Memento

¿Permanece la memoria?
(La sangre es certeza horrible.
El agua el semen del tiempo).
¿Acaso el tiempo quiso llamarnos
para reconocerse en el aliento de los mares?
Nuestros pies gastan la tierra
dejando láminas de piel en las rocas.

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Noche

cuánta luz tragan las horas

en mí el llanto
de las criaturas perdidas

respirar en un insomnio
que haga de los huesos un cálido refugio

negro es el plasma de la noche
mucha la tierra que aparta a los enterrados

qué ser si no memoria
en este caos sin resguardo
del sol vivo quemante de la sangre

o la aventura del mal
o el amargo fondo de los ceniceros

la penumbra devela el origen
el nacimiento de algo antes muerto
que escapa por las rendijas de los siglos

pienso una palabra
al unísono mueren miles de hombres

nace de la muerte este susurro
que mojará los caminos de la carne

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Pensando, por la tarde

Desde mi calabozo
ensimismadas
redoblan gotas
de azufre
contra el fuego.

Se encienden candiles
con el viento
me ven
borrando lágrimas
en el crisol
de la otra mesa.

Deletreo los abismos
los desfloro
uno a uno
para que el miedo
(con sus gastados espectros)
en la noche
no persista.

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Poetas

¿Qué seremos ahora?

Enormes cóndores
que surcan los vastos empíreos
brindando su fealdad al orbe.

Camellos obstinados,
jorobados de tormentos,
cargando aguas amargas
para el susurrante desierto.

¿O es que somos paquidermos
armados de marfil
y nuestras patas son las torres
que encarcelan al miedo?

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Radical 2003

A JAVIER PAYERAS

Que este verso se oponga al siguiente.
Ah, la sustancia liminar del mundo.
La palabra tiene tentáculos
que el poeta esquiva
para encontrar raíces.
Si bien vale reconciliarse,
saber decir, verbigracia:
«la vida avanza cual velamen roto».

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Sombras

A MAURICE ECHEVERRÍA

ser una sombra

(la luz malgasta su ser
no traduce el enigma)

ser la sombra de algo
una lengua de oscuridad

(torrente sin voz
instalado en el sueño)

a qué venir a quejarse
si los insectos siguen naciendo y muriendo
y viven su tránsito como ráfaga gozosa:
sus horas son mucho más largas
que nuestras horas

ser la sombra de algo
que quiso ser y no es

una piedra es legítima
y merece ser
aunque su destino sea
destrozar un cráneo

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Destierro

Mi vida
es un destierro sin retorno.
No tuvo casa
mi errante infancia perdida,
no tiene tierra
mi destierro.
Mi vida navegó
en nave de nostalgia.
Viví a orillas del mar
mirando el horizonte:
hacia mi casa ignorada
pensaba zarpar un día,
y el presentido viaje
me dejó en otro puerto de partida.

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Los pies

Ya que no tengo alas,
me bastan
mis pies que danzan
y que no acaban
de recorrer el mundo.

Por praderas en flor
corrió mi pie ligero,
dejó su huella
en la húmeda arena,
buscó perdidos senderos,
holló las duras aceras
de las ciudades
y sube por escaleras
que no sabe a donde llegan.

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Oración

Dame, señor
un silencio profundo
y un denso velo
sobre la mirada.
Así seré un mundo
cerrado:
una isla oscura;
cavaré en mí misma dolorosamente
como en tierra dura
Y cuando me haya desangrado
ágil y clara será mi vida
Entonces, como río sonoro y transparente,
fluirá libremente
el canto encarcelado.

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Quién eres tú

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú, hijo tardío?
De los otros me parece
que algo sabía
desde el primer día
de duda y esperanza.
Pero tú, inesperado,
¿Quién eres?
en ti nunca había pensado.
¿Cómo vas a llegar
a este mundo enemigo
si ni siquiera yo te conozco?

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Hay un deseo ferviente de encontrar algo

Como un agujero en el mar
Que de profundo y salado
No pueda explicarse
Algo diferente al sueño
Como un intento de soñar
Quizás algo como un hueco
Mejor algo como un pozo
Y el hombre en el pozo
Mejor sí con un hombre en el pozo
Con un hombre escondido
Con un hombre que muera de misterio
Que la conjura sea el olvido
Que el pozo se convierta en hueco
Que el hueco no sea otra cosa que un sueño
Que sólo sea un intento
Que no se explica con ninguna teoría
Que cuando lo pruebe sea salado
Que cuando lo busque
No lo encuentre
Que sea como al inicio
Sólo deseo
Y ferviente

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Degradación en fa(bula) menor

Sube hombrecito le digo y
Se transforma en gato
Sube gatito le digo y
Se transforma en cabro
Sube cabrito le digo y
Se transforma en perro
Sube perrito le digo y
Se transforma en asno
Sube asnito le digo y
Se transforma en león
(Ruge ruge ruge)
Sube leoncito le digo y
Se transforma en mono
Sube monito le digo y
Entonces sube

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Rutina del año 90

dejar de soñar despierta
lavarse temprano los recuerdos
decir los buenos días a los (tus) fantasmas
desayunar olvidos
tomarte el juguito de qué te importa
preguntarle al espejo qué tan bonita
calentar el corazón para que arranque
salir a la calle e indagar
con el primer fulano que aparezca
que cuál es el misterio que lo anima
subir al ruletero sentarte debajo encima de
tocar en la séptima puerta roja y en todas
las puertas rojas que se te crucen
sonreir siempre sonreir y darte cuenta
que todo acontece con sangrienta
luz de ciudad universitaria
9 pm regresar a casa
sin encontrar el camino

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Tu mi casa

tu cuerpo tu voz tus manos

mi casa/

voy habito junto a ti

en cualquier calle

tu cuerpo mi cuerpo

con techo
sobre nosotros

tus ojos mis ojos luz
en el segundo de la entrega/
luna candela foco para
estar sentir compartir tu orgasmo/
así amor

vamos

sobreviviendo

vivificando
lo que no nos aceptan
tu cuerpo tu voz tus manos
mi casa

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Ella/ la misma

me miro en el espejo
y no he dejado de ser
la misma
la que creyó en príncipes
la virgen
la que leía libros en el bus
la misma
con sus faldas cortas
y sus piernas flacas
la de la invariable rutina
de la casa al instituto
del instituto a la casa
la misma
la que medio soñó con hijos
la que pasó seis años con el
mismo novio
la que se equivocó
pensando que lo amaba
la misma
la que no miraron
cuando ella los miró
la que ahora escribe
en tanto un hombre
¿su príncipe tan esperado?

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Aurretrato

Un árbol luengo, deshojado y seco,
pero que enhiesto, sigue todavía;
una culebra en línea vertical;
un poste de telégrafo en la vía,
eso soy por mi bien o por mi mal.

Soy un hombre de chicle que los dioses
del Popol-Vuh jalaron de los pies
y la cabeza a un tiempo: y que, después
(entre risas y toses,
al mirarlo tan largo y tan delgado)
sin reparar su mísero destino,
dejaron a la vera del camino,
irreal y abandonado.

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Balada de los últimos amores

Ya tengo medio siglo y sin embargo
los ojos se me van tras las muchachas.

He seguido a mis hiijas en la calle
si no me dan la cara.

¿Qué hacemos, corazón, porque envejezcas?
¿Cuándo envejeces, alma?

He amado sucesivas floraciones
del mismo tronco o de la misma rama
y dirigí cumplidos a las nietas
de las mujeres en un tiempo amadas.

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El caricaturista Mom Crayón (José C. Morales) Caricatura

Tiene una vista aviesa; una vista embozada
en un párpado grueso. Parece su mirada
una mano con guante que ha blandido una espada.

Cámara fotográfica es su oscura retina.
Es bajo. Es su cabello negro como la endrina;
tiene un rostro moreno: fue algo de tinta china

que un día de trabajo cayó de su paleta,
porque tuvo la audacia de trazar mi silueta
sin recordar que siemrpe fue inviolable un poeta.

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El rayo de tus furiosas libertades

Oh simón, andariego dios andino ¿por qué no soltás
De una vez el rayo de tus furiosas libertades
Sobre esta voraz mala yerba que pudre tus
Amadas praderas de américa?

Vos, el infatuado, el incansable,
El sembrador de huracanes, único y verdadero rostro
Del fuego aquí en nuestro fuego, el perseguido y
Perseguidor del buitre criollo, decime ¿cómo no ibas
A irrumpir cabalgando impertérrito con tus épicas hogueras
Errantes caballerías en un libro
Donde se dicen libertades?

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Ars mística

Hoy gozo en la poesía obedezco creo en sus oráculos como también empecé
a creer en dios sus profetas potestades desde aquella noche en que falto de fe
me arrastré convalecí hasta ti chorreando tristísimas escamas
amamantando salamandras con mis más negras raíces glaucas lágrimas
que no sé de dónde y a poco me abriste el milagro de tus piernas
angélicas y supremas para que yo amor amor me santificara a perpetuidad
y entonces nazco brillo dolor también adiós.

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Epigramas a Angélica (Cuatro epigramas)

MANUSCRITO ENCONTRADO EN EL
MONTE PÚBICO DE ANGÉLICA

‘No te lamentes ni rezongues, Angélica,
que en este diario heroísmo
de empuñar entre tus piernas
esta brava y testaruda espada mía
nada ha cambiado
desde aquel primer combate
en que dos pieles desanudaron, temblorosas, su traje
de barro detrás de una higuera:
yo soy tan sólo el paria suicida que acude gozoso a
(la agonía de su propio degollamiento
tú sigues siendo, aunque a veces herida, la más temible,
(inderrotada gladiadora del amor’

ANGÉLICA VERSUS POESÍA

Entre
escribir
apasionados poemas de amor en verso libre
o
vivirlos contigo
en carne viva
he
decidido esto último angélica.

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Roguemos que mañana

No hay remedio, compañera.

En este país
hasta las hormigas confabulan contra la alegría.

Roguemos que mañana
lluevan sobre nosotros
bestias de amnesia
para quedar, ahora sí, soterrados todos
bajo
un
alud
de
bruma

de la que nunca, oh efímeros, debimos haber salido.

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Si acaso es tiempo, ay ingratitud tan iracunda, para darte las gracias hoy

Gracias, compañera, por haber
rescatado mi corazón cautivo
en la maldita región de la bruma,
acaso solitario vicio de mirar por el ojo de una caverna,

gracias por esta ventana abierta al viento,
por esta victoriosa amapola,
por esta palabra ahora cobijada
y ayer apenas flotando, sin tregua y sin mañana,
como un tronco viejo deriva debajo de la esperanza.

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