La patria de los robles

Esta es la patria de los robles

aquí olvidaron

su guitarra

los grillos

y en ellas

nacieron ciudades

y memorias

Esta ciudad es grande

los muros que la protegen

están construidos

de huesos

y sombreros

Aquí no hay sol

y llueven piedras

cuando alguien quiere verlo

La noche se prolonga

y sus racimos

se pudren

en nuestras vidas

El recuerdo hiede

y nos carcome

Los pájaros mueren

antes de levantarse de las cenizas

Un río corre a unos metros

y en sus cristales

las figuras se detienen

beben estío

y regresan a sus sombras

Una antorcha

se enciende bajo la lluvia

y un rayo muere

en el mismo instante

que los centauros brindan

por el frío de los robles

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PREGÓN GENERAL

Hacer manda esta justicia
A las chamarras presentes,
Por los delitos siguientes,
La reina nuestra, Malicia.

Y el pregón de su querella
Desta manera comiença:
«Que salgan a la vergüença,
Pues osan andar sin ella».

Salgan según su vejez,
Hagamos honra a las canas,
Salid vos, la de Mançanas,
Hecha en el año de diez;
No aleguéis por leonada;
Que ya, por tener tesón,
Habéis perdido el león,
Y quedastes en la nada.

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El poeta

El reflejo de los libros

me da asco

Renuncio a la vida

y a mi nombre

muerto en el éxodo

de mis escombros

En mis desvelos

habita el llanto de la luna

Los ceniceros de Chicho Cuadra

no me regalan ninguna profecía

Caigo sobre una almohada

Sueño gotea de mis ojos

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Oficio

Espío mi pensamiento

Con mis ojos

hurgo el mundo

de los muertos

Abro las puertas

de los libros

y las palabras callan

Busco los rostros

de mis nombres marchitos

En las esquinas

de los signos

encuentro el reflejo

de los huesos

sin ventana

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Parto

La luna

encela al pájaro

que duerme

en la idea del poeta

El no conoce pájaros

sino muchas lunas

en que el sueño se evapora

y los fantasmas no aparecen

La idea pierde su cuerpo

el poeta

otra luna

y la luna

gana tiempo

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SONETOS

1

Si las penas que dais son verdaderas,
Como bien lo sabe el alma mía,
¿Por qué no me acaban? y sería
Sin ellas el morir muy más de veras;

Y si por dicha son tan lisonjeras,
Y quieren retoçar con mi alegría,
Decid, ¿por qué me matan cada día
De muerte de dolor de mil maneras?

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MAS ELLOS

Mas ellos, caso que estaban
Sin favor y tan a solas,
Contra todos se mostraban,
Y claramente burlaban
De las coplas españolas,
Canciones y villancicos,
Romances y cosa tal,
Arte mayor y real,
Y pies quebrados y chicos,
Y todo nuestro caudal.

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Aguilas del amor

¡Qué tienes tú que ver
con las aves en cruz de los brazos abiertos!
Águilas del amor que navegan espacios.
Los brazos poderosos como pájaros míticos,
que vuelan penitentes
(el vigor constructivo inquebrantable).
Fuertes, auxiliadores.

Ved su cortante vuelo peregrino
por atmósferas rojas.

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El arlequín de Picasso

La ternura
de carne azul. Los ojos
dos gotas del Vacío,
concretas, implorantes
que cayeron,
vivieron en un rostro y se quedaron.

Aureola malva de tristeza tierna,
el desamparo añil.
Arriba hay una estrella plativerde
que se diluye entre la brisa dura,
violácea y táctil
de la compasión.

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Hipnosis

Me sumerjo en el imperio de la noche
desde aquel palacio rodeado de un séquito de dioses
que hieren con sarcasmo
mientras recogemos lirios prohibidos.

Mi cuerpo
a veces deshabitado del presente
comienza a ensoñar
recorriendo los laberintos del sexo.

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Una quimera

Te amé entre la letra negra de átomos iracundos.
En el instante fugaz de un encuentro azaroso.
En la embriaguez de un corazón transfigurado
por resplandores marchitos.
En la tormenta estival de amores desechos.
En la ruptura del otoño imaginando tus orgasmos.

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La lluvia en el insomnio

A Antonio Carvajal

Llueves, la noche, llueves reclamando
mi atención, la mirada,
mi entrega a tu constante, entrañada,
pasión.
Llueves y llueves, lluvia de la noche,
lluvia que te proclamas vencedora
de la estrella más alta,
que pregonas, abates el silencio,
repitiendo tu nombre y tu destino
de palabra insaciable.

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Primera palabra

Primer día.
Primera palabra.
Atrás quedó el dolor, su mano alzada
que golpeó en el rostro del ensueño,
buscando las raíces, el germen de ilusiones
crecido en esta tierra dura y seca
de la carne cansada.
Pero sus dedos torpes no han podido
romper esta corteza improbable y rebelde,
su pujanza de espera.

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y 14

Tan lejos va el recuerdo, tan lejana
la imagen –esta noche- del pasado,
tan parece mentira lo soñado
como la realidad de fiel mañana.

Esfumándose va, materia vana,
aquello que en mi mente está grabado,
y no sé si es real o imaginado
todo aquel mundo donde anduve ufana.

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Afrodita

Y está triste
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano

Como una silla ya vacía.

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Ca fosgari

Te amo como mi semejante
mi igual mi parecida
de esclava a esclava
parejas en la subversión
al orden domesticado
Te amo esta y otras noches
con las señas de identidad
cambiadas
como alegremente cambiamos nuestra ropa
y tu vestido es el mío
y mis sandalias son las tuyas
Como mi seno
es tu seno
y tus antepasadas son las mías
Hacemos el amor incestuosamente
escandalizando a los peces
y a los buenos ciudadanos de este
y de todos los partidos.

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Después

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes
Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor
Ya no amo
Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje
Ya no estoy loca.

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Erótica

Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía

Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces

Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.

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Invitación

Una mujer me baila en los oídos
palabras de la infancia
yo la escucho
mansamente la miro
la estoy mirando ceremoniosamente
y si ella dice humo
si dice pez que cogimos con la mano,
si ella dice mi padre y mi madre y mis hermanos
siento resbalar desde lo antiguo
una cosa indefinible
melaza de palabras
puesto que ella, hablando,
me ha conquistado
y me tiene así,
prendida de sus letras
de sus sílabas y consonantes
como si la hubiera penetrado.

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Bellum jeans

Hoy, por fin, descubro que tengo buena suerte.

Que cada vez es más sencillo que las yemas de mis dedos
viajen, intuitivas, por los túneles de mi torso.
Que mi estómago ha aprendido del mito de Narciso
y ya silencia él sólo su grito desgarrado:
la desgracia de la hermosura ansío para mí.

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La celebrante

Primitiva participas del rito de la palabra
como si fuera un juego
ceremonia de bacantes ebrias
Balbuceas los nombres de los dioses más secretos
con penetrante voz de hereje,
no de celebrante
y cuando cae la noche de los significados
bailas una danza macabra junto a los ídolos caídos.

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Irène Némirovsky

Yo soy Elisabeth Gille llorando tu marcha:
éstas son mis cartas de cumpleaños quemadas.
Yo soy tu hija pequeña sin regalos de Navidad.
Persiguiendo a los nazis, saltando la valla.
Yo soy David Golder arruinado tras tu muerte.
Yo soy un acorde de piano cualquiera
que, de repente, en Issy-L′Evêque suena.

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La extranjera

Contra su bautismo natal
el nombre secreto con que la llamo: Babel.
Contra el vientre que la disparó confusamente
la cuenca de mi mano que la encierra.
Contra el desamparo de sus ojos primarios
la doble visión de mi mirada donde se refleja.

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Palabra

Leyendo el diccionario
he encontrado una palabra nueva:
con gusto, con sarcasmo la pronuncio;
la palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso,
la digo, la encierro, la amo, la toco con la yema de los dedos,
le tomo el peso, la mojo, la entibio entre las manos,
la acaricio, le cuento cosas, la cerco, la acorralo,
le clavo un alfiler, la lleno de espuma,

después, como a una puta,
la echo de casa.

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Mi primer bikini

Sólo yo sé cuándo sobrevivimos.

Lo sé porque mis dedos
se transforman en lápices de colores.
Lo sé porque con ellos
dibujo en las paredes de tu casa
mujeres con rostro de epitafio.
Porque, a la caricia de la punta,
comienza el derrame de los cimientos
formando arco iris en la noche.

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Tú dejaste inhabitada

Tú dejaste inhabitada la isla que me flota entre los muslos:
hoy mi
propio
mástil
carnívoro me destroza por dentro. Ha comenzado el banquete
se retuerce
órbita azul
y en llamas
descubro famélicos los astros. Sé que soy el centro del mundo
y mi diadema besa el suelo, mientras yo imagino que mi útero estalla,
que las paredes de mi entraña se envuelven con pequeñas gelatinas
qué desgracia mía o regocijo tuyo me abocan a esta urgencia
tan convulsa
de palabras estánda

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Tango

La ciudad no eras vos
No era tu confusión de lenguas
ni de sexos
No era el cerezo que florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras

La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo: quién sos.

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Vía Crucis

Cuando entro
y estás poco iluminada
como una iglesia en penumbra
Me das un cirio para que lo encienda
en la nave central
Me pides limosna
Yo recuerdo las tareas de los santos
Te tiendo la mano
me mojo en la pila bautismal
tú me hablas de alegorías
del Vía Crucis
que he iniciado
-las piernas, primera estación-
me apenas con los brazos en cruz
al fin adentro
empieza la peregrinación
muy abajo estoy orando
nombro tus dolores
el dolor que tuviste al ser parida
el dolor de tus seis años
el dolor de tus diecisiete
el dolor de tu iniciación
muy por lo bajo te murmuro
entre las piernas
la más secreta de las oraciones
Tú me recompensas con una tibia lluvia de tus entrañas
y una vez que he terminado el rezo
cierras las piernas
bajas la cabeza

cuando entro en la iglesia
en el templo
en la custodia
y tú me bañas.

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