à vida,
me valendo das palavras.
Ninguém me habita. A não ser
o milagre da matéria
que me faz capaz de amor,
e o mistério da memória
que urde o tempo em meus neurônios,
para que eu, vivendo agora,
possa me rever no outrora.
Ninguém me habita.
Não deflorei ninguém.
A primeira mulher que eu vi desnuda
(ela era adulta de alma e de cabelos)
foi a primeira a me mostrar os astros,
mas não fui o primeiro a quem mostrou.
Eu vi o resplendor de suas nádegas
de costas para mim, era morena,
mas quando se virou ficou dourada.
Antes que venham ventos e te levem
do peito o amor — este tão belo amor,
que deu grandeza e graça à tua vida —,
faze dele, agora, enquanto é tempo,
uma cidade eterna — e nela habita.
Uma cidade, sim.
A morte é indolor.
O que dói nela é o nada
que a vida faz do amor.
Sopro a flauta encantada
e não dá nenhum som.
Levo uma pena leve
de não ter sido bom.
E no coração, neve.
Filho da floresta,
água e madeira
vão na luz dos meus olhos,
e explicam este jeito meu de amar as estrelas
e de carregar nos ombros a esperança.
Um lanho injusto, lama na madeira,
a água forte de infância chega e lava.
De madeira lilás (ninguém me crê)
se fez meu coração. Espécie escassa
de cedro, pela cor e porque abriga
em seu âmago a morte que o ameaça.
Madeira dói?, pergunta quem me vê
os braços verdes, os olhos cheios de asas.
Consulto a luz dos meus astros,
cada qual de cada vez.
Primeiro olho o do meu peito:
um sol turvo é o meu defeito.
A minha amada adormece
desgostosa do que sou:
a estrela da minha fronte
de descuidos se apagou.
Traducción de Mario Benedetti
Artículo 1.
Queda decretado que ahora vale la vida,
que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos por la vida verdadera.
Artículo 2.
Queda decretado que todos los días de la semana,
inclusive los martes más grises,
tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
Las pequeñas atrocidades amantes atraen los
cielos
sin nubes, cargan de favores imprevistos
la boca devoradora de la bestia de los salmos.
Ser la vaga inocencia del hombre de una vez,
pero es incertidumbre el matrimonio distinto.
Es el momento propico.
Mientras yo te miro, tú muestras tu alma.
Tus detalles más pequeños me conmueven;
por ejemplo, un cabello sobre tu frente, un
lunar en tu vientre.
Todos los días te descubro y describo;
al día siguiente vuelves a ser la desconocida.
Donde la vida y la muerte cruzan sus límites
se descuelgan las pieles feroces de un deseo interminable
se tropieza con toda rapidez
están rotas las medidas eficaces
armado de lo hondo a la burbuja del vientre
asoma y rompe el vacío de su presencia dejada
por la tenaz ausencia del probable visitante
¡tan a deshora se conmueve el corazón del amante
y de su amante!
Por la mañana
Mar
Mármol
De caricias en las axilas del monstruo
Marca mágica
Campana o cámara de los suspiros
Maravilla en movimiento
Mórbidos malentendidos
Mayúscula y arena
Engarzar pezones móvil modo de la mano
¡Oh esperanza sellada!
El tardío desplazamiento, un guijarro en las grandes praderas
extendidas de la miel.
…. ‘Se va para todos lados’ – las hermosas caderas
la mujer las aposenta en el desplazamiento.
‘la muerte del guijarro cuando tu miel…’ y
sigue cuando la gran falta desata sus motivos inmediatos
El cielo no pasa su color, aúllan los deslizamientos de sus gránulos
no constata si aquello merece una mirada
He compuesto de una manera su ausencia
las caderas hermosas no tienen nada de mayor importancia
Sentarse golpearse un poco las pestañas
Es difícil contemplar la hermosa y ardua presencia del guijarro
en ardua disputa con las hermosas caderas
ardua y difícil horizonte
las hermosas caderas
el guijarro
El horizonte ha enmudecido
Verifiquemos los anuncios
la vida siempre fue
de pronto nada hace falta
¿para anunciar las hermosas caderas, el guijarro;
Ellos necesitan del desplazamiento de los anuncios
‘ahora somos esto, el resto aparte: no nos conviene’
Señálese el punto cuando el sol descubre la primera
de las estrellas
es toda la transparencia del horizonte
Entonces para qué nos llama cuando ya estamos entre las cenizas más pálidas,
oh esperanza, tu resistencia a cualquier resistencia: esperanza
Pájaro frío en la puerta oblicua del verano
Eterno como un perfil negro con rayas blancas
El cura de la valija negra camina por la pared del Salón
de los Pasos Perdidos
Sus piernas de molinete amansador de bestias.
Servicio completo: restaurant de los amantes.
Ella no funciona a engranajes sino a pequeños saltos vibratorios.
Los muertos no dicen esta boca es mía
Sus dulces consecuencias no laten entre los pastos
No respiran
¡Reino incorregible!
Consume la vida no dice adiós
Todo resta entre nosotros
La gran voz de trueno cae con sus claves
¡Imposible cultivo del engaño!
De los cabellos pezuñas endiabladas,
corazones
configurados por la ausencia de los sonidos
en la flor azul sobre el tejado rojo
Los moribundos
no alcanzaron la altura del disco rayado
De los peregrinos
sobre
las huellas bajo los tallos gigantes
en las axilas de la mujer santa.
La experiencia presenta su lado de aventura.
Lanzarse en las entrañas de la vida.
Gozar de todas las primicias.
Tocar, acariciar las partes dulces de las cosas,
perderse en las avenidas entre las multitudes.
Llenar el tiempo en conversaciones con desconocidos.
¿Se recuerda de mí, compañero Anatoli?
Ahora monto a caballo sobre un cerro de piedra
En mi país sombrío
Aún le encanta el almíbar de los higos de Sochi?
Pienso en su loable sencillez de hombre bueno
Se acuerda que hubo un día que fumamos
En Jalóvnaia Riechka, tres cajillas de Kázbek?
Al fin y al cabo
Cantar a toda hora es de buen juicio
Aunque siga en un hilo nuestra vida
Cuando la luz hace parir las flores de la tierra
Cuando la lluvia desangra en los tejados su caballería
Cuando el hincha comprime con sus manos al ídolo que aplaude
Cuando vamos en bus nalga con nalga y lomo a lomo
Cuando vemos que aumenta la injusticia…
Hoy se crispa la tierra
El huevo tropical echa a rodar el día
El espacio babea la orilla de las formas
La llanura ensordece los rebaños
De cal
Y el sol hace vibrar su cuerda en la pupila
La mañana se aleja
(es muy posible)
Con sus plumas doradas metidas en el lomo
Filosofan pío XII y la edad media en la universidad
Los muchachos preparan su corazón de cuero y su cartera
A buenos pescozones se convierten
En licenciados en algún volado Cultos señores
Universitarios la geología estudia
El sumun de esta época La nueva cultura
Del país
Será de piedra
En el Vietnam los finos vietnamitas con su Tiíto Ho
Hacen mundo
Derriban los fhantóms crían sus hijos cultivan buen arroz
Ahuyentan la plaga arrean gringos
Crean las apoteosis como la vida manda En la universidad
De mi país perrado
Los bitonguitos-bien mastican libros
De la misma manera que chicles adams
Ronroneaban la ciencia en cuatro rezos y se academian
En algún volado En los valles de hierro de Bolivia
Como la vida manda el Che dispara
Hunde sus grandes pasos de diluvio en historia
Como la vida manda
el Che dispara
Avientan las piernas las parejas. En un círculo agudo
El pie se vuelve punta que pica el corazón de este planeta
La hierba crece, una flor se aproxima a la mano
Mi niño tiene en cruz
Los bracerillos como espantapájaros
El espíritu azul de la mañana
Escapa de sus ojos
Un fantasma lo mira desde el baile!
Francamente,
Cualquiera afirmaría
Que tú viviste de hombre.
La vorágine herida de mi grito
Aún lo está preguntando:
¿Fuiste invierno,
que retornó a su origen?
¿O fuiste lana,
que volvió a su oveja?
¿O a la grave nostalgia,
de algún minero antiguo?
No sé si a ustedes
Se les cae el rostro o les pica el cabello como alergia
Si es que entienden que habitan
Con tanto deprabado. Si aún tienen el cerebro bajo la voluntad
De tres candados yale golpéense la cabeza
Y ustedes
Chuchos politiqueros
Lameculos desde el siglo pasado
No jodan la paciencia
Sean breves!
En este mundo que promete más trigo
Que estrellas tengo hambre
Nazim Hokmet
Tía soledad, ahora recuerdo sus panecillos de oro,
Acontece que vivo de recuerdos, mi tía Soledad!
No hubo en la comarca quien pudiera imitarle su receta
Usted era una sabia, técnica del sabor, sueño del paladar
Señora de la mesa
Mi tía Soledad, enciclopedia antigua, fama de nuestra casa
Señora de la alquimia, usted hacía milagros de canela!
Vive a gusto perrado ciudadano
(pues tú perras)
La libertad la miden tus verdugos Te esqueletas
La forma tú la eliges No es mendiga tu lengua
Santísima miseria
A diario nos metemos en las piernas
La democracia como cazoncillos!
Vuelo como gorrión de un lado a otro
Formo nido en mi fuego
Llevo loco mi nombre a todas partes
Explico la razón en cada sitio
Sin oir ni mi voz, empujo a un lugar este país
Nunca sabré hacia dónde lo llevarán mis manos
Vibro como la sangre que hace mover las alas
Envuelvo con el alma cuanto hago
Lanzo mi corazón a la fatiga,
Por el jardín de todos
Camino calle a calle
No dejo casa o muro sin tocar con mis dedos en la ciudad helada
En medio de la noche palpo la soledad de las paredes
Mientras los ciudadanos de las casas duermen, yo escribo
Mi palabra libertad
ellos la borrarán después de haber soñado
¡Yo busco ansiosamente mi tesoro!
Al apagar el foco
Algo de luz se queda en los objetos
Sólo así puede el tiempo desgastarse las uñas
La cobertura de las formas
Se hace
Con la huellas de sol envejecido
Y bajo las sombras
(mientras ennegrece)
Mete sus alfileres de saliva
La luz que de la fuente se desprende
Es (más o menos)
La carcoma fluida,
Que al tocar el soporte de las cosas
Pone su baba
Y otra forma brilla