Tú miras. Desde lejos
ves el dulce universo que diriges.
Y mis labios perplejos
con tanta vida afliges,
y entre todo temblor, mi pecho eliges
Sara de Ibáñez
I
Este amor que construyo en tu alabanza
y que habita en tu casa de rumores
no nada en oropeles, ni esplendores,
mas resiste lo adverso y la mudanza.