Vida de Santo Domingo de Silos – versos 1 a 36
I
En el nomne del Padre, que fizo toda cosa,
Et de don Ihesuchristo, fijo de la Gloriosa,
Et del Spíritu Sancto, que egual d’ellos posa,
De un confesor sancto quiero fer una prosa.
Vida de Santo Domingo de Silos – versos 1 a 36
I
En el nomne del Padre, que fizo toda cosa,
Et de don Ihesuchristo, fijo de la Gloriosa,
Et del Spíritu Sancto, que egual d’ellos posa,
De un confesor sancto quiero fer una prosa.
Milagros de Nuestra Señora – versos 1 a 184
Amigos e vassallos de Dios omnipotent,
si vos me escuchássedes por vuestro consiment,
querríavos contar un buen aveniment:
terrédeslo en cabo por bueno verament.
Yo maestro Gonçalvo de Verceo nomnado,
yendo en romería caeçí en un prado,
verde e bien sençido, de flores bien poblado,
logar cobdiçiaduero pora omne cansado.
Milagros de Nuestra Señora – versos 1265 a 1316
XIV
San Miguel de la Tumba es un grand monesterio,
el mar lo cerca todo, elli yaze en medio,
el logar perigloso do sufren grand lazerio
los monges que ý viven en essi ciminterio.
El sueño parpadea en los ojos.
Frágiles rudimentos de paloma me vuelven al deseo,
a la reminiscencia de tu abrazo.
A esta mañana
atrio del día que aguarda,
municipio del aire,
hora primera.
Loa a esta ciudad sombría y desvelada
en que rostros sin rostro pasan y están soñando.
La muerte toma siempre la forma de la alcoba
que nos contiene.
Xavier Villaurrutia
Amémonos ahora,
es duro el tiempo de la espera,
vamos a hacer el trance más perfecto.
Ésta entre las demás horas es hermosa:
hoy tus ojos están humedecidos.
Crees tanto en la sed: en la vida… En lo invisible. Duermes de cara al oriente. Te purificas en el peligro. En los libros delatas al tiempo como a un pájaro disecado.
En el bosque una encina te sigue. La luz te nombra.
Para sobrevivir nos arriesgamos a la memoria, nos entregamos al vacío.
Ya conocimos el ave de rapiña del viento y la serpiente del agua. El silencio jamás volverá a separarnos.
Regresamos al sílex, escuchamos la oración del fuego.
Emprendemos el numinoso sobresalto.
Alguien descifra la escritura de la lluvia y sin embargo no puede escapar.
Un alud de imágenes nos extravía la palabra; acudimos al grito y al llanto, a veces a la indiferencia, pero sabemos que necesitamos de la guerra para ser inocentes.
Todo lo ha ofrendado la ceniza.
…Y sin demandar nada
salvo el misterio perenne de una boca.
Misterio cuando calla, revela la escritura silenciosa,
abre un mundo, organiza memorias.
-Es el llamado.
La memoria desciende al oscuro precipicio de tu boca,
palabra luminosa
-distracción del llanto-
acaso el vuelo prodigioso de una historia
que va y regresa:
se oculta en las orillas de la rosa,
asciende, palpitando, a la mirada;
se guarda,
juega en la lengua, cierra la puerta…
Ensaya una vocal,
una tras otra,
tropieza a veces;
se hunde y se encamina en la memoria.
Una mujer se besa en el espejo, se oculta con su alma, el agua es su soledad.
Un niño escondido en un armario intenta morir.
Las lágrimas de un hombre caen en su taza de café.
Una adolescente con el índice detiene la manecilla del reloj y se estremece.
Pretendo que todo lo perdido se convierta en poema.
Las heridas como los huracanes tienen nombre. Y aunque ignoro por qué a mi alrededor nacen los abismos, desde el origen fui mancillado por la felicidad, por su cima inclemente.
Las invasoras restas del recuerdo.
Busco tu esqueleto bajo la cama
entre los libros
ahí
donde estuviste
en los pasillos
en los rincones
en los dobleces de mi cuerpo
entre las altas torres del lenguaje.
O quizá un gesto de la mano izquierda
en la pared proyecta con su sombra
el rostro de una palabra
Guardé tu nombre que late en una página
No quiero recordar
y aun la voz no alcanza para ir
-despacio-
consonante y vocal
aire y vacío
llenando lo que dice
lo que en verdad nombra
ese nombre que tiene tu cuerpo
Y no hay voz que lo abarque
Aquí no hay estaciones
o refinamiento de las costumbres
o té a media tarde
sólo necesidad de lo necesario
como animales adscritos a un instinto primario
sí sabemos que hacer con la tristeza
colocarla a un lado
y trabajar para obtener tan poco
arrastrando nuestros pies chancletudos mugrientos
para cobrar la paga
miserables y avergonzados ante la riqueza
No poseemos nada, Camila
somos braceros
expropiados de las tierras
de ansias de espíritu, de identidad, de sexo
follamos con las yeguas a falta de mujer
los patronos las revisan -su desmejora es indicio-
en esta zoofilia ajena hemos asentado la pobreza
nos reímos nerviosos ante la blancura y los haberes
de quienes arrecian nuestra jornada
Míranos hacinados en el hervor negro
de nuestra piel
nos miras mirando a Adrián
estrechez óptica que consume toda distancia
el color de tu Adrián
es el nuestro
víctima de las comparaciones
de la exagerada lentitud de tu delirio.
Al ver pasar a la gente,
¿Nunca te has preguntado quiénes son?
¿Por qué luchan, qué sienten, qué hacen?
¿serán protagonistas de historias románticas,
serán esclavos de una rutina amarga,
serán juguetes del destino o marionetas de Dios?
Al ver pasar a la gente,
al caminar junto a ella, tú sientes, al igual que yo,
que no caminas entre ganadores y perdedores,
sino que sabes que caminas entre sobrevivientes.
Camila es amante de un espíritu o un espíritu ama el cuerpo de Camila
Él venía en las tardes
en las rigurosas tardes de calor.
aletargada
y consciente y ajena de extrañezas.
cuándo vendrá
a estrangular mi sexo
con sus espasmos recodos e infinitudes
ansiaba sus llegadas
era la durmiente que esperaba a su espíritu
No hay diálogos entre los dos
o acercamientos de rostros
o roces de pieles
o los alientos que invaden al ser
entrando por la boca
a través de los besos y
los desesperos
No hay miembros visibles
de ninguna forma
una entrega inmediata
anhelada
como nunca gemida y poseída
Cómo serán sus gemidos
sus latidos
o sus desesperos
nada me inquieta de él
no escuchar su voz
o no poderlo tocar
es un juego de conciencias
no apareadas
no dispuestas para el reconocimiento mutuo
¿soy la amante de un espíritu
o un espíritu es mi amante?
Bastó tan sólo un sí
para vivir el ya y el después,
bastaron algunos suspiros
para crear un hoy.
Bastó tan sólo un sí en el momento justo
para que muriera el eres.
Bastó tan sólo un sí de tus labios
para que se olvidara el soy.
Me gustaría decirle al viento que no te quiero, que te he olvidado;
me gustaría pedirle al tiempo que me perdone, por mi pasado.
Me gustaría cantarle al cielo, abrir las alas y emprender el vuelo;
me gustaría escribirte un verso, para que olvides lo que has llorado.
¡Cuánto te odio distancia!
Vestida de puta disimulas tu ingenuidad,
con tu ligero de olvido alimentas el recuerdo
¡cuánto te odio distancia!
La rabia que llevo dentro te la debo a ti
¿contenta? ¡deberías!
porque no puedo matarte
Te escupo en la cara si miro una foto
y entrada la noche me revuelco solo,
sacudido por tu estúpida risa.
Camila es de otro lugar
al que nadie pertenece
no amamantó al nacer
del pecho de su madre
tampoco después
y tampoco nunca
Desconoce a su padre
a la gente
lo que más desconoce es la vida
no distingue la realidad
y esto la atormenta
y se esconde detrás de la ventana y entre los espejos
mira por largas horas
su rostro
pero no sabe quién es
y si desaparece
también le da miedo
A Camila todo se le concede
pero sus miedos tan intensos
no cesan
y la acosan
y parece un animalito hermoso
que se esconde
sí, hermoso
porque para Camila todo es hermoso
aún lo terrible que le ha sucedido
Camila perdonó a sus violadores y asesinos
porque ella siempre ha estado muerta y serena
aunque parezca convulsa y perversa
Camila ama a los pobres
y hace caridades en secreto
y se pone blanda y llorosa
y quisiera a ayudar a todos los que no tienen
y protegerlos y cuidarlos
pero tiene un solo cuerpo
Y Camila es tan blanda
que perdona todo
y le da tristeza
ver a los otros sufrir
y entonces llora mucho
y todo le asusta
Camila vive en otros mundos
y flota tanto
que todo le parece nuevo borroso
como la mirada de los recién nacidos
tal vez lo que sucede es que no ha nacido
porque nunca entiende nada
y es tan absorta
y poderosamente etérea
que siempre estará en todos los lados
como lo ha deseado
y la leerán por siempre
porque las palabras la han desaparecido
las palabras hermosas de los libros y sus propias palabras
Ahora entiendo
todo será hermoso para Camila
porque ella llora como una niña
mira como los recién nacidos
y no comprende la vida
es como si Camila no existiera
abre tanto los ojos
y lucha por discernir
para la pobre todo es como un sueño
todo -absolutamente- lo que pisa es aire para Camila.
Las luces se apagan… Valparaíso está oscuro.
Los fusiles apuntan hacia la presa de turno, que soy yo,
que tuve alma, que amé sin calmas.
Las sirenas se encienden, silenciosa esperanza,
el domingo se acaba, otro lunes insomne
escribiéndole al alba.
A mi padre
Me encontré de repente, casi sin darme cuenta
por el viejo y nunca terminado camino de los recuerdos.
Recuerdos que alguna vez fueron pasos en mis zapatos;
ilusiones en mi alma, lágrimas en mis ojos.
Recuerdos que son sonrisas de niño,
esas mismas que uno siempre extraña por lo cristalinas
y por la inexplicable tibieza que las engendró,
quién sabe a través de qué misteriosos detalles.
Dar vueltas
demasiadas vueltas
en las puntas de mis pies
y apresar el aire entre mis brazos y mi cuerpo
hasta perder el sentido
y la visión descomponga la materialidad de las cosas
hasta el punto de disgregarlas en montones
y las náuseas en mi estómago
estoy a punto de vomitar
este malestar es terrible
y comienza a fastidiarme
hasta agotar mi paciencia
y me den ganas de darle patadas a todo
no puedo calmarme
quiero vomitar
y dormir para siempre
como los muertos de mi familia
y como todos los muertos
pensar en los muertos
y las cosas del mundo
hastía enormemente
Mi cabeza y estómago
quieren estallar de dolor y de náuseas
No he hablado con nadie este día
y quiero que vengan a ordenar mi casa a limpiarla
que laven mi ropa
siempre he detestado las tareas domésticas
persiste la náusea
y siento deseos de revolcarme en el piso.
No soy bueno ni malo ni bueno
Soy irresponsable,
como un niño que al salir
se mete el sol
en un bolsillo agujereado.
Debería permitirme un descanso
Destruí ese monólogo
tan sutil e hilarante
Otra vez:
estos tiempos
en los que provoca ser cruel
y comprender una estructura que no es metálica
De repente,
ver tantos pobres que pululan
y conflictos
y la manera en que se debe ganar el dinero
No sé, pero quisiera ser simple antinatural
seguir y no devolverme
aprender a sostener la marcha
Has vuelto Adrián, y te aborrezco.
No vuelvas,
mejor no vuelvas.
Si lo haces,
me consumirá la pena,
arderé de rabia
y moriré de celos.
Porque yo sé
que si tú vuelves,
si alguna vez regresas
será por mil razones
pero no será por mí.
El suicidio primero de Camila
fue oscuro
sin voces imágenes o colores
no fue cercano a la muerte
no había pasillos o linderos
nadie la llamaba
ni ella misma se llamaba
fueron días lo que durmió
pero dónde estuvo Camila
dónde estuve
todo era oscuro
por decir algo:
sin ruidos
no había nada
ni oscuro ni ruido ni ella que no sabe donde estuvo
se levantó
no podía caminar
orinada
la boca seca
su lengua casi hasta la garganta
el cabello grasiento
la cama hedionda
y lloró mucho Camila
bañada vestida
y dispuesta a ir a clases
después de regresar de la oscura y callada
muerte primera
Observa como se alejan… volando.
Mira como regresan… humillados.
Siente el dolor en sus rostros,
la palabra que corre por sus venas,
escucha su agonía eterna…
No los toques; se pueden caer y se rompen
no los llores no tiene sentido ellos no mueren
Sólo observa como se alejan… volando
y mira como regresan… los poetas.
Es como si comiendo
purgara culpas faltas atroces denuedos
y abro mi boca
y engullo las imágenes en cada bocado
y debo salvarme
Si lloro un poco más
me vuelvo loca
y no podré correr
ni perforar los ecos
Debo buscar la salutación de las palabras
pero me estorban
todo me incomoda
y temo que hasta el menor hueco
sea habitado
para torturarme
sin que nadie lo precise
y me ría comiendo las uñas
y afeitando las cejas
y trasquilo el cabello
y dejo sin vellos mi pubis
corto mis uñas hasta que sangren los dedos
y todo me duela al mínimo roce
Estoy apretada en estas letras
y tantos amantes no me aportarán
ningún beneficio a la hora de mi muerte
al menos que los mate antes de mí
y llore en sus sangres
y me desespere
y no halle ningún remedio
porque no consigo morir
y esta angustia que no me libera
y luego me suelta
y me desparrama en los deberes
y en los cuerpos que se nombran amor
pero que no se encuentran a mis horas
y me confunden y no los entiendo
porqué están allí
sino sirven para nada
son peores que juguetes viejos
porque ya no entretienen
ni fascinan
De veras,
Camila ya no necesitas algo para morir
o estar acompañada a las horas de tus muertes
Escúchame Camila
que vengo en busca de ti
para llevarte a los rincones propicios de la gloria
de las hablas que emergen
del silencio de los vientos
como zumbido que agranda cuadrículas de silencio
en los espasmos llorosos de tu niña
No hay horas para ti Camila
estás muerta
y es doloroso no saberlo.
Sobre las llanuras
del cielo atardeciendo
cabalgan figuras,
como manchas.
Un hombre
mira hacia el poniente.
A sus espaldas
la oscuridad avanza.
Pero la mirada
viaja con la luz
y se desprende.
Podría guiarme
por los horóscopos un medicamento o una simple hora
pero ya es tarde
no me guío
atajo los espacios y me confundo
es leve esta vulgaridad
y ya no duele.
trato de no pensar en Susana
pero el sol arde en la tarde
en las hojas verdes de las matas
en el silencio de las escaleras solas
y lamento no haberla ultrajado más
con este amor al cual le teme
Su cabellera roja flota
y me desperezo en sus grandes senos
Todos regresan cuando no los amo
en mí todo es frágil
y no he sabido ser fiel
me limito a amarlos
y si todo acaba
qué terrible es admitir que no me importa
hay tantos otros
que el cuerpo no se detiene
las ansias son recíprocas al placer
nada se detiene
-mejor dicho nadie se detiene-
y es risible todo acto contrario
pero su pelo rojo me perturba
y no poder tocar ahora sus senos con mi mano
con la mano derecha suavemente
su pezón erguido
y mi boca lista a tal delicia
Muchos han querido estar a mi lado
incluso Susana
también Adrián
pero todo se dispersa
y no importa que se detengan a mi lado
sólo momentos
una breve eternidad me estorbaría
Semejante al mercurio
huidizo dañino que devora
pienso en todos ellos
siempre sobra a quien amar
las aventuras dilatantes
el fragor que no se achica
y este amor de estar sola en mí
Exquisita tú, mi bella
lujuriosos todos los demás.
No me mires, con tus verdes ojos gastados,
no me llames, con tu boca suave y quebrada,
no me extiendas tus tibias manos amantes,
ni menos, camines en puntillas por mi mente.
Porque entonces si haces eso sé que no soy dios,
me siento débil, enfermo, pequeño,
y me escondo en mi alma de niño,
y entiendo mi soledad y lloro y me asusto.
El día que me mate,
los trenes llevarán minutos de retraso,
el tiempo justo para recoger mi cuerpo de las vías.
Y la ciudad se abrirá, desvencijada y pujante,
sobre la olvidad trocha de sus tranvías.
No sé qué rumor acunó mi amor por sus veredas,
pero es como si fuera ayer que mi viejo la narró tal como era.
Si tomo las hebras
y veo las páginas en blanco
como esperando el fulgor
de quien sabe donde
si olvido dialogar con la otra
que he sido yo
olvido el cepillo de peinarme
olvido donde he dejado esto que llaman mi vida
antes era todo tan simple
caminaba siguiendo mis pasos
no había nada que aprender o dilucidar
la carne no tentaba
-una liviandad tan extrema-
Ahora todo pesa
Quisiera pasear
y no ser vista
seguir con esa indiferencia
en donde ya nada aporta un peso
De veras,
nunca he distinguido las gentes las apariencias el sentido
Podría ser alguien o algo
tener una estructura ósea
o una piel radiante
mirarme al sol
y sólo encontrar hermosura
pero hallo una luz
insujetable
No persigo un lenguaje sencillo
nada persigo
Vuelven las montañas, Adrián
Vuelves tú
te obligo a estar allí
pasivo
De nuevo,
me siento entumecida
¿Lo notan?
Huelo a muerte en estos días, huelo a olvido,
a poema inacabado, a tristeza, a pecado.
Huelo a estorbo de recuerdos, a Navidad de niños huérfanos.
A polvo puesto, a caras parcas, a espermios muertos.
Huelo a negro de conciencias, huelo a entierro,
a ciudad contaminada, a estribillo sin solfeos.
Spinoza, Sartre. Deambulo como una perra.
Tu ombligo recrece Camila.
Recuerdas la apostasía de Guillermo,
el infame Guillermo, Camila dice.
Margaret recita a Shakespeare,
Camila dice a Camila y a Adrián.
El tiempo que estoy contigo
es más corto que el de un ladrón, Adrián dijo.
El verde ha sido verde desde mucho antes que tú y yo fuésemos nosotros
y de mucho antes que ambos volviésemos a ser extraños.
Cuando vivíamos en rojo y soñábamos en azul, ya lo echábamos de menos,
cuando me hundí en el negro y te fuiste tras el blanco supimos que nos era ajeno.
Esta ciudad sin Dios, este amorío,
estos versos inspirados por el alcohol,
el día que llegué y tu te habías ido,
tus compactos y los libros,
que dejaste en el cajón.
El cruel naufragio de todas mis creencias,
los pecados que nunca voy a contar,
la redención que entre tus piernas buscaba,
mi felicidad truncada,
cuando te hiciste a la mar.
A ti te gustaba el hecho
que yo dijera ser poeta
Pensabas que así me tendrías
y yo -baboso- te escribiría
largos y encendidos versos.
Versos que exaltaran tu belleza
que hablaran al lector de tus virtudes
para que no existieran dudas
sobre la grandeza de tu alma
y la firmeza de tus besos.
La noche antes de mi muerte estuve mirando el mar.
Lo penetré, sus olas abrazaron mis rodillas vestidas.
Aunque era de noche sentí su color, reviví el verde esmeralda del que está hecho.
Lo amé, al comprender que era el color de tus ojos expandidos en él,
y tuve miedo, me sentí solo, pero no pude llorar.
Ahora espero acorralar las pocas palabras que me agradan
para abrirlas por el medio y descubrir su fondo.
Dos de ellas se escondieron en mi viejo diccionario
las demás huyeron… pero tengo un libro que las contiene
y las pronunciaré hasta quedar dormido.
A Toni Quintana y a María Argyriou
En el espejo
los bordados, las sillas,
la inútil chimenea, las naranjas
amarilleando, Ja camomila,
el libro. En la hipérbole del espejo
el extraviado, ella, los dos
marinos, la anciana, Pinemía, el gran gato.
Hace una semana te fuiste de Chile hacia otro país,
muy al norte de aquí.
Yo no sé cuanto tiempo estarás alejado de mí, ni si regresarás,
pero para que al volver no te asusten los cambios que ves,
te hago un resumen de noticias, donde te cuento un poco de todo,
lo que pasó este último mes.
Abres el día en punto.
Cruzo el dintel funámbulo del sueño
y entro en tu soledad
como a un estudio
donde se está filmando el infinito.
En nuestros ojos tiemblan
las ovaciones del silencio.
Diciembre es otro actor.
He venido a dejarme mirar y llamar por mi nombre,
a responder a las lejanas cosas familiares y desconocidas,
mientras me apoyo contra un muro que se tambalea.
Un trago largo es el paseo de los eucaliptus.
Lo que ha sido la vida con sus insoportables rubores,
todo amor y su fiera marimba.
Estoy llegando
muralla arriba de mi voz,
a comprender la noche
en medio del milagro.
Multitudes de sombras
paralelas al sueño del otoño,
extinguen la perdida
meditación del fuego.
Sólo duele la paz ardiendo,
y ardo.
A Pedro Molina Temboury
Abre las puertas
-¡sésamo!- museo de curiosidades.
Lo más raro es el beso, lo más raro;
sus leyendas florales, sus familias,
la estupenda memoria de los niños.
Lo más raro es el viento, son
sus labios, sus labios que ahora besan
en los míos y en ellos van volviéndose
inocentes.
En verdad, resulta extraño
no habitar más en la tierra.
Rilke
Qué ademán en azul
el de la plaza
entre las claraboyas del invierno.
Pasa el soplo del día
restañando esta fugacidad.
A los cuarenta estoy con un palmo de nariz.
Me apena haber leído tanto y no haber consumado
el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo la
que fluye el aceite.
Nada a mi alrededor, sólo una hija tierna
– benignos otoños –
Finjo lo que no sé, soy una actriz, mi trabajo
es perverso.
Si una rosa no alcanza la plenitud, de tu destreza – Guido – no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje añorante.
Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella es en su
quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿Tu regreso no sería inútil?
Aquélla, la más perversa nunca amó.
Se enredó en mis brazos entre sábanas. Sabia,
los pies hacia la puerta…
Irascible, su único defecto era su única virtud,
al placer amó más que al dinero,
a una cicatriz
que aun collar de perlas.