Quizá perdí mi juventud, quizá
perdí Lloridas increíbles.
Quizá perdí otras cosas, pero tengo
la sal ardiente de tus labios.
Una infancia perdí, quizá un deseo
de una luz entre pinos y el mar puro.
Perdí el cielo del sur, pero ahora tengo
la sal y el fuego de tus labios.