Repican como golpes de campana tus pesares,
llamando a funerales espectrales.
Son fantasmas que aúllan estridentes,
recorriendo los misales de tus ritos en la bóveda
celeste.
Son las hostias que tragaste compulsiva
en las noches torturadas de tus rábidos insomnios,
mientras buscas en los golpes de campana
tus demonios.
Poemas argentinos
A veces te quiero tanto
que te llamo sin hablarte
con ese silencio impenetrable,
el más ignominioso
de los silencios.
A veces tú no me quieres tanto
que me llamas impaciente
con aquel grito terrible,
el más fuerte de los silencios.
Tengo sueño de la cabeza a los pies,
un sueño abundante e intenso
para pensar que dormido
vago por el mundo
detrás de una quimera, descalzo,
a rostro descubierto.
Tengo de ti, de mí y de todos
algunas cuantas verdades ocultas
que no quiero penetrar;
pero sólo es apariencia
porque yazgo inquieto
bajo tantos velos de barbarie.
Estoy contento donde estoy contento
esperando que pase el tiempo
que pase sin verme, por el costado
sin posarse en mis rostros
en todos mis rostros distintos
en mis cuerpos degradados.
Tengo cubiertos los oídos de silencios
tengo el dedo que levanta una cruz en mi boca
y la lengua recogida como la resaca.
Afuera llueve noches frías
como los muertos,
acongojadas en los rincones;
y nosotros con los pies tibios,
perpendiculares sobre otros cuerpos,
los ojos entreabiertos de culpa
y ávidos de menesteres.
Afuera caen profundamente heridos
los incorruptos y mujeres
que marchitas se prometen;
hay beodos dormidos en la opacidad
de los muros y de las nubes que viajan
muy lejos de las tragedias,
y nosotros en las azoteas,
inexistentes,
reparando en nuestras confesas
almas perdidas.
Tengo un sentimiento tan confuso
que puedo inventar caballos encabritados
para lanzar en estampida hacia ti,
y luego bailar afectuoso
sobre sus cadáveres sudantes.
Pero me encuentro ridículo moviéndome
de aquí para allá y de allá para acá
asido a tu cintura.
Prepárame la ausencia
para cuando me busque la muerte.
Yo, en tanto, me quedaré envuelto
de los espíritus traviesos.
Quiero ser el más regocijado
con el placer de lo que espero
y estar en el cenit
cuando el pájaro azul
bata las alas al aire y pronuncie
el hado de mi nombre.
Para Lucienne
Ojalá te hubieras llamado Luciana como quien dice luciérnaga o luz de ciénaga
Ojalá te hubieras venido a América
Comeríamos una choucroute au champagne cada lustro
Y entre semana guiso y puchero
cartas de amigos y facturas de electricidad
pero no llegamos a nada mi amor
Tus poemas todavía me llenan de pesadumbre
tus sostenes con las cintas ajadas aparecen en mis maletas
Y no termina de salir el sol en Green Hill con aquel polizonte de la madrugada
Esto ocurrió hace mucho tiempo
antes de que enmudecieras mon petit singe
cuando yo te compraba naranjas en el Soho
curries en Hampstead
y alquilábamos dos sillas bajo los castaños por cuarenta francos
porque tú eras mi mujer
Se disfraza de mujer con misteriosa habilidad pero es un robot de la peor especie.
Lo adviertes cuando se acomoda los rizos con tubos de cartón tripas de rollo de papel toilette.
Si se traba chirría y hasta que no le quitas de la máquina el cuerpo extraño no vuelve a sus modales de ameba servicial.
‘Ya raya la aurora del día de Mayo,
sagamos, salgarnos a esperar el rayo
que lance primero su fúlgido sol.
Mirad: todavía no asoma la frente.
Pero ya le anuncia cercano al Oriente
de púrpura y oro brillante arrebol.
¡Eres un cohete, mujer!
Le dijo á Pepa Fray Diego-
¿Si? dijo esta…Señor lego,
Si soy cohete, ¿cómo ayer
A pesar de vuestro fuego
No me pudiste encender?
Blas en un corro decía:
‘No hay mujer tan apegada,
Tan fiel, tan enamorada,
Tan tierna como la mía.’
Un amigo que le oyó,
me dijo: ‘Más la alabara,
Si entre él y ella pasara
Lo que pasa entra ella y yo.’
Será la fascinación de lo fememnino
-me digo-
Una y otra vez colmar
esa profundidad
húmeda y receptiva
sentir
que rumores líquidos la inundan
la cadencia
rítmica
constante
la enérgica sacudida final
el contoneo desbocado
meter la mano
sacar la ropa limpia
húmeda
perfumada
Ella dice que aprendió bien las lecciones
del Maestro
y se hace cargo de su doble rol de trabajadora
ama de casa
Sale del trabajo
toma un taxi
llama a la nena por el celular
para que tome los globulitos
con Cyna todo estará bien
Está contenta de comprar una edición en rústica de Alice Bailey
y su maestro tibetano
cree que todo irá bien así
hace falta trabajo interior
y todo estará en orden
Sólo duda
cuando invaden su casa las huestes de costumbre
suegro
madre
amigos de los hijos
o cuando ve que el paso de los años
transformó a su madre en una cáscara
una caricatura de lo que la ancianidad hace con nosotros
Valor
mujer
esto es la vida
un tránsito hacia la decrepitud
Los idiotas se siguen muriendo en las calles
con sus frazadas agujereadas.
Esteban Charpentier
Nadie en la medianoche
de la ciudad segura
sólo idiotas de frazadas agujereadas
arriba de cartones
sólo pendejos sembrando con meadas de cerveza
las paredes
tenés diez centavos para viajar
me dicen
y ya caminé veinte cuadras
sin monedas para el colectivo
para puchos
para invitar a una mujer con una birra
tiene veinticinco señor
me dicen dos bebotas
pantys negras
zapatillas
y sólo por decirme señor
que se vayan al carajo
con sus piernas de apertura veloz
con sus tetas granito
con sus besos franceses en aprendizaje
Nadie en la medianoche
de la ciudad segura
sólo vómitos
de alguno que consiguió diez centavos para el viaje
que lo lleva a ninguna parte
Nos ganaron ¿sabés?
Ella parece una hogaza recién horneada
de tan sabrosa que se ve
de tanta vida que la inunda
Una mujer que espera un hijo es eso
¿qué si no?
Una hogaza de pan recién horneada
Debería cantar y reír
cerrar sus oídos a las tinieblas
las falsas profecías
y buscar a dios en donde está
en el milagro redondo de su vientre.
Una avalancha de silencios confabulan
en la noche.
Se apagan los ecos,
se acallan las calles.
Yo estuve una madrugada cualquiera imaginando desde afuera
el calor de adentro.
Ahora me solazo pensando en la cama que me espera,
vacía pero me espera.
No quiero pertenecer
a tu círculo de nenas mucho lomo
mucho sexo
poco seso
Tampoco al honorable grupo de poetas
morochos
peronistas
exitosos
o al de aquellos
transgresores
histéricos
sauneros
No quiero de tu porro
porque es tuyo
y se gasta
No
nena
no me gusta ir a la costa
a casa de tu papi
ni que me lleves en su coche
ni que me envuelvan tus tentáculos
de madre argentina
Prefiero
no penetrar en esos lomos
ni codearme entre poetas exitosos
prefiero una mano que circule blandamente
y una mujer eléctrica
setentista
que salte los tapones como aquellas
Prefiero padecer
porque no pertenezco
a ningún grupo
sentirme en todos lados
como sapo de otro pozo
Lástima la soledad
lastima tanta soledad
Hermana prostituta…
ayer entregaste tu cuerpo por unas monedas.
Yo daría mi alma cada día por la poesía.
Maldito poeta
el que sacrifica amores, hijos y cordura,
se revuelve entre las heces del alcohol
buscando el vino nuevo,
la sabiduría de un verso,
uno solo,
un jirón de alma,
una palabra,
un candelabro alumbrando el encuentro de dos que se desean.
Tú
que te crees poeta
descubres un día lo aburrido
de releer por enésima vez
el ‘arte poética’ de Gelman
y te acuerdas de Tolkien
buscando su humus
Ya no hay sustancia que sorber
de esos viejos huesos
No encuentras alimento
para que crezcan
sanos y fuertes tus poemas
El mundo debiera ser tu humus
pero es el de Bosnia
del once de septiembre
Miras entonces hacia adentro
En tu mundo sólo dolor
vacío
La poesía es un don
te dices
y una voz en la mente te responde
sí
es el don de los imbéciles.
La niña desea un juguete
Lucha para conseguirlo
Usa su mejor cara
el llanto
los caprichos
Lo acuna con palabras dulces
como canto de sirenas
habla para él
sólo para él
al fin y al cabo es su jugete
Cuando se cansa
inventa un nuevo juego
Lo recrimina
lo amenaza como a un hijo
Prueba las armas de mujer
lo manipula
Madre al fin
la memoria genética del parto
se cruza
Introduce el dolor máximo
Toma su juguete
le arranca los ojos
lo desarma
despedaza
Pretende jugar con los pedazos
pero ya no estoy
la dejé jugando sola.
Así quiero que canten/ mis poemas/ que lleven/ tierra y agua,/ fertilidad y canto/ a todo el mundo.
Pablo Neruda
El poema de las gentes
el que les pertenece
no otro
quiero dibujar entre mis letras
El del oscuro pueblo
las mujeres gruesas y velludas
los rostros aborígenes
Quiero poemas a montones
ser prolífico
como vientre de mestiza
como mazorca de maíz
nutrirles el hambre elemental
Mi poema
que sea el pecho de las gentes
la leche tibia
la harina torteada sobre el comal
Que se escuche bajo la palapa
retumbante su voz
como piso de tierra
que su voz tenga el vaivén de las hamacas
al llegar la siesta
el sudor de los cuerpos
amándose en vaivén
Que sea un puñado de granos de elote
besos en la madrugada
simiente abriéndose paso en marejada
Sólo así tiene sentido
este lento
doloroso
desangrar de mis palabras.
Veo tanta miseria
señor
tanto dolor
tanta muerte injusta
adelante
atrás a los costados
tu gente sedienta
hambrienta
dolida
Son tus hijos
dice el libro de los judíos
el de las mil adulteraciones
y estafas
Estoy hecho a tu imagen
y semejanza
eso es evidente
Yo también soy un mal padre.
Balbuceas algo sobre nuestra amistad
y retrocedes
como delimitando una zona de seguridad
ante la inevitable guerra
Yo pongo mi índice sobre tus labios
después de
claramente
acercarme a tus fronteras
Digo que bien sabes el afecto que te tengo
Artero
debilito tus posiciones artilladas
dejando caer besos explosivos
haciendo que mis labios desciendan
paracaidistas
al sur
al sur
entre la fronda
Y debe ser cierto
que el sur es estratégico
importante
a juzgar por lo encarnizado de la batalla
que ahora allí se libra
mientras contraes
contraes
desesperada
como queriendo expulsar
la avanzada de mi ejército
que golpea
acompasadamente
en tu territorio.
Esa mujer me puede
me seduce
Su mirada ausente
lejana
no evoca otros hombres
no me mide
no pretende ni espera nada
Esa mujer
de piernas como escarbadientes
perdida entre mis brazos
es pacífica y luminosa
Dibuja sonrisas
Está ajena al ántrax
a los top ten prefabricados
Ella habla con dios todavía
pero no se arroga ministerios
ni juega a la ouija
Está silente
como un eco al repetir el aliento sagrado
Afuera
la vida es un mundo de pañales
y gente que llega guiada por su estrella
para admirar su paz
porque aún es casi alma
y tomarla entre las manos
permite sentir
casi tocar
el paraíso.
El poema se balanceaba en la punta de mi ser
(la punta de la lengua, la punta de los dedos,
y otras puntas non sanctas para poetizar
cuerpos ajenos).
Era como estar en el borde del orgasmo
sin quererlo, y oprimir desesperadamente taoístas puntos
como freno en pedalera,
porque no se fuera.
Cada poema es un niño
con un pan bajo el brazo
tiene un don
en un verso
una palabra
Aparece un día en tu regazo
exige todo de tí
hasta la asfixia
Se lanza luego
de tu falda
al suelo
se yergue
comienza a caminar
corre lejos
te descarna
y llega el día que no vuelve
Anda por ese mundo de afuera
vagando
de mano en mano
amando
gozando
como cuando lo creaste
(Inédito)
Sé que no eras un ángel
ni una puta
Me cojías como un ángel
hasta hacerme estornudar
por el roce de las plumas
de tus alas y claro
caían lágrimas de mis ojos
Llorabas entonces
como una puta
enamorada
de un ocasional cliente
caliente
y nuestros gemidos
no sexuales
se elevaban a los cielos
Allí quedó nuestro amor
colgado
después de alguna noche
de sexo
en la que perdiste las alas
al golpear contra una nube
y caíste hacia algún lugar del planeta
No te volví a ver
pero sigo buscándote
y reavivando tu recuerdo
en iglesias y burdeles
Faltan diez minutos para la una de la mañana
y estás sediento de escritura
Te motivas como puedes para escribir un poema
porque te resulta no tan simple ahora
Ya no más diez poemas por día
elegir cuál sobrevive y cuál no
Pero es típico
a cierta edad se supone que con uno
es suficiente
más ya es una proeza
Alguna mujer te dijo
que con tu pareja de ficción te bastaba
celosa de tu obsesión por la poesía
En verdad
es preferible
un par de piernas envolviéndote
en la noche
Es preferible
lamer excitado
un pezón que insiste en estar duro
de hormonas
y hacer lo mismo
con todo aquello que esté cerca de la boca
Es preferible a la poesía
creer
en la existencia del amor
acostado junto a una mujer
que deseaste lentamente
y acaba de acabarte
Todo eso es mejor que la poesía
Este poema incluído.
(Escrito bajo el seudónimo María Reyna)
Cuando tus pulgares recorren mis pezones
(tus manos cuencas conteniendo)
Cuando tu lengua recorre mis aréolas
buscando leche para su sosiego
Cuando juegas a acosquillarme la piel
con tu índice
hay un chisporroteo de fuegos de artificio
el sonido del mar en una caracola con vello
una tormenta eléctrica destellando en superficie
Es mi sexo títere
al que le jalas de los hilos
reaccionando al impulso de tu magia
Pero ¡ay!