Yo vivía en el centro de un lago

Yo vivía en el centro de un lago.
En un extremo lloraban los vencidos,
en la otra margen se iba fundando el alba.

Mentían los presagios.
La vida, de secreto a secreto,
nunca exhibe la misma máscara.

Vivía en el centro de un lago
y me ahogaba antes de que amaneciera,
por eso hablo siempre en espejismos
y ya no pertenezco a ningún puerto.

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A veces, en el tren que fuga

(nobody knows revariation)

A veces, en el tren que fuga
hacia Venusberg o las
constelaciones,
en pleno día
tú yo
tan desconocidos
como siempre,
giramos al uní
sono las bruñidas
cabezas de agónicos
y arcaicos
maniquíes
como en un bien ensayado
paso de baile sobre
el desvencijado
maderamen.

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Berlín infuturos

(Berlín) infuturos

Las grandes ruedas se detuvieron
pero el odio continúa.
En el poema más perfecto
es falsa una línea.
Berlín: ciudad abierta.
En la oscura madeja avanzan
lentos-rápidos trenes.
No somos (nunca seremos)
como ellos.

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E. L. L. V

La historia de una mujer
está en sus labios.
Mira la cabeza
de Jannine
contra
el muro ciego
del patio.
Su cara ennegrecida
por la luz.
Sus ojos cercados
por la sombra: a
sombrados, sin
conciencia
de ser
bellos o
cualquiera de esas
magníficas e
inexistentes
cosas
idio
sincrásicas.

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Ensemble/semblanza

La hija acompañando
a la madre
cuya primavera
ha pasado,
es como el verano
acompañando al invierno.
El calor y el frío
dialogando.
Policromos vasos de vidrio
con vuelos de holanda y tersuras de pollock.
El hosco Cernunnos en la corteza del árbol.

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Le clapotement

El mundo se va a acabar.
Dice el niño ante el coro de niños.
¿De dónde le viene esta extraña sabiduría?
Esta palabra ajena e inconmensurable
Este peso oscuro y aterciopelado con el que él juega
ligeramente, como un saltimbanqui
con un gran globo transparente, suspendido (en el aire) (?) (?)
Él mismo suspendido (?)

Es una broma —dicen los niños.

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Litoglifo

Isotropía: «Como es arriba es abajo».

Esto no sucedió en lo antiguo,
ni en el hoy esferoidal.

El inconsciente —afirma R.— no existe. Es sólo —agrego yo, R., su doble— la conciencia desdoblada.

¿De dónde partir? ¿A dónde llegar?

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Observaciones

El vano intento de asegurar la puerta con una espina de pescado.

Los oblicuos, pardos obreros agrupados en el claro de luna.

Un niño. (¿Aviso? ¿Advertencia?)

Finalmente, todo ha de llegar.

El todo como Advenimiento.

El todo como Aparición.

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Sils Maria

La última vez que estuve en Sils Maria
había estos mismos tres (o cinco) escalones rotos.
He ahí toda la filosofía.
Sólo la música es distinta (para mal).
La locura es siempre esto de la página y
más aún: de la lengua.

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Escrituras

El tren va a partir.

Breve filosofía del tren: ad infinitum.

Mis manuscritos en las piernas.

El recital en Matanzas va a ser insulso.

Mi hijo (como aquella vez) recogerá jazmines para el té en
el patio donde el viejo poeta parecía un mujik elegante.

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Pabellones (1)

La enfermera se pasea como un pájaro devastado. Es pequeña, voraz
y su labio superior, en un esfuerzo esquizoconvexo y final, se ha
constituido en pico sucio. Por otra parte (muestra el médico con
paciencia): ‘esos ojitos de rata’. Tampoco el Director (de formación
brechtiana) deja de asombrarse: ‘Perturba la disciplina con sus si-
mulacros.

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Extraña salvaje

Yo tengo una extraña que nació salvaje,
de su lejanía se hizo el polvo,
de su soledad mi tiempo…

Ebria, en la majestad de sus costumbres,
se niega a sostener mi próxima mordida,
mi discurso en favor de otras nostalgias,
maníaca y mortal,
herida entre sus mitos
como la musa fuerte de un loco sin historia.

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Modos de morir

Sobre la tierra negra quedó
la estela roja.
José. M. Poveda

En el surco
el labrador acude a su existencia,
es sólo un rostro tenue
una felicidad imprecisa.

Todo el destino
habita en sus semillas,
el reino,
la armonía.

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Perros

La ciudad continúa disfrazando sus perros,
cruzan como fantasmas
que una vez tomaron el silencio de las calles.
Erarios que el asfalto condenó
al desperdicio vagabundo de la acera.
Criaturas enfermas,
libertadores del asfalto.
sus ladridos se afanan contra el polvo,
ascienden sobre el viento
que más allá del eco se corrompe
que más allá del mar muere en silencio

La ciudad, perro a perro
dejo sus almas en el callejón
donde la gente suele alzar un pie para orinar,
donde la gente perro a perro se aniquila

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Ad infinitum

Una rosa es una mano es una rosa
es una linfa es una isla es una
luna es una nube que viene en la tormenta.

Una tormenta es el otoño es el verano
es la infancia es el desaste es el viento
que arrastra consigo las nubes y las islas.

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Cadeau et hommage

A Juana Rosa Pita

Mañanica de diciembre
luminosa y perfumada,
ha llegado Juana Rosa
nacida en esta mañana.
Pastorcillos la anunciaron,
negras cantaron sus nanas,
y chiquillos sobre el Prado
líneas de luz dibujaban.
El sol sali?calentito
sobre toda nuestra Habana
y un Carnaval parecían
el Gran Faro y La Cabaña.

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El ciervo

Hundirme en tu belleza
tan hondo, tan en ti
que yo perezca en tu caricia,
que ni el agua de mis ojos
o el silencio mismo
sean más que tu piel.

Soledad, milagro de tu frente,
en ti se advierte el ciervo
que dormita en el claro del bosque
y de pronto se pierde entre la yerba.

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Espacio

Escucha: qué silencio, qué silencio.
Me abraza el silencio como un padre
y como un padre de muerte me circunda.
Ni siquiera el sonido de las aguas.
Si cantara tres veces algún gallo.
Qué silencio, Dios mío, cuánta espuma
de tiempo se agolpa en la tristeza.

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Soledad

Te vas quedando solo.
Apoyaste todo tu amor en los ancianos
que te sonríen y luego se marchan.
Escribiste páginas borrables
y poemas de corta duración, como tu vida.
Ni los libros leídos ni los más amados
estarán contigo allá, que es dónde.

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El hechizado

A Lezama, en su muerte

Por un plazo que no pude señalar
me llevas la ventaja de tu muerte:
lo mismo que en la vida, fue tu suerte
llegar primero. Yo, en segundo lugar.

Estaba escrito. ¿Dónde? En esa mar
encrespada y terrible que es la vida.

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Isla

Aunque estoy a punto de renacer,
no lo proclamaré a los cuatro vientos
ni me sentiré un elegido:
sólo me tocó en suerte,
y lo acepto porque no está en mi mano
negarme, y sería por otra parte una descortesía
que un hombre distinguido jamás haría.

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La isla en peso ( fragmentos)

La maldita circunstancia del agua por todas partes
me obliga a sentarme en la mesa del café.
Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer
hubiera podido dormir a pierna suelta.
Mientras los muchachos se despojaban de sus ropas para nadar
doce personas morían en un cuarto por compresión.

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Naturalmente en 1930

Como un pájaro ciego
que vuela en la luminosidad de la imagen
mecido por la noche del poeta,
una cualquiera entre tantas insondables,
vi a Casal
arañar un cuerpo liso, bruñido.
Arañándolo con tal vehemencia
que sus uñas se romían,
y a mi pregunta ansiosa respondió
que adentro estaba el poema.

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Testamento

Como he sido iconoclasta

me niego a que me hagan estatua:

si en la vida he sido carne,

en la muerte no quiero ser mármol.

Como yo soy de un lugar

de demonios y de ángeles,

en ángel y demonio muerto

seguiré por esas calles…

En tal eternidad veré

nuevos demonios y ángeles,

con ellos conversaré

en un lenguaje cifrado.

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