La paz

a Nicolás Chávez

«…también fue necesario
escribir la historia
con el proyectil de la palabra»
L.A.CH.

Es un jilguero posando en nuestros pechos
como aroma de duraznos esparcidos por doquier.

Es una copla endulzando los sentidos
cual rayo certero en el alma de la urbe.

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Legado

a Marlon Rubén, mi hijo
octubre de 1994

Algún día sobre esta misma tierra
conocerás el abecedario de mis sueños
y comprenderás, que con ellos
quise descubrir mariposas
pero me creció la ansiedad primero,
que la luz que me señalaría el camino…

conocerás muchas cosas que aún no logras comprender
pues apenas tienes tres inviernos y medio sol
aunque ya empiezas a joderte por un mañana difuso…

entonces, haciendo alusión a tu signo
te encasquetarás en el toro para domarlo
pues no será fácil que te desmoronen los vientos…

Escudriñarás a las estrellas
la luz que les delegó el hacedor del universo
e intentarás comprender a los luceros
que hincharon sus pechos
hasta incendiar las horas
donde se izaba la esperanza…

entonces, vástago mío
al verme con bastón y copos de nieve en el cabello
serás tú el que se encandile
con la idea de jinetear la vida
y elevarás con tu dulzaina
otra tonada con diferente tono…

serán otros
los herederos de la historia
y tú hijo mío,
intentarás también conocer a miguel mármol
a los padres jesuitas, a monseñor romero, a…
por de pronto sólo te doy mis versos,
mi pluma, mi cuaderno…
porque tú harás lo tuyo
en el momento preciso…

Del libro inédito
“Los hijos del trueno?

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Los hijos del trueno

quizá mañana
cuando el sol se inserte en la piel
seamos como dos potros indómitos
y volvamos a caminar por estos lares
abrazando, sin exabrupto
el canto del zenzontle
la lechuza el dichosofui…

quizá mañana
compartamos el abrigo
y una hoja perdida a la intemperie
nos muestre los rasgos
de unos días
perdidos
en
el
limbo…

quizá mañana
cuando se icen las ilusiones
y una luz multicolor
muestre la dureza del oro
hurguemos ahí
donde creció la hiedra
la palabra tempestad
o quizá
en la casa del tiempo
algún pájaro migratorio
nos dé una palmadita al hombro
a fin de proyectar
lo mejor de nuestra sonrisa…

quizá mañana
todavía viva el niño
que llevamos dentro
y hasta podríamos
apretar los labios
para no mencionar
que fuimos los hijos del trueno
los que soportamos con temple la tormenta
los que aprendimos el valor a la vida
los que nos enfrentamos a la muerte
y jugamos con ella
al “esconde el anillo escóndelo bien”
los que atestiguamos esta historia semicumplida…

Quizá mañana
tal vez
los ríos logren
saciar esta sed centenaria
y sean otras las palabras
con las que describamos el amor
por de pronto
no veamos la historia
por el rabillo del ojo
sino que escribámosla
para que nuestros nietos
los hijos del jaguar
sonrían de oreja a oreja…

Del libro inédito
??Los hijos del trueno??

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Nocturno

a mi hija que aún no nace

Celebremos la noche
la conquista de un nuevo día
el verbo no conjugado
la voz añeja perdida en el miasma
el silencio vertiendo lo perdido…

Mujer,
veo tu vientre creciendo
y en mi ansiedad
pido diluyamos un nombre,
la química de lo que no se hizo…

Empujemos la noche…
el grito atrapado en la garganta
bebámonos las horas
hija
esta angustia crece
¡ya es tiempo de ver tus pupilas!

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Nostalgia

a Esther

Del ayer
cinco inviernos han pasado
maduraste a fuerza de los días
te hiciste mujer
me enseñaste a vestirme con la lluvia
mas yo, terco, tomé mi propia senda
¡huía de la cotidianidad!
y tras mi ocaso
en el escampado silencio
dejo un vástago en tu vientre.

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Nunca es tarde

A Dra. Matilde Elena López
«Has crecido/ suben tus hombros como dos colinas»
Pablo Neruda

Nunca es tarde para hacerlo
y ahora te dedicamos la palabra
el verbo enhiesto
que bebió la savia de los dioses
e invoca a deshoras un canto
y vamos pa’lante
pues no nos detienen los vendavales…
Siglos pasan Matilde
y hoy como ayer
muestras ese canto
que ausculta la esperanza
y miras el horizonte
recorrer la historia
con tu Balada de Anastasio
y junto a las Cartas a grosa
elevas Los sollozos oscuros
que no son tan oscuros
pues son los sueños de los hombres…
Con tu voz lumínica
impregnas tu vida
cual testimonio
porque no sucumbistes
a las tormentas
y cantaste a las gestas
de esta patria hipotecada;
mantuvistes tu voz erguida
para recordarnos aquel 44
con el verbo desenfadado
pues era tu pluma, Matilde nuestra
elevada en tu atardecer…
Y como Prudencia
supiste que tu voz diáfana era verbo
sin importarte si la vida
se quedaba en la calle
y viviste el destierro
la voz de los poetas
acogiste en el pecho la esperanza
por eso,
vaya contigo este canto
este verbo cual ramo de rosas rojas
que aromatizan la vida…

Febrero de 2003
(Del libro inédito
Mis amigos, los poetas)

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Oda a tu mirada

a Francisca Esther, mi esposa
“De tu mirada
quiero llenar mi vaso”
Antonio Machado

Mírame
no dejes que el brillo de tus ojos
abandonen en la oscuridad mi corazón
perfora con tu mirada
esta sonata dominguera
y si notas
que el canto fluye insípido
abónalo con el néctar de tu sonrisa
que el rocío de tu lengua
unja cada espacio de mi alma
y ves una pizca de duda en mí
tómalo tal cual –ya se le pasará–
pero no dejes que la llovizna
aleje nuestras vidas
porque lo sabes tú, lo sé yo
sólo el amor construye primaveras…

Obsérvame
retiene en la retina cada gesto
haz que el calendario se confiese
hasta que las páginas de los días
no sean barreras para que nos amemos
pues la tormenta y sus designios
saben de esta sensibilidad a flor de piel
cuando el verbo toma vida
en un ápice del sol naciente…

¡Tuyo soy!, Querube
¡mi alma se calcina entre la lluvia!

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Orgullo

Ignorante eres al decir que mi pluma,
si se yergue no es más que un filazo
el que da y luego se agazapa; ella es una
que a las dádivas huye y también al abrazo.

No es que no sepa donde cae el estocazo,
ni la cizaña que todo lo destruye;
sucede que mejor se resguarda y huye
del que finge amistad y pronto da el zarpazo;

del que agita sus alas y te extiende una mano
pero con la otra, como ya lo hizo Judas,
hace señas para delatar al hermano.

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Para escribir

a Jorge Ortiz

Para escrivivir el presente
trataré de revivir un pasado
como la arcilla de mi raza;
rescataré el maíz y sus arroyuelos;
callejuelas cómplices de un mañana
enquistado en los pechos…

Para enarbolar tres lirios blancos…
recorreré las cárceles, los cementerios
ríos como el sumpul que son historia
escrita en las hogueras del tiempo
porque no es fácil, Jorge Ortiz
hablar contigo de poesía, sin rememorar
viejas querellas en los sinsabores
del tiempo…

Jorge
quizá te parezcan estas frases
surgiendo entre pavesas de un cielo
que supo la verdad de los cristales
de añejas camándulas gritando al viento
porque la poesía no claudica
ni aunque en sus enaguas llevemos hogueras…

Jorge
voy a capearle tiempo al tiempo
me colgaré de la luna y en su remanso
platicaré con los dioses de mi tierra
en la búsqueda de un verbo diferente
que abra los sueños a la esperanza…

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Regreso

Regreso a la casa del tiempo
mis pies desnudos se llenan de nostalgia
ya no está Sultán -el perro de la casa-
y a la enredadera se secó a causa de tu ausencia
pienso en cuantas horas perdidas entre cigarros
el minuto aquel en que nos dijimos adiós y no estás
¿que fue de ti?

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Retención

Te vi
y te quedaste en mi retina;
navegué en tus oleajes
y mi corazón, henchido
no supo prolongar esa dicha
acuñaba en el poder de la sangre.

Te vi…
conjugué el verbo en presente
eché por la borda el pasado
y alguien quiso atrapar
el espacio sublime guardado para ti.

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Seremos una muralla

Esta vez, amada mía
cuando el sol despunte al horizonte
trataré de retener el tiempo
mandaré un mensaje con el viento
para decirte cuanto te amo…

Dialogaré en silencio con la brisa
a sabiendas que en ella estás tú
y así retendré tu silueta
para sentir en mis labios
un soplo de tus besos
mientras me solazo de alegría
pues dentro de unos minutos
podré darle un beso a tu vientre
donde aguarda mi vástago
ése que Dios nos dará como un regalo
este noviembre eterno…

Y le pondré tu nombre
pues ser el amor más puro
que Dios me ha dado
gritaré al viento
que lo sepan las flores, los ríos…
que un nuevo hijo lleva parte de mi sangre
de nuestra sangre
como bendición del Altísimo
y a la hora de los salmos
seremos la muralla frente a la vida…

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Birht control

Esta noche no dormiremos juntos,
hay sarampión en la ciudad y podrías
quedar embarazada, cosa grave:
parirías un monstruo, una flor.
Morirías entonces de pesar
y yo de frustración me moriría.

Esta noche no dormiremos juntos,
no beses esta piel de perro en celo.

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Cárcel

¿Dónde estarán los otros? Dijeron que vendrían
pero nadie aparece. Nuestros ojos amarran
los últimos recuerdos pero nadie aparece.
Escribimos un nombre (las paredes son grises):
aquí estuvieron hombres como fieras en selva,
aquí se amaron otros como nunca se amaron.

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Infancia 1942

La infancia era la noche especialmente,
y pensar en el día que vendría mañana,
mamás enfermas, papás que no llegaban nunca,
hermanos que se iban olvidando
a medida que ya no regresaban.

Y era la muerte la mátalascallando,
como si se enojara todo el tiempo.

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Los garrobos

Los garrobos crecían en los árboles
pero llegaron los venenos.
Las hojas amarillas
comenzaron a morir.
Cuelgan los frutos secos
suspendidos en las ramas altas.
Ríos sin agua. Tierra desolada.

Los garrobos crecían en los árboles
pero llegaron los venenos
a destruirlo todo.

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Poeta mortal a los poetas jóvenes (1) El poeta vive

Si suceden las cosas como anuncian los horarios solares.
Si aves emigrantes se funden a las constelaciones
o nieves extrañas descienden a la luz del invierno.
Si el lecho es de cenizas y no de crisálidas,
o si hay soledad en el universo, tómalo con calma
que un ángel guardián poeta duerme a tu costado
dibujando mapas de los ríos internos, descubriendo
en los sístoles de vida la geografía del mundo.

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Post-Card

Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes.
Pero no vengas a él
mejor quedas en casa.
Nada de mi país te gustará. Los lirios no flotan sobre el agua.
Las muchachas no se parecen a las muchachas de calendarios.
El hotel de montaña se cuela como una regadera.

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Promesa

Juro no alzar la voz. No sublevarme.
No decir la verdad cuando nos duela.
Ofrecer la mejilla cada vez
que me ofendan. A los pobres
daré limosnas. Comeré pan duro
para ser bueno con todos.
Sólo dinero (pues no tengo nada)
no habré de repartir… Después morir
tranquilamente libre de pecados,
de bronconeumonía o de un callo
en el pie
o de un catarro en el alma.

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Temor imaginado

Me da miedo quererte, por eso me conformo
con dibujar tu nombre con mi miel y mis ojos,
navegar en las ondas de tu cuerpo de mar.

Me da miedo llamarte. Cada palabra tuya
a la distancia son tus labios que vuelan
y tu celo que tiembla al ritmo de mi cuerpo.

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Arco iris

Hamaca de siete paños
en que se mece la brisa.

Listón que han puesto las nubes
colgando en la lejanía.

Banderola de señales;
semáforo sin esquinas.

Alada cuerda de seda
donde los pájaros brincan.

Alfabeto del color
con que se escriben los días.

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Estoy en un apuro

Estoy en un apuro, lo confieso.
Pronto voy a inaugurar un hijo inédito;
y aunque me halaga ver que a de afirmar mi varonía,
puesto no soy precisamente un Creso
y cobran la partera, el cura, y el médico
y hay que comprar pañales, medicinas,
leches pasteurizadas,
me muero porque llegue nunca el día.

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Oídlo: esta es mi voz

Oídlo: esta es mi voz y este es mi acento
y es esta su más casta vestidura.
Esta es mi voz que se fugó en el viento
de los fieles cristales de su altura.

Esta la voz que me inspiró el acento
para ser un Quijote en la aventura:
en su aliento prospera el sentimiento
de que es cielo esta gris arquitectura.

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Oración que ayuda a bien condenarse a un tirano

Señor,
cuando se muera —porque, como el tiranosaurio, por grande y por feroz que sea, por agrio y bien armado que esté, ha de morir, y será entonces como un pequeño volcán de huesos sobre el que los otros animales del bosque se orinen impunemente—

Cuando se muera,
Señor,
no te acobardes como se acobardó tu iglesia, que puso sus blancos odres
para llenar sus odres esperanzada en robar sus odres;
no te acobardes,
Señor,
y no te niegues:
Tú mismo abre la puerta
—no mandes una virgen, ningún ángel
te cumpla ese mandato—;
abre tú mismo y lo verás:
un alma enjuta, un alma miserable que moró como gusano y que gusano
es y será, que se arrastró de milagro pata tocar a Tu puerta,
para llegar hasta ella con el juego de siempre.

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Recetas a una vieja burguesa para que sea feliz del todo

Sepulta cuidadosamente las páginas insólitas de
viejos cascarrabias como Marx, el gran culpable;

destruye hoja por hoja los versos de Rambaud,
joven durazno con vicios milenarios, y quiebra
ojo por ojo a todo Baudelaire, harapo brujo,
alcohol mistificado, viejo corozo de durazno
con vicios renovados;

escupe por las rejas de la cárcel en que moran,
empotrados en sus huesos, algunos jóvenes poetas.

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Alejanía

en el centro puntual de la maraña
Dios, la araña
Alejandra Pizarnik(Escrito el día fatal)

Allá donde la carne es harapos
mi corazón es reflector.
La araña con su linterna estudiaba tus pasos al alba.
No sabía que volabas,
que subida a un relámpago perdido
pisabas las tripas de la eternidad y sus hijos leprosos.

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Amatorio

La barbera cocina bellísimo,
prepara unos aviones sin destino,
sabe que el piloto desprovisto de razón
sueña con sus universales guisos.

Ella, madrugadora cascada tropical,
busca sitio para acomodar su cabeza
en el pecho giratorio del planeta
de corazón perdido en la montaña.

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Amedeo Modigliani en la bruma

El pintor hacía el amor con ocho espejos,
no veía cuando el alma se le iba.
Mirándose demasiado por dentro enfrentaba al cuerpo amado,
a esa verdad de paisajes pintados por la noche.
Y el abismo lo asedió sin descanso,
no hubo vino que no llevara sismo,
hachís que no alimentara sus telas,
cama que no apestara a hospital.

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Bocanada de montaña

Canto para que juntemos los alientos en una vertiente,
subamos a la cama del asombro
sin más ropa que la memoria,
sin más escudo que la neblina sin freno.
Honda la montaña,
alto el río.
Seré universo desparramado de tus manos,
fugitiva penumbra a la hora de enfrentarnos,
de ser piel y locura, labio y cataclismo.

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Celo arriba, celo abajo

Ando caliente por abajo y por los aires.
Subido a un avión de fogatas,
la lengua llega hasta Saturno,
la pasión busca y se come a sí misma.
No sé qué haré si fallezco en este segundo:
Arrojar el Nuevo Testamento contra el viejo sudario,
ahogarme en alcoholes como el barbero,
dibujar la vagina que viene acelerada por las nubes.

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Heridas

a David Escobar Galindo

Sombra, catacumba, delirio,
ciclón, gangrena, pústula, grano,
desesperanza, esputo, roto lirio,
caída, pólvora, cornada, marrano.

Puñalada, tisis, divorcio,
misil, convulsión, úlcera,
abandono, jaqueca, humo, consorcio,
pornoteca, pedrada, cáncer, balacera.

Guerra, perra, sordera, cojera,
guerra, aterra,
guerra, sierra, combate, tontera.

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Insisto en el abismo

¿Quién nos guía hacia el abismo?

Iilya Kuryaki and the Valderramas

Al fondo del inodoro, el rostro de este día.
¿Quién pisa a la esperanza con tanta saña?
Pasan los minutos con zapatos de alambre espigado,
yo busco el norte en la brújula de plástico,
el niño tiene la mirada perdida.

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Penal mariona

La sombra patea al más valiente,
sea blanco, negro, azul o rojo.
Quema los huesos en salsa de hastío
y el cielo es una ventana nublada de suspiros.
Una cuchillada a la fantasía del homosexual,
el llanto cae al plato vacío,
los zopilotes llegan a investigar.

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